«Es asombroso lo mucho que puede cambiar la impresión que se tiene de un lugar cualquiera cuando se conoce la historia, ya sea grande o pequeña, que tiene detrás. A menudo, durante nuestras rutas, nos topamos con las ruinas de un antiguo cortijo o venta de los que a priori tan sólo sabemos su nombre, y eso gracias a que lo hemos leído en un mapa de la zona. A primera vista se trata tan sólo de un montón de piedras, o en el mejor de los casos, de cuatro muros y unas vigas de madera apolilladas que a duras penas se mantienen en pie, en su lucha silenciosa para que la maleza no termine de engullirlos por completo. Yo suelo decir que a mí siempre me ha parecido que una casa abandonada es lo mismo que un perrillo sin amo; que sus paredes derruidas, los huecos de las ventanas y los tramos rotos de escaleras que ya no llevan a ninguna parte parece que están esperando a que vuelvan quienes vivieron allí una vez», de esta forma justifica Mariló V. Oyonarte su serie ‘Caminos y gentes’ que desde 2015 publica regularmente en Alhama Comunicación, invitado por el colaborador de Jayena, Jesús Pérez Peregrina y que le ha valido el premio a la mejor labor periodística por parte del Patronato de Estudios Alhameños. A continuación recogemos las palabras con las que agradeció el galardón.
INTERVENCIÓN DE MARILÓ V. OYONARTE EN EL ACTO DE ENTREGA DE LOS PREMIOS ALHAMA, 27 DE FEBRERO DE 2018
Buenas noches a todos, miembros del Patronato, autoridades, premiados y a todos los presentes en este acto.
Antes que nada, me gustaría agradecer al Patronato de Estudios Alhameños la concesión del premio «A una Labor Periodística» que recibo hoy. Estoy segura de que son muchas las personas que merecerían este reconocimiento, profesionales de la comunicación, como aquellos que ya lo han recibido en anteriores ediciones de este evento. Este año he sido yo la elegida, que no soy periodista; por ello me siento una privilegiada y lo valoro todavía más. Son muchas las personas y organismos que me han apoyado desde que empecé mi andadura en el periódico que escribo, Alhama Comunicación, con Juan Cabezas, su director, al frente. Gracias a todos mis compañeros y especialmente a mi mentor, Jesús Pérez Peregrina, porque desde el principio confiaron en mi trabajo y no han dejado de apoyarme en todo este tiempo, casi tres años ya. Este premio es de todos ellos también.
Esta noche, sentada ante vosotros, miro hacia atrás y recuerdo cómo empezó la aventura que me ha traído hasta aquí. Quienes me conocen saben que desde niña me encanta el montañismo, un deporte que siempre he practicado en Sierra Nevada. Pero hace unos años un compañero de montaña, Carlos Luengo Navas, a quien también le doy las gracias esta noche, me habló por primera vez del Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, un lugar que yo desconocía por completo. A partir de entonces y junto con Manuel Rodríguez Martos y otros montañeros, recorrimos estas sierras de arriba a abajo, sin dejarnos ni una cumbre ni un barranco, aprendiendo sus nombres, su historia y sus secretos. Y fue todo igual que en un cuento. Porque ese acercamiento a vuestra montaña incluyó también a las gentes que la habitan, y las historias que contaban me parecieron tan bonitas, cotidianas y humanas que decidí ir escribiéndolas poco a poco, para que no se olvidasen. Fue entonces cuando Juan Cabezas, a través del periodista Jesús Pérez Peregrina, me propuso la publicación de algunos de esos relatos en Alhama Comunicación, para que todos pudiesen leerlos. Así fue como nació la sección Caminos y Gentes que, con el tiempo, ha ido creciendo y consolidándose, y por increíble que parezca, también formando parte de mi propia vida, algo que yo nunca hubiese imaginado.
¿Que por qué digo esto? Primero, por la buena acogida que tuvieron desde el principio mis relatos y que tanto me alegró, porque todo aquel que escribe aspira a ser leído. Pero lo que más me emocionó fueron el cariño y la fidelidad con los que la gente seguía la sección semana tras semana; me escribían y me apoyaban, aun sin conocerme de nada. Uno de los primeros fue el alhameño Paco Ortiz Villarraso, quien me mostró el camino para acercarme a otras personas, y a sus historias. Hoy, Paco y su mujer Juani (cuya madre también ha sido premiada hoy) son dos amigos a los que aprecio sinceramente. Y como ellos, tantos otros. Porque con el tiempo he llegado a tratar a muchas personas de los pueblos de esta comarca, así como también de la Axarquía malagueña, y en todas ellas he encontrado el mismo afecto. Personas extraordinarias en todos los sentidos, que me reciben en sus casas como si fuera de la familia, me cuentan sus historias con confianza para que pueda escribirlas, me ofrecen su amistad sin reservas, me siguen llamando por teléfono sólo por el gusto de hablar un ratico, o me preguntan, al despedirme, cuándo voy a volver… creedme cuando os digo que no tengo palabras para expresar mi gratitud por tanto como he recibido y sigo recibiendo de vosotros.
A esto precisamente me refería antes, cuando hablaba del verdadero valor de la sección en la que escribo, Caminos y Gentes: no se trata ya sólo de conocer tantos aspectos y curiosidades sobre la vida en otros tiempos, sino también de conocer a esas personas sencillas y corrientes, pero sabias, generosas y acogedoras, que con el ejemplo de sus vidas tienen tanto que enseñarnos, a todos. Merece la pena pararse un poco y prestarles atención, escuchar lo que cuentan y aprender de su experiencia. Porque es un valioso regalo el que nos hacen; ser partícipes de sus recuerdos: eso sí que es un premio. Quedan todavía muchos testimonios que recoger y el tiempo aprieta, porque nuestros mayores, valga la redundancia, se nos van haciendo mayores, pero la sección Caminos y Gentes continuará en ello, con tantas ganas como el primer día. Dice el refrán, y con razón, que «conocer es amar». Es verdad. Conocer Tejeda, Almijara y Alhama, sus montañas, sus pueblos y sus habitantes, es quererlos, y de ello doy fe personalmente.
No estaría aquí hoy de no haber contado con el apoyo fundamental de las personas que tengo más cerca. Por eso quiero dedicar este premio a José Luis, mi marido, a Lucía, mi hija, y a mis hermanos, Rafa y Begoña. También a mis padres, a quienes perdí siendo muy joven, porque buceando en las historias de los demás he encontrado también retazos de mi propia historia; una parte que ellos no me pudieron contar.
Y en fin, no quiero terminar sin mostraros una vez más a todos los presentes esta noche mi más profundo agradecimiento: a vosotros, a esta ciudad, Alhama de Granada y a toda su comarca, en la que, por muchos motivos, me siento ya como en mi propia casa.
Gracias.
Mariló V. Oyonarte
27 de febrero de 2018
Ver CAMINOS Y GENTES |
|