Pedro Roldán (Rute, Córdoba, 1954) expone por primera vez en la Galería de Arte Ceferino Navarro. El director de la sala no ha tenido dudas al invitarle a exponer en su sala, «entre otras cosas, porque para mi Pedro es un impresionista racial con perspectivas universales. Su concepción del impresionismo lo lleva a inundarlo de todas sus vivencias y, a la vez, lo transporta no solamente a su espacio sino hacia el exterior». Asimismo, recurre a un dicho que ha oído en boca del pintor Jesús Conde y atribuido a Curro Romero, «el arte es lo que está bien rematado y las obras de Pedro Roldán están totalmente rematadas». Del conjunto de piezas expuestas le gustan muchos las obras pequeñas de Cabo de Gata, sobre todo «por la concepción del calor cálido, por la mezcla de las luces… que contrastadas con otras de Suiza funcionan muy bien, porque hace que todo se conexione, en eso, en un cruce de caminos». Porque este es el título con el que Pedro ‘ha bautizado’ su muestra que permanecerá en este espacio de la calle San Matías, 2, hasta el 4 de mayo y que se puede visitar en horario, de lunes a viernes, de 11 a 13,30 y de 18 a 21,30 h.
«Alguien me dijo una vez, en forma de medio cuento, medio concepto filosófico, que, el caminante llega al cruce de caminos y ya, sabiendo,escoge la salida adecuada con su destino», explica el pintor. Después argumenta que «a nivel artístico, por lo que he titulado esta exposición, se mezclan lo racional y lo creativo y simbólicamente, cada camino aporta infinidad de emociones, sentimientos, idas y venidas, euforias, encuentros y desencuentros, pasiones, rigor, intimidades…y ese punto, es donde confluyen todas las fuerzas, como confluyen todos los caminos». Para el artista cada uno lleva a bellos lugares impregnados de «sus gentes, vientos, actitudes, músicas, olores y colores…y en ese lugar, unos a otros se potencian, se dan, comparten; convirtiéndolo en un espacio único de encuentro, mágico, potenciado hasta extremos sublimes, en el que a mi, por lo menos, muchas veces me gustaría quedarme…, pero como todos sabemos,un cruce de caminos no está hecho para eso».
Pedro Roldán, que prepara ya su próxima participación en una importante feria de Taiwán, explica que ‘Cruce de Caminos se compone de 38 obras, la mayoría de tamaño mediano y con el paisaje como temática fundamental y sin rastro de la figura humana. «El paisaje no me engaña, aparte si uno aprende a mirar encuentra maravillas y estoy convencidísimo de que la Naturaleza nos aporta una cantidad de valores increíbles pero hay que aprender a mirar», afirma quien reconoce dejarse llevar pues «son cosas que fluyen de mi y no tengo que esforzarme nada. Son cosas que no cuestan dinero pues aprender a mirar no cuesta nada. La gente se queda entusiasmada porque son cosas diferentes. Me enorgullece mucho que los visitantes a mis exposiciones me digan que algún sabrán verlo como yo».
Se define como «una persona rigurosa» para representar las cosas tal cual las ve y siente, y en la representación del paisaje «me muevo muy cómodo». Para esta muestra se ha editado un pequeño catálogo en el que junto a la reproducción de las obras expuestas se recogen opiniones de críticos y expertos en arte. Así, J. Llop S, quien fuera director de la revista Gal Art, manifiesta que «cada una de las exposiciones de Pedro es un milagro, y al mismo tiempo un misterio, convertido en color». Por su parte, el fotógrafo Enrique Romero, indica que «definir su pintura es tarea casi imposible , sería como explicar las diferentes caras del viento y Antonio Cobos se detiene en el aspecto mágico de su pintura pues «son cuadros concebidos en sueños, donde todo es magia y fantasía, y creados para que los soñemos los demás».También obras que transmiten paz y tranquilidad como se pueden experimentar contemplando cuadros como ‘Amanecer en Saint Cadó’, ‘Calma en la Ría’, de San Vicente de la Barquera o en ‘Calma y luz en el Canal du Midi’, entre otros.
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