Hoy, 19 horas, se presenta en el Centro Federico García Lorca el libro de de Eduardo Ruiz Baena titulado ‘El sabor de la tierra’. Federico García Lorca en Valderrubio’, (Asociación para el Desarrollo y Difusión del Conocimiento Carpe Diem) en el que realiza nuevas aportaciones documentales a otras biografías ya existentes del poeta. El autor del prefacio es Ian Gibson, que durante meses ha estado intercambiando información y documentos con el autor.
El autor entiende que son cuatro las principales aportaciones de su libro. A saber: La vinculación de Federico con el mundo campesino la adquiere en el actual Valderrubio. Su padre trasladó allí la familia cuando el poeta era muy niño. En segundo lugar, realmente la familia era oriunda de Asquerosa. Toda la familia de la abuela Isabel provenía de Asquerosa desde hacía generaciones. En tercer lugar, el estudio genealógico vincula como primos a D. Federico con Eloy Mazuecos de quien se dice cedió su panteón familiar para el hipotético sepelio de Federico. Por último, del poeta se conocen amistades muy notorias por ser igualmente, escritores, músicos, pintores, etc. pero también tenía un estrecho círculo de familiares y amigos al que estaba muy unido. No se olvidaría de ellos hasta el punto de incluirlos como personajes de ficción en sus obras.
En una breve descripción por el contenido del libro se indica que, a diferencia de las numerosas biografías y estudios editadas hasta la fecha sobre Federico, las ilustraciones están repartidas a lo largo de toda la obra y hacen su función de “Ilustraciones” precisamente “ilustrando” en el mismo momento en que se hace referencia al personaje o a un hecho en concreto y no varias páginas más tarde o todas concentradas en un librillo central. A excepción, claro está, de los álbumes de fotografías publicados. Esta política” ilustrativa” que asemeja a esta obra más a un libro de texto escolar que a una biografía propiamente dicha, naturalmente ha elevado los costes de edición; sin embargo, no se renunció a esta maquetación puesto que el libro, además de buscar ser de lectura fácil y amena, persigue un fin didáctico: acercar a todo el mundo a la vida y obra de Federico.
Prefacio de Ian Gibson
Ian Gibson resalta en su prefacio la primicia de algunas de estas imágenes. A raíz de una solicitud de información en el año 2015, realizada por Ian Gibson a la Casa Museo Lorca de Valderrubio, comenzó una relación de intercambio mutuo de comunicaciones y documentos entre el hispanista y el autor del libro. El biógrafo más internacional y extenso de Federico además de prestar al autor valiosísimos consejos tanto en forma como en contenidos, se prestó a realizar la corrección histórica y del contenido de la maqueta final aportando numerosas recomendaciones: La más significativa es la restitución a la portada del topónimo “Valderrubio”. Ian Gibson ha sido siempre muy criticado, en este extremo de la Vega, por haber obviado la importancia del pueblo en la vida del poeta. Sin embargo, aquel lector que se moleste en leer las diferentes re-ediciones de su biografía lorquiana podrá apreciar como paulatinamente Gibson van incorporando cada vez más referencias a Asquerosa, conforme la documentación aparecida puede aportar verosimilitud a los hechos o anécdotas: No olvidemos que el propio poeta ocultaba la identidad de su pueblo, tanto en Granada como en Madrid, puesto que no quería que le llamaran “Federico el asqueroso”.
En los primeros cuatro capítulos se realiza una breve introducción a la historia de la comarca. Esta introducción sirve para que el lector se vaya ambientando en la sociedad en la que Federico se desenvolvería. La aportación documental más apreciada es el estudio de cómo el nombre del pueblo va transmutando del árabe Ascuruya a Asquerosa (nombre que Federico evitaba utilizar) y como finalmente la presión popular incidiría a cambiar al actual topónimo de Valderrubio. También se documentan los motivos por los cuales el padre del poeta decidiría trasladar su residencia de Fuente Vaquero a Asquerosa. Aparte vivir junto a las tierras que estaba labrando y de una mayor proximidad con su última adquisición (el Cortijo Daimuz cuya venta le proporcionaría grandes beneficios) la imposibilidad de cruzar diariamente por el inestable cauce del río Cubillas donde no existía puente. Ven la luz publicadas por primera vez documentos como la partida de confirmación de Federico y sus hermanos. Volviendo a la introducción histórica otro documento inédito que documenta las turbulencias políticas previas a la invasión Napoleónica es el cuadro en el que aparece Godoy a la derecha de la familia real. Este cuadro, propiedad de un valderrubiense de Nacimiento, fue pintado por Goya, estando documentada su autenticidad siendo la primera vez que se publica en un libro el momento histórico. Ya en el capítulo “los pueblos del niño Federico” se empieza a describir la vida de es Federico niño, y la importancia creciente que adquiriría el entorno familiar en los primeros años de vida.
La escolarización de Federico
La escolarización de Federico y la etapa en Almería ha sido estudiada por biógrafos que, a partir de la documentación aportada por el maestro D. Antonio Rodríguez Espinosa, nos ofrecen una visión de cómo fueron esos meses que transcurrieron el tiempo que vivió allí. Este es el punto de partida del estudio de la biografía de los niños que acompañaron al futuro poeta en esa época, y que conformarían el círculo social y de amistades que lo acompañarían durante años y que pasarían, algunos de ellos, a formar parte de sus obras.
Igualmente se incide en la figura esencial del maestro: D. Antonio Rodríguez Espinosa; siempre estuvo con el poeta: En su infancia en el pueblo y Almería, y en Madrid desde su llegada hasta que lo acompañó aquel fatídico día a la estación de tren para que partiera hacia Granada para reunirse con la familia. La estancia de Federico en Almería no se alargaría mucho en el tiempo debido a un flemón (el dolor de muelas siempre lo acompañaría. En parte por su afición a los dulces y por el pavor que le producía ir al dentista). Esta infección (que parece ser que fue bastante) sería lo que motivaría su regreso a Asquerosa y el traslado de toda la familia a vivir a Granada para que Federico siguiera sus estudios secundarios. Desde su traslado a Granada “el jefe” o el “niño mandón” como él mismo se definía, quedó atrás en el pueblo a la espera del regreso en verano o navidad. Federico en Granada pierde la inocencia de la niñez y pasa a ser uno más dentro de una sociedad con la que no comulga a pesar de que la hermosura de la ciudad de Granada lo subyuga. De ser el último de fila en el colegio y un cero a la izquierda (y alguno otro se reflejaría en el expediente académico) comenzaría a rodearse de una serie de amigos que conformarían la élite cultural no sólo de Granada, sino que, con el paso del tiempo serían vistos como tanto en el resto del país como en el extranjero.
Desconexión
‘Madrid y la Residencia de Estudiantes’ y ‘La huerta de San Vicente: últimas cartas desde el pueblo’ estos dos son los capítulos en los que se empieza a vislumbrar a un Federico que ha dado el salto a la capital y se empieza a fraguar la marcha definitiva del pueblo. En este punto hay que volver a una referencia ya mencionada en los primeros capítulos: el puente del río cubillas. Al no existir y aunque D. Federico ya tenía uno de los primeros coches que circularon por Granada, llegar hasta Asquerosa era una auténtica odisea. (no es que ahora estemos para tirar cohetes). La evidencia que ninguno de sus dos hijos se dedicaría al campo (Francisco ya había entrado en la Escuela Diplomática). La incomodidad que suponían los desplazamientos al pueblo, y que parte de su familia (su hermana Matilde ya residía temporalmente en Granada) ya no estuviera en el pueblo fueron los acicates de que D. Federico adquiriera la Huerta de San Vicente, colindante con la huerta de Tamarit donde vivía su hermano Francisco, y que esta casa se convirtiera en la casa de veraneo en sustitución de la de Asquerosa que volvería a ser lo que era el centro de explotación agraria. Pero de un D. Federico que ya estaba delegando desde hacía tiempo en los apoderados que tenía en el pueblo. Tampoco Federico estaba por atarse a este lado de la Vega. La amistad con Dalí y compañía, ser epicentro (en Madrid) de la movida cultural, la no aceptación de las normas de la burguesía campesina (tampoco asimilaría la granadina años más tarde). Pero luego añoraría ese campo, sus gentes, ya en su madurez durante su estancia en la Argentina y Uruguay lo mencionaría continuamente; y no sólo de palabra, sino de hechos, como se relata en el capítulo referente a su re-encuentro con sus paisanos en ambas orillas del río de la Plata.
Paisajes y paisanajes, según Gibson
Es el mundo de Federico que sus hermanos Isabel y Francisco describen en sus memorias paisajes (que casi siguen igual) y paisanos, de los que sus descendientes aportan documentos y anécdotas que conforman el “alma mater” de este ensayo. En estos capítulos se puede intimar con su familia más directa uy conocer por dónde paseaba, escribía los poemas y dónde robaba los melones. De todos estos personajes Estrella “la gitana” brilla con luz propia, si se me permite el símil. No ha sido en este libro el que da la primicia; sino el que escribió sobre Lorca el periodista y filósofo Manuel Vicent. En esta biografía es donde se anuncia que Estrella sería el primer amor del poeta. Es la “tormenta perfecta” para un futuro poeta: un amor imposible.
Filias y Fobias Lorquianas
De Tormentas y Tempestades y «Tortillas de Crepúsculo y Cafés Iluminados» quizás sean los capítulos del libro más independientes del resto de la obra, y hasta cierto punto lo más fáciles de componer. La mayoría de testimonios de anécdotas o de hechos incluidos en este trabajo se les ha buscado un respaldo documental. Para el autor el hecho de que prestigiosos biógrafos como Lelie Stainton, o el propio Gibson afirmaran, por ejemplo, que Federico estuvo en Almería con cinco o seis niños del pueblo no era suficiente. De hecho, algunos lugareños apuntan a que hubo alguno más. Pero no aparecen en los archivos, ni hay expediente académico que respalde esas afirmaciones…se ha intentado seguir el mayor rigor en la investigación y aunque no se aporten existen cientos de fotografías y digitalizaciones que respaldan la derivación histórica. Sin embargo, en estos dos festivos capítulos. No hay una investigación documental en archivos, sino que se han transcrito literalmente todas las referencias gastronómicas, o sobre las tormentas, existentes en sus obras, entrevistas, biografías, etc.: supuso releerse todo de nuevo.
Segunda parte
El resumen de la segunda parte es simple: es la contrastación entre los personajes que Federico creó para sus obras y los paralelismos históricos, caracteres similares, parecidos razonables, o el uso de nombres que correspondían a personas reales. El hecho de que se dediquen cuatro capítulos (uno por cada obra) a las cuatro obras de teatro que conciernen, en cierta medida, al Valderrubio de aquella época, y cinco a la Casa de Bernarda Alba es debido a que esos “paralelismos” se producen con más personajes/personas que en el resto de obras. Francisco, el hermano del poeta, escribiría sobre este particular: «Se proyecta en la obra una trama enteramente inventada. Son reales, es su mayoría, los nombres de los personajes, alguna circunstancia menor, alguna subacción que ahora concurre a una unidad de propósito, aunque, en la realidad de donde procede, significaba otra cosa o apenas tenía significación […] Ninguno de los personajes creados es fiel a su remoto modelo, salvo como decía, en el detalle. La alusión al marido de Prudencia es real pero la relación mutua entre las hijas de Bernarda obedecen, sin embargo, no a datos de la realidad, sino a exigencias del mecanismo de la trama creada. El personaje de Adela, soporte de la tragedia, es enteramente creación del poeta, salvo el nombre, que procede de una realidad circundante».
ÍNDICE
Primera parte Los orígenes. Fuente Vaqueros Segunda parte La Zapatera Prodigiosa |
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