La mayoría de las cosas de la vida las rige la casualidad. Si no lo creen, lean. Si no hubiésemos asistido a la concentración de coches americanos celebrada en septiembre pasado en el Centro Comercial Nevada no habríamos conocido al jienense David Esteban, hijo del Pierres, y por tanto, éste no nos habría invitado para asistir al primer encuentro de Vehículos Clásicos de Garcíez (Jaén). Si no hubiésemos asistido a esta original celebración en mayo pasado en la que vehículos clásicos y recreaciones teatrales fueron de la mano, no habríamos conocido a Gabriel Martínez, porque en efecto fue en el transcurso de la comida ofrecida en este encuentro donde nos encontramos a pesar de ser granadinos y por lo tanto este reportaje no habría tenido lugar lo que finalmente ocurrió el sábado, 26 de mayo. Primeras fotos en el entorno del Parque de las Ciencias y rotonda del Helicóptero para luego realizar un pequeño trayecto para la grabación del vídeo para Canal Tamayo que nos llevó hasta las proximidades del Club de Campo de Granada, donde paramos para la recogida de datos y fotos de detalle.
«El encuentro de Garcíez fue muy interesante. Yo asistí con un coche más moderno y rápido, pues además de este MG TD del año 52, tengo un MG A del año 61 y un deportivo, un Jaguar XJS del año 88 que se complementan pues lo mismo me gusta un deportivo que un clásico», nos cuenta de entrada. Lo cual no nos extraña dado el estado impecable en el que tiene los dos de sus vehículos que nosotros hemos podido ver. Menos aún cuando explica que le gustan los coches desde que nació, «empecé con el excalectric, continué coleccionando estos juegos y luego pasé a mayores. Por el año 2000 comencé a buscar un clásico para comprar. Este modelo lo vi en una película española de Fernando Colomo ‘Los años bárbaros’ y nada más verlo me gustó. Lo busqué por Internet y lo encontré en EE.UU desde donde me lo traje en el 2006». Según comenta, también aparece esta marca en películas como ‘La dolce vita’, ‘Dos en carretera.’, ‘The killing’, ‘The Hollywood nigths’ o ‘Il sorpasso’, entre otras. A ello añade que «este coche se vendió muy poco en España y las condiciones políticas tampoco permitían importarlo. Debe haber muy pocos de origen español».
Desde el principio forma parte del Club de Automóviles Veteranos de Granada, pues lo utiliza para dar paseos por los alrededores de Granada y de vez en cuando para participar en alguna concentración de su Club y de otros como el Club Automóvil Clásico del Altiplano ‘Villa de Caniles’ donde en 2014 se llevó el premio al coche más antiguo, aunque por entonces el aspecto del MG era distinto pues su color era azul claro con una franja roja. Tonalidad que decidió cambiar por otra más acorde con el original del coche. Señala que «como muchos aficionados he averiguado, levantando capas de pintura, cuál era el color primero que tenía, en concreto el suyo era granate. También he procurado que las rejillas del radiador sean del mismo tono que la tapicería, pues era lo habitual». Así mismo, explica que necesitó una reparación importante de mecánica, especialmente de los frenos. Reparación que ha llevado a cabo en sus ratos libres. Hay que decir que la actividad profesional de Gabriel no tiene nada que ver con la mecánica ya que desde el año 90 es funcionario del ayuntamiento de Granada, primero lo hizo como psicólogo en servicios sociales, y tras pasar por diferentes puestos de dirección y gestión ahora ha vuelto a su puesto original de psicólogo en servicios sociales del Zaidín. Propietario que ha buscado bastante información sobre este vehículo por el que abonó unos 7.000 euros, a los que luego ha tenido que sumar un montante importante en gastos de restauración. Según señala de este coche se fabricaron unas 50.000 unidades, el 90 % fueron para EE.UU y el resto fue algo para Centroeuropa, Inglaterra y Australia.
Un «coche modernizado» para su época
El propio Gabriel nos explica que MG significa Morris Garages que fue comprada por Cecil Kimber en el 1924 a su propietario Willians Morris. Este hombre que era director cuando compra la marca empieza a fabricar los Midgets, pequeños deportivos asequibles de precio que se fabricaron durante la posguerra dado los precarios medios económicos para fabricar y la economía de las familias en esa época en EE.UU e Inglaterra, lo que les llevó a remodelar el TC con idéntico motor pero con la suspensión independiente, volante regulable y también la inclinación del asiento. También nos dice que este no lleva calefacción aunque la podía llevar y radio que solía poner dentro de la guantera, «en fin que era un coche modernizado para lo que se podía hacer en aquella época». Como logo lleva un bulldog, mascota que utilizaban en aquella época en EE:UU, pero que investigando Gabriel ha visto que «en realidad representa un marca de camiones, pero a ellos le gustaba ponerla y cuando yo compré el coche la traía y por eso la mantengo». Otras curiosidades son llevar faros protegidos con rejillas, luces marca Lukas antiniebla y de largo alcance, las clásicas placas de los clubes, en este caso tres, etc. Por último, nos explica que lleva un motor de 1.250 cc, con potencia de 54 CV, siendo su consumo medio de unos 10 litros a los cien kilómetros. Por seguridad el propietario le ha puesto la luz de marcha atrás y los intermitentes.
Próxima entrega: VII Festival ‘Motor por la vida’
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