Si algo procuramos en esta serie es la variedad. Es por eso que junto a «vehículos cuadrados» y «motos guapas» intercalamos otros modelos que para muchos tengan poco de singular, pero que no obstante nos consta también agradan a los lectores quizás porque aprendieron a conducir con él, tuvieron uno de su propiedad o algún familiar, porque ¿quién no conoce a alguien que haya tenido algún modelo de Renault 5? Sólo estuvo en fase de fabricación dos décadas -de 1972 a 1992- y del mismo se fabricaron poco más de cinco millones de unidades, sumando todas las versiones, 5.325.890 unidades para ser más exactos. Uno de los últimos en salir de la factoría FASA Renault de Valladolid vino a parar a Santa Fe, donde fue adquirido por la hermana de uno de nuestros fervientes seguidores, Javier Robles, propietario así mismo de un Renault Ondine que ya fue objeto de reportaje. Javier explica que «soy muy aficionado a los coches, y entonces cuando vi aparecer esta serie tan bonita de vehículos clásicos me tomé el interés de coleccionarlo todas las semanas, lo cual seguiré mientras salga y luego lo encuadernaré».
En esta ocasión el lugar elegido como escenario de la foto ha sido el santaferino Paseo Señor de la Salud, por aquello que de telón de fondo queda esta ermita, también conocida como ‘Ermita de los Gallegos’ pues un gran número de ellos que habían participaba en en la Guerra de Granada la construyeron. En su interior se puede ver un camarín rococó donde se encuentra una imagen del Cristo de la Salud, atribuido a Pablo de Rojas (siglo XVI). Y con este escenario Javier y Antonio Luis nos van relatando algunos detalle de este Renault 5 rojo que se conserva en bastante buen estado, lo cual no es extraño apenas supera los 114.000 kilómetros. «Mi tía lo compró hace 26 años en la Renault de Fabián Arenas, en Santa Fe, kilómetro cero, y apenas lo ha utilizado pues siempre ha trabajado en el pueblo y ha utilizado un Vespino.
El coche solo lo ha utilizado para desplazarse en alguna ocasión a Granada», nos cuenta el Antonio Luis que desde hace poco más de un año trabaja como reponedor-cajero de Mercadona y que anteriormente lo ha hecho en distintas empresas como Mario 100 o Cash Arenas. Por su parte, Javier añade que, en el día de mañana su hijo se encargará del manteniendo tanto, del Renault 5 como del Renault Ondine y un 600 de los últimos que se vendieron. Al parecer la única reparación que ha requerido ha sido la sustitución de las placas de la matrícula «porque estaba abollada o perdió algún número». Tarea que realizó el otro hijo de Javier, mecánico de profesión. Según la tarjeta técnica este este Renault 5 G C1E tiene 34 CV y 1.108 centímetros cúbicos.
En febrero pasado se celebraba el 46º aniversario del lanzamiento este este coche que en muy poco tiempo se convirtió en el preferido de muchos conductores de los años 70 y 80. Nacido bajo la denominación de Supercar supuso grandes innovaciones por sus formas redondeadas, los paragolpes de poliéster integrados en las carrocería, la desaparición de las empuñaduras de las puertas. También por su espacio interior para un coche de su categoría suficiente para cuatro adultos a lo que hay que añadir sus asientos traseros abatibles lo que ofrece una capacidad de carga bastante considerable. Para la carrocería Renault 5 optó por una estructura monocasco y su diseño compacto lo hacían ideal para la ciudad ya que mide 3,5 m de largo por 1,52 de ancho. El éxito superó con creces todas las expectativas hasta el punto de que los compradores no tenían más remedio que esperar dada al alta demanda. De hecho se convirtió en el coche más vendido en Francia durante diez años (1974-1983) y la versión TL fue la más comercializada, con 239.513 ejemplares en 1980.
Uno de los lemas publicitarios de este modelo fue ‘es más divertido en un 5, en el que con música de la época mostraba que también se puede viajar con estilo en un Renault 5, que tomó tecnologías presentes en Renault 4 y Renault 6 y que servía para «todo el año, las vacaciones y el trabajo, el día a día y los fines de semana, y las ciudades y los pueblos».
¿Creación de Bernard Hanon o de Michel Boué?
En cuanto a la paternidad del Renault 5 hemos encontrado dos teorías. Por un lado, se afirma que fue idea de Bernard Hanon, un profesor de Gestión en la Universidad de Nueva York que formaba parte de la estructura americana de Renault, cuyo contacto con los jóvenes le permitió conocer los gustos de una generación que pugnaba por cambiar la sociedad cuyas ideas innovadoras fueron bien vistas por Louis DreyFus, director general de Renault, quien aceptó la propuesta de Hanon, dando vía libre a un proyecto cuyo nombre en clave era 122. Sin embargo, otra teoría señala que fue un diseñador recién llegado a Renault, Michel Boué, para trabajar bajo la dirección del responsable de diseño de la marca, Gaston Juchet. «Cuando Michel Boué apenas llevaba unos meses en Renault, decidió entretenerse dibujando trazos sobre unas fotografías del Renault 4». Ello que le llevó a diseñar un coche con una silueta redondeada y estilizada en la que cualquiera ya habría podido reconocer lo que finalmente sería el Renault 5 definitivo. En cuanto sus compañeros, y sus jefes, se percataron de lo que había diseñado, y del potencial que tenía, no dudaron en apoyar aquel trabajo que inicialmente había realizado por cuenta propia y en sus ratos libres. En dos días, aquellos bocetos se habían transformado en una maqueta a escala moldeada en espuma de poliestileno.
Próxima entrega: Paco Pasadas y su Griffon 110 de 1974
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