La polémica está servida. El espacio donde se encontraba el campo de concentración de Septfonds (Tarn-et-Garonne, Judes), a unos 50 kilómetros de Toulouse, puede ser ocupado por una granja de cerdos. En este terreno, requisado en marzo de 1939, fueron encerradas más de 30.000 personas, de las que el 90 por ciento eran soldados del ejército republicano español -entre los que se encontraban granadinos, jienneses y almerienses- y el resto del ejército polaco y civiles judíos. Joseph González Ocaña, presidente del Comité de Animación del Centro de Investigación y de Interpretación de la Memoria de la España Republicana, ha iniciado una recogida de firmas en Change.org para evitar lo que considera «un crimen contra la Memoria Histórica en un Lugar Histórico», a la que se ha sumado Carmen Valdivia, profesora de la UGR y autora del libro ‘Testimonios de exiliados españoles. El campo de concentración de Buarfa (Marruecos)’, escrito con los testimonios de su padre Antonio Valdivia Garrido, nacido en Iznalloz en 1914.
En una carta dirigida al presidente de la República Francesa se pone de manifiesto que este espacio puede mancillarse por la ampliación de una ganadería porcina familiar que prevé criar unos 6.500 animales al año. Se da la circunstancia de que de los ‘internados’ que murieron en este campo de concentración se ignora donde fueron sepultados. Se conoce una lista de 81 refugiados españoles muertos en este campamento entre 1939 y 1940, pues fueron enterrados en el Cementerio de los Españoles en Septfonds. Entre ellos está el granadino Francisco Guzmán Arrabal, de 27 años de edad, nacido el 4 de septiembre de 1911 en Chauchina, hijo de Augustín Guzmán y María Arrabal. Así mismo se indica que era campesino y que falleció de una infección pulmonar el 17 de junio de 1940, a las 14 horas. También fueron enterrados en este camposanto los almerienses José Ramos López, fallecido a los 28 años de fiebre tifoidea y Diego Pérez Berrocal, de 22 años, nacido en Vélez Rubio (Almería) fallecido de peritonitis baciliaria, así como los jiennenses, Antonio Díaz, de 30 años, de La Carolina, fallecido a los 30 años de bronco-neumonía y Alfonso Gil Guzmán de 31 años, de Guarromán, que murió de una enteritis baciliaria.
En la misiva se indica que «la presencia de miles de cerdos, el hedor que conllevará, el esparcimiento del estiércol previsto en las comunas de Septfonds y de Montalzat, entre otras, mancillaría ante los visitantes de Francia, de España y de toda Europa, la memoria de los difuntos». Y por tanto «sería una ofensa hacia los cuerpos que yacen todavía en estas tierras». Hasta el momento (martes, 13 de febrero) en la página de Change.org ya han apoyado esta iniciativa 7.000 personas.
Ir a CHANGE.ORG |
|