Llega a nuestras manos un libro de sugerente portada, detalle del mural ‘Esperanza y Libertad’ que en junio de 2013 el pintor David Zaafra (Granada, 1948-2017) terminase, con la colaboración del grupo de pintura de Huerta Cercada de Huétor Vega, en los muros del Centro Penitenciario de Albolote. Dos manos anónimas se aferran a unos barrotes, bajos los cuales aparece el título ‘En la cárcel. Los mejores relatos carcelarios del certamen Conrada Muñoz (2010-2012)’ y un poco más abajo las instituciones que lo han hecho posible: ACAIP, o lo que es lo mismo la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias y la Fundación Sociedad y Justicia. En total 160 páginas que recogen 30 relatos carcelarios, escogidos entre los más de 1.500 que a lo largo de ocho ediciones se han presentado a este concurso literario de ámbito nacional, único en su categoría y puesto en marcha desde Granada en recuerdo y homenaje de Conrada Muñoz y todas las víctimas del terrorismo. Del mismo se han editado 12.000 ejemplares de los que se repartirá un ejemplar entre «cada uno de los trabajadores y trabajadoras de presiones que forman parte de ACAIP» y se obsequiará a los asistentes al acto que presentará Ángel Olgoso, el lunes 9 de julio, a las 20 horas, en el Centro Artístico de Granada.
La publicación promovida por Juan Chirveches, junto con Francisco José Carpena y Antonio Marín, cuenta con presentación de José Luis Pascual, presidente de ACAIP, introducción de Antonio Marín, prólogo de Francisco Gil-Craviotto e introito de Juan Chirveches. Si el primero justifica que entre sus fines de ACAIP se contempla la difusión del arte y la cultura en el medio penitenciario, así como la difusión de conocimiento a la sociedad, el segundo presenta cada uno de los relatos ganadores de las ocho ediciones del certamen que hasta ahora se han convocado a los que se han añadido veintidós más entre los finalistas y destacados del total de ediciones. Junto a estas páginas, como destaca Juan Chirveches, varias ilustraciones en el interior igualmente de David Zaafra, «el magnífico artista granadino que de manera completamente altruista realizó las ilustraciones para el libro y siempre colaboró con el certamen de manera absolutamente generosa».
Por su parte, Antonio Marín realiza un breve recorrido de este certamen literario de relatos cortos que incluiría inicialmente una ceremonia de entrega con mesa redonda con la participación de prestigiosos juristas. Año tras año su celebración se ha ido convirtiendo en un acontecimiento cultural de primer orden para lo que se ha contado con la colaboración de instituciones granadinas tales como el Ayuntamiento de Granada (Palacio de los Córdova, entre otros), Universidad de Granada (Carmen de la Victoria, Paraninfo y Jardín Botánico), Peña de la Platería, Restaurante Chikito, etc. Así mismo, destaca la labor del jurado y del director técnico Juan Chirveches, «quien tuvo el acierto, desde la segunda edición del certamen, de apellidarlo relato corto carcelario», para terminar con su reconocimiento a Enrique Seijas, a título póstumo; al presidente de honor del jurado Francisco Gil-Cravioto; a Esteban de las Heras, Antonio Chicharro, José García Román, Antonio Carvajal, Ángel Olgoso, Celia Correa y José Moreno Arenas, entre otros.
Asimismo, Gil Craviotto reconoce que «a primera vista parecía imposible que un tema tan concreto y ceñido a una realidad –el preso y la cárcel-, pudiese dar tantos matices, tantas situaciones y puntos de vista como aquí se ofrecen. El lector lo va comprobar en cuanto se adentre en el libro». Antes realiza una breve sinopsis de les relatos incluidos en el libro destacando sus características y peculiaridades, lo que hace desde el primer relato ganador en 2010, de título ‘Alicia’ firmado por Miguel Ángel Herranz, para continuar con ‘Los presagios de mamá’ de Nélida Leal Rodríguez, ‘Sombras en las que perderse’, de Enrique González Gangarillas, ‘Al final’ de Joaquín Eloy-García León, ‘Por fin soy libre’ de Carmen Peña Valdivia y ‘Una suerte de fe’ de Pablo Villa González. A ellos, hay que añadir los dos premiados en las últimas ediciones ‘El último presidiario del Hacho’ de Francisco Javier Suárez de Vega y ‘La llamaré esta noche’ de Gloria Cabello.
Por último, Juan Chirveches expone cómo sucedió la trágica muerte de la granadina Conrada Muñoz, madre del funcionario de prisiones Dionisio Bolívar a cuya vivienda de Montillana llegó un paquete-bomba enviado por los asesinos de ETA, que la convirtieron en la primera víctima del terrorismo en la provincia de Granada, a la que siguieron Domingo Puente y Luis Portero. «Por esto la fundación Sociedad y Justicia, ligada al sindicato profesional de funcionarios de prisiones Acaip, convoca cada año desde Granada, para toda España, el Certamen de Relatos Cortos Carcelarios Conrada Muñoz, que se inscribe en el Memorial de su nombre, y que en poco tiempo está alcanzando en todo el país una repercusión, una notoriedad y un prestigio ciertamente notables». También indica que «es un premio del cual queda muy lejos cualquier sombra de amañamiento, enjuague o fraude, frecuente, como todo el mundo sabe, en muchos otros concursos o premios literarios». La no conocatoria del certamen en 2018 obedece precisamente a la edición de este libro recopilatorio.