–Hace dos semanas me dijeron que el… consiguió echar a los ‘gitanos negros’ (los habían traído de otra localidad) de las cuevas de Guadix, los amenazó con que los iba a matar. Por si tú sabías algo.
–Pues eso mismo es lo único que sé. Lo comentó la gente en abierto y eso es lo que dijeron.
–Ver para creer, lo que no se atrevió el Ayuntamiento lo hace un calé.
–Ni el Ayuntamiento ni la Guardia Civil. Los delincuentes se las saben todas y siempre van un paso por delante de las autoridades.
–En Almanjáyar, en La Paz y en otros barrios de Granada tienen el problema de los enganches ilegales de electricidad, debido al cultivo de la marihuana. Cuando esto fue a más, con cortes diarios de luz en varios sectores, tuvo que intervenir la Policía y Endesa. Sin embargo, hubo algunas personas que veían bien que los vecinos cultivaran marihuana, decían que así no cometían delitos peores. Y esto lo dijeron públicamente, en la prensa. Pero en Guadix no han hecho nada y cada vez venían más ‘gitanos negros’, por el efecto llamada.
–Ya sabemos por qué hemos pasado.
–Me refiero a que les daban ayudas y alimentos, ellos se metían en cuevas abandonadas y hacían enganches ilegales de luz y agua, de manera que aquí vivían mejor que en el pueblo de donde venían.
–Los trajeron por aquello de intentar buscar población en Guadix para no perder los 20.000 habitantes. Una vez que se acomodaron, ya se dedicaron a las subvenciones y a todo lo demás.
–Los accitanos deben defender, por encima de todo, su seguridad y su libertad, y no dejar que unos delincuentes los tengan intimidados.
–Eso es fácil de decir, amigo, una persona normal y corriente se juega mucho, pero esos… no se juegan nada y encima se las saben todas. Tú te puedes buscar una ruina; ellos no.
–Parte de culpa la ha tenido el Ayuntamiento aunque hubo un momento en que quiso desalojarlos de las cuevas, también procuró que no lo acusaran de racista. Pero, alguien salió en la prensa diciendo que los niños de los ‘gitanos negros’ se iban a quedar sin alimentos ni escuela…
–Puede ser, pero como no se han puesto…
Esta es la conversación que, más o menos, mantuvieron dos vecinos de Guadix. El pasado año, el Ayuntamiento de Guadix cortó los enganches ilegales de luz y agua, de diez cuevas, donde vivían quince adultos con veinticuatro niños. Las cuevas abandonadas habían sido ocupadas por los ‘gitanos negros’ y la mayoría se dedicaban al pillaje, incluidos algunos niños. A más de uno nos forzaron la vivienda para robar. En cuanto a la denuncia de esos niños que se iban a quedar sin alimentos ni escuela, no tiene ningún fundamento. En ningún pueblo de España se permite que unos niños pasen faltas, por la sencilla razón de que se reparten alimentos hasta a los hijos de inmigrantes y los servicios sociales o Cáritas se ocupan de ello. A los inmigrantes y a los más necesitados se les conceden ayudas, subvenciones y hasta pagas: 600 euros por la familia y 200 por el alquiler a miles de musulmanes o de otra nacionalidad, igual que a cualquier español necesitado. Los niños de acogida en Granada, en el Centro Ángel Ganivet, están saliendo a diario en la prensa por los continuos robos que hacen. Cuando sean mayores de edad, tendrán una ayuda de 800 euros. Baza, por ejemplo, es la ciudad de España que más ayudas sociales concede, y Guadix andará por ahí.
En cuanto a quienes ven bien que los vecinos de Almanjáyar, La Paz y otros barrios cultiven marihuana, con la excusa de que así no cometen delitos peores, es otro disparate y el tiempo lo ha demostrado bien pronto. El buenismo, la comprensión o el tratar de quedar bien con los vecinos que cultivan (o con quienes roban) han conseguido que Granada se haya convertido en la primera provincia española que cultiva y exporta marihuana al resto de España y también a Europa. Es más, los mafiosos se han instalado y viven ya en los pueblos del Área Metropolitana, incluso ha habido varios muertos entre los clanes de la droga y se están practicando muchas detenciones, por lo que los delitos han aumentado considerablemente: en julio pasado la Policía detuvo a 40 personas relacionadas con la marihuana y 1,300 enganches de luz fueron desactivados. Lo que da una idea del negocio de la droga.
Por otro lado, los cuerpos y fuerzas de seguridad no pueden perseguir y detener a los camellos y consumidores y, al mismo tiempo, hacer la vista gorda con quienes cultivan marihuana, y no precisamente para ganarse el pan. El artículo 14 de la Constitución señala claramente que “los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. De manera que unos individuos no pueden estar por encima de la ley, ni los delitos de robo o contra la salud pública no deben de quedar impunes, porque estaría en entredicho la Justicia. Esto me decía un amigo sobre los robos en viviendas de Guadix: » los civiles aburridos…., a las 10 visita al juez y a la calle”. Se produjo el robo en una cueva y la Guardia Civil la inspeccionó pero no tomó huellas. Dijeron que “esto sólo se hace cuando hay delito de sangre…”. A un vecino de las cuevas, que le habían robado leña, me decía “para qué lo voy a denunciar”. Y así, entre unos y otros daban toda clase de facilidades a los delincuentes, que vivían como marajás, mientras que Guadix los había acogido.
“Cuando no se respeta la ley, estamos a merced de la tiranía de unos pocos y, en el caso de Guadix, la culpa la hemos tenido todos por callar y no hacer nada ante cuatro maleantes, que se dedicaban a robar a los vecinos con total impunidad”. |
Cuando no se respeta la ley, estamos a merced de la tiranía de unos pocos y, en el caso de Guadix, la culpa la hemos tenido todos por callar y no hacer nada ante cuatro maleantes, que se dedicaban a robar a los vecinos con total impunidad. Pero, por estas casualidades, precisamente un calé ha solucionado el problema que no han sabido ni querido resolver las autoridades, ni las instituciones, ni siquiera los ciudadanos denunciando los continuos robos que padecían. Cada sociedad tiene los delincuentes que se merece pero lo que no puede ser es que una población, de 18.000 personas, haya estado viviendo intimidada por cuatro desalmados (algunos vivían de las ayudas sociales y de subvenciones) mientras unos y otros se echaban la culpa de la situación. Habrá que pensar que algo está fallando en nuestra sociedad.
Lo que más me llamó la atención de estos casos es que fueran dos sacerdotes quienes mostraran comprensión, caridad y hasta justificación, con quienes cultivaban marihuana o robaban a los vecinos (como si los delincuentes fueran los hijos pródigos de la parábola), mientras hacían y hacen mucho daño al conjunto de la sociedad. Habría que recordarles el aforismo romano de Dura lex, sed lex (la ley es dura, pero es la ley), o el artículo 14 de la Constitución española, que no admite excepciones porque los españoles somos iguales ante la ley. Pero me quedan estas dudas: ¿qué pasará si regresan los delincuentes que salieron huyendo de Guadix, seguirán robando como antes? Y ¿cómo será la vida en Granada, de aquí a poco, ahora que el cultivo de la marihuana se ha extendido a los pueblos del cinturón? La respuesta la avanzaba el periódico Ideal, el pasado 13 de diciembre: “La marihuana sigue siendo la pesadilla de esta provincia”. Y la relaciona con el notable incremento en los delitos por lesiones y los robos con violencia en los domicilios, en el año 2016, muchos de ellos a consecuencia de ajustes de cuentas o de los robos de marihuana. El día 14 salía en Tele5 que la Policía y operarios de Endesa habían intervenido en un barrio de Pinos Puente, de cien domicilios sólo cuatro tenían un contrato legal de luz mientras que en los restantes encontraron bastantes cultivos de marihuana.