«Mi familia paterna es de Pinos del Valle. Allá por el año 1957 mi padre se vino a estudiar a Granada trasladándose mis abuelos con sus 2 hijas menores al poco tiempo. Mi abuelo montó un pequeño negocio de alimentación en lo alto de la Cuesta del Chapiz en el Albayzín (Comestibles Márquez) y cargaba los productos que vendía primero en burro y luego en el año 1962 en esta moto MV Agusta 150 de 1962», nos cuenta el odontólogo granadino, Tomás Márquez. También le cuenta su padre que todas las mañanas la cargaba de fruta y verdura en el Mercado Mayorista de San Agustín y por las tardes se acercaba a un almacén que había en Carril del Picón para recoger ultramarinos. Para facilitar este doble uso su abuelo le puso unas cestas a ambos lados y así poder cargar y transportar la mercancía con más facilidad «teniendo que poner en muchas ocasiones sacos encima del depósito para que no se levantara».
Pero la vida evoluciona y los negocios también. Tres años después el abuelo de Tomás abuelo compra un 2 CV pasando la moto a ser más un vehículo de diversión ya que es con ella con la que sus padres paseas de novios llegando incluso su padre a ir con un amigo a Sevilla a la Feria de Abril con la particularidad de que casi todo el trayecto estuvo lloviendo por lo que al llegar, tuvieron que acostarse debido«al mal cuerpo». Según explica Tomás su interés por todos los vehículos arranca desde que tiene uso de razón, siendo esta la primera moto que manejó con apenas 12 ó 13 años.
«Desde el año 1969 al 1986 la moto está averiada y no se arregla y luego desde el año 1990 hasta hace dos años en que me entero, por compañeros de profesión, que hay un señor que se dedica a esto llevándole de primeras la moto a Jacinto Espínola», comenta antes de añadir que cuando su hijo le comenta la existencia de un Club en Granada de motos clásicas que localiza en internet (www.motosantiguasgranada.es) donde, «gracias a los conocimientos de Luis Domínguez y a los conocimientos y manos de Sergio, consigo ponerla totalmente al día con piezas originales cuya búsqueda no ha sido fácil ya que no existen muchos modelos similares». Asimismo, señala que la moto suele marchar a 75 km/hh siendo de las de menor potencia del Club, motivo por el que en las salidas oficiales casi siempre va el primero. «Yo disfruto mucho de ella aunque no dispongo de todo el tiempo que me gustaría para salir más. Aún así, es de mis vehículos el de mayor valor dado todo lo que representa», concluye Tomás.
El conde Giovanni Agusta dio nombre a esta moto italiana
También el propietario nos ilustra sobre el origen de esta moto, marca italiana MV (Mecánica Verghera) nacida al final de la II Guerra Mundial como una rama de la fábrica Construcciones Aeronáuticas Agusta fundada en el año 1923 por el conde Giovanni Agusta. Habría que esperar hasta 1948 que los hijos de este buscasen nuevos socios con los que fabricaron la MV Alpha. Sin embargo, la empresa no podía hacer frente a la demanda y se cedieron los derechos de fabricación al empresario gijonés Alfredo Avelló en el año 1951. Cuatro años después entra de nuevo la casa madre italiana y se sustituye el nombre de Avelló por el de Agusta, apareciendo como MV Agusta en la tapa de los cárteres y en el tapón del depósito. A partir del año 1959 aparecen los primeros motores cuatro tiempos como el que lleva su moto que, a la postre, fueron los más comerciales. «Este modelo en cuestión es la segunda serie de la denominada MV Agusta 150cc (4T). Rinde una potencia de 7,2 CV y un peso de 98 kilogramos. Siendo su velocidad máxima de 90 km/h. Es un monocilindro OHV con árbol de levas en el cárter motor, movido por un engranaje desde el cigüeñal, siendo las válvulas accionadas por varillas», apostilla.
Próxima entrega: Felipe Tíscar Moreno y su Chrysler de 1928
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