Todos conocemos el dicho africano “Para educar a un niño hace falta toda la tribu”. Pues eso hay que aplicarlo a los centros… “Para educar a niños y niñas hace falta todo el colegio”.

Ya hemos hablado en otros artículos del cambio necesario en la formación del alumnado para afrontar el futuro que les espera, el trabajar en el centro educativo no tanto para memorizar como para hacerles “competentes” para afrontar un mundo en constante cambio, un mundo que les va a obligar a estar “aprendiendo a lo largo de la vida”. Ha de cambiar el “qué enseñar” y por tanto también ha de cambiar el “cómo enseñar” y el “cómo organizarse el profesorado”.

A nuestras hijas e hijos les dan clase varios profesores y profesoras a la vez, a lo largo de su vida de estudiantes son muchas y muchos los que influyen en su formación, por tanto no necesitan tener un o una buena profesora o profesor, lo que necesitan es tener un buen equipo de docentes, mejor dicho, unos buenos equipos de docentes a lo largo de su vida académica. Buenos equipos docentes formados por buenos y buenas docentes, pero que tengan claro el trabajo en equipo, pero equipo colaborativo, que cada uno y una se sienta responsable del éxito y trabajo de todos y todas. Hablamos de un perfil individual con vocación colectiva, que construyan buenos centros educativos, docentes que conformen “un equipo de trabajo que enseñen y aprendan juntos”

¿Cómo ha de ser ese “perfil individual con vocación colectiva? Pues está estudiado y contrastado científicamente. Creo que ese es el gran reto actual del sistema educativo, ayudar al profesorado a desarrollar sus “Capacidades Profesionales Docentes”, pero no de manera individualista, sino con compromiso colectivo.
Veamos cuales han de ser esas Capacidades Profesionales de cada docente para poder tener buenos centros educativos, que es lo que dará calidad al sistema y buenos resultados a toda la población.

Esas capacidades profesionales son:

• Unas buenas capacidades profesionales individuales. Ha saber qué enseñar y cómo enseñar, han de saber tratar con respeto, dignidad y autoridad democrática al alumnado, saber comprobar que el alumnado adquiere aprendizajes potentes y duraderos (evaluar)… y muchas cosas más.
• Una adecuada capacidad institucional. Ha de conocer la normativa educativa y que el centro, en su Proyecto educativo y en su Reglamento de Organización, recoja modelos de trabajo adecuados y oriente al profesorado hacia su puesta en práctica, así como facilite las relaciones con toda la comunidad educativa y el entorno.
• Tener capacidad para gestionar el nuevo conocimiento. Estar en constante actitud de aprender, de desarrollo profesional, pero de forma integradora, reajustando sus modelos de trabajo, actualizándolos, incorporando lo nuevo y aprovechando lo valioso de lo anterior.
• Tener una buena cultura docente de centro. Tener un concepto de centro que pivote sobre dos grandes principios: colegialidad e inclusión.
  Colegialidad, ser consciente que el centro es un espacio de trabajo y aprendizaje conjunto, que yo no tendré éxito hasta que lo tengamos todos, que lo que yo sé no es mío, está al servicio de todos, que he de aprender constantemente de mis compañeras y compañeros y con ellos. Que el colegio ha de ser una “comunidad profesional de aprendizaje”.
• Inclusión, que el centro ha de tener compromiso con el aprendizaje de todos y cada uno y una de los alumnos y alumnas. Pero que ese aprendizaje de todos ha de ser lo más juntos posible, no separados por categorías, aprendiendo cooperativamente, conjuntamente, solidariamente. No olvidemos que la escuela es “un enjambre de aprendizaje y socialización, en ningún otro lugar se está tanto tiempo, tan junto con tanta gente que uno no ha elegido” (ver articulo 4). Este es el mayor valor de la escuela y lo que más va a prepararles para afrontar el futuro.

En ello estamos comprometidos un importante grupo de docentes a nivel nacional (Proyecto Atlántida), con una buena representación en Granada y Atarfe.

Juan de Dios Fernández Gálvez, jubilado activo
Ex Orientador escolar y Profesor colaborador extraordinario UGR

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