Gustavo Álvarez Martín se ha convertido en el escritor más joven de Esdrújula Ediciones. Nacido en Granada en 2001, residente en el Zaidín y estudiante de Bachillerato en el IES Fray Luis de Granada, dedica el tiempo que le dejan los estudios a escribir y moverse por las redes sociales, especialmente Instagram (@gustavo.poem). Sus miles de seguidores -calcula que unos 18.000- y su familia han sido el principal acicate para publicar ‘Los silencios que nunca nos dijimos’, un poemario en el que su prologuista, el también escritor, Rubén Chiquito, afirma que«la poesía de Gustavo es vida, y no hay nada más necesario que la vida en la poesía. Gustavo da hostias de realidad a través de sus versos, y eso no se puede pagar de ninguna manera». Lo presenta esta tarde en La Tertulia (20 h) donde estará arropado por sus editores Víctor M. Gallardo y Mariana Lozano y sus amigo Andrés Canales, a quien compuso una canción y Diego de Haro, quien «más le ha apoyado desde el primer momento». Igualmente lo presentará el sábado en Madrid, a las 21 horas (Aleatorio, C/ Ruiz, 7) y el próximo mes en su instituto.
Gustavo se presenta a la entrevista solo y tranquilo, aunque afirma estar un poco nervioso. En sus respuestas como en su poemario se adivina además una persona más madura de lo que podría indicar su edad. Quizás el saber que lo que escribe llega en décimas de segundo a sus seguidores diarios de toda España y de Latinoamérica le han hecho ser más responsable. Según nos cuenta todo empezó hace poco más de un año cuando comenzó a publicar sus primeros textos, en muchos casos aforismos de un par de líneas que él llama silencios. «Llevo tiempo escribiendo y con ganas de publicar. Siempre he contado con el apoyo de mi familia. Precisamente fue a raíz de un viaje familiar a Alicante cuando conocí a una chica a la que quería decirle mucho pero no me salía nada. En ese comencé a plasmar mis primeros sentimientos en el papel. El amor como sentimiento más fuerte es el tema del que más hablo tanto en el libro como en el día a día en las redes sociales», explica.
También que la temprana vocación literaria se la debe en gran parte a su madre que fue quien le introdujo en la literatura. En este momento recuerda una anécdota que se repetía durante los viajes. Su madre le ponía discos de Alejandro Sanz y otros cantantes y al finalizar la canción le hacía preguntas sobre las letras. Luego vendrían autores como Bécquer y «otros poetas modernos que me permitieron descubrir un mundo nuevo».
En sus poemas se presenta como una persona sencilla y nosotros intuimos que también muy familiar pues el libro lo dedica a Ana, su abuela materna, que «nunca podrá tener el libro entre sus manos» y a quien también dedica un poema, a sus padres y a su hermana. Sincero, como demuestra en el poema ‘Un chico como otro cualquiera’ donde afirma: “No soy ese tipo del que puedes presumir/ ante tus amigas en un bar de moda en el centro,/ fuera de estos versos no tengo nada que ofrecerte,/ nunca he sido el chico más guapo del instituto,/ tampoco el que más goles marcaba en los recreos;/ como decía, no tengo mucho de qué presumir”.
Un libro, prologado por Rubén Chiquito, una persona a la que conoció en las redes sociales y del quien leyó su libro que le ayudó a salir de una situación en la que se encontraba bastante hundido y un epílogo de Fran Vlanco. En medio 38 poemas o textos en prosa poética, precedidos cada uno por una cita, 42 micropoemas, aforismos o ‘Silencios’ como él los denomina, compuestos por dos o tres versos: “He perdido demasiado tiempo buscándote,/ ahora me toca a mí,// voy a salir para encontrarme”. Poeta precoz que tiene en la realidad y en el amor su principal fuente de inspiración. De hecho afirma «no tengo imaginación escribo lo que siento y veo en la calle». Un libro escrito en los últimos ocho meses que ya están disponible en la web de Esdrújula, Amazon y librerías.
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