Juan Antonio Díaz Sánchez: «8-M, Huelga necesaria»

Ante la vorágine informativa a la que estamos asistiendo en los últimos días con motivo de la convocatoria de huelga feminista en España a propósito de la celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora y debería ser, simple y llanamente, Día Internacional de la Mujer.

 

No me deja de sorprender o quizá no tanto, que este asunto esté suscitando múltiples opiniones al respecto. En estos últimos días, los partidos políticos han tenido que posicionarse claramente ante esta convocatoria de huelga, y en este asunto no caben “medias tintas”, o se está a favor o en contra. Lo que sí es seguro es que tanto grandes como pequeños, los partidos políticos de este país, han quedado retratados cuando han tenido que pronunciarse públicamente al respecto. Por poner un ejemplo a nivel local –se podrían poner muchos−, el Ayuntamiento de Huéscar, mediante la publicación de un bando, apoya la huelga de mujeres convocada para el día 8 de marzo. Un claro ejemplo de la existencia a día de hoy de gobernantes, democráticamente elegidos, que tienen conciencia, respeto y sentido común.

Una Institución, que se ha pronunciado al respecto en los últimos días, ha sido la Iglesia Católica a través de las declaraciones de varios de sus máximos representantes. Monseñor Osoro, cardenal-arzobispo de Madrid, ha realizado unas declaraciones extraordinarias a favor de esta convocatoria de huelga: “Lo comprendo, claro (que las mujeres hagan huelga el 8 de marzo). Hay que defender sus derechos. Lo haría también, lo hace también de hecho, la Santísima Virgen María.” Sin lugar a dudas, unas palabras, las pronunciadas por este prelado, que están muy en consonancia con las que pronuncia el Papa Francisco: “Doblemente pobres son las mujeres que sufren situaciones de exclusión, maltrato y violencia, porque frecuentemente se encuentran con menores posibilidades de defender sus derechos…” (FRANCISCO, Exhortación apos., Evangelli Gaudium, Roma, 2013, 212). Respecto a las desafortunadas declaraciones que ha realizado Munilla, obispo de San Sebastián, no es preciso comentar nada porque se descalifican por sí mismas.

Otra Institución, que se ha pronunciado al respecto en los últimos días, ha sido la Universidad de Granada a través de un comunicado oficial: “…Por esta razón, el 8 de marzo, la Universidad de Granada se solidariza con los motivos que han dado lugar a la convocatoria de la huelga feminista y con los paros que se han programado ese día, quedando aplazados los actos previstos en la agenda de la rectora, al mismo tiempo que adoptará las medidas oportunas dentro del marco normativo para que quienes quieran ejercer su derecho a secundar la convocatoria de huelga o paros lo hagan con las garantías constitucionales existentes.” Sin lugar a dudas, una postura muy acertada y democrática, la cual aplaudimos efusivamente y compartimos al cien por cien.

Pues a mí me parece muy bien y muy acertada dicha convocatoria de huelga. A lo largo de la Historia la mujer ha estado a la sombra del hombre. No es cuestión de comenzar aquí, período por período histórico, a describir y desarrollar dicha discriminación histórica. Desde el libro del Génesis de la Biblia hasta nuestros tiempos la mujer ha tenido que padecer la discriminación machista ejercida por el hombre. Sólo voy a poner un ejemplo: a lo largo de la Historia de España ¿cuántos nombres de mujeres han pasado a los libros frente a los de hombres? Doña Urraca, Doña Isabel la Católica, Santa Teresa de Jesús, Agustina de Aragón, Isabel II, Emilia Pardo Bazán…, y pocas mujeres más son reconocidas por nuestra Historia y estudiadas en profundidad. Les puedo asegurar, y sin riesgo a equivocarme, que hay muchísimas más.

“En mi opinión, la mujer debería ser igual que el hombre en todos los aspectos de la vida, salvo en el que no lo es, por razones obvias y naturales: en el físico”

En mi opinión, la mujer debería ser igual que el hombre en todos los aspectos de la vida, salvo en el que no lo es, por razones obvias y naturales: en el físico. Pero, desgraciadamente, debido a la epicúrea y hedonista sociedad en la que vivimos actualmente, no lo es. La mujer sufre discriminación machista, principalmente ejercida por los hombres, desigualdad salarial en muchos trabajos, desigualdades generalizadas en casi todos los aspectos de la vida por el simple hecho de ser mujer, violencia de género, esa terrible lacra social que nos azota diariamente, por desgracia. Lamentablemente, una cosa es que la mujer debería ser, y, otra muy distinta, es lo que la mujer es. Aquí podemos ver la diferenciación de los dos planos (inteligible y sensible) que proponía Platón en el L.VII de la “República” y que luego Maquiavelo llevó a la práctica teorética en “El Príncipe”.

Es por ello, por lo que hacen muy bien las mujeres de alzar la voz, de ponerse en huelga, que es un derecho constitucional, y de reivindicar lo que les pertenece por legítimo derecho propio de nacimiento: IGUALDAD frente a los hombres. Ojalá y no tuvieran que hacerlo porque esa igualdad fuera real y efectiva en la sociedad que nos ha tocado vivir.

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Juan Antonio Díaz Sánchez 

Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino

 

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