Hablemos de las nuevas generaciones, de quienes están llamados a liderar nuestro futuro. Refirámonos a todos esos jóvenes tildados de “caprichosos” e “inmaduros”, de personas pegadas a una pantalla (ya sea móvil, Tablet, ordenador o televisión). Familiarizados con entornos virtuales, cierto es que asistimos a nuevos tiempos. Nos encontramos con chicos/as poco comunicativos (generalmente), consumidores de la “telebasura” y las “redes sociales”. ¿Quién no ha oído hablar de Facebook, Instagram o Twitter?
Estos tres términos conviven a diario con nuestros/as protagonistas. Turno para una nueva realidad y con la que hemos de saber actuar.
¿Realmente todo es malo?
A mi juicio, considero que “NO”. Ayudémosles a llevar las riendas de sus vidas. Erijámonos en tutores o modelos, asesores ante determinados contextos que piden ayuda urgentemente. Si contamos con las llamadas “generaciones de las nuevas tecnologías“, orientemos hacia un buen uso. La inacción o la crítica sin facilitar herramientas o argumentos ante una determinada postura, entraña un enorme peligro en pro de lograr la prosperidad.
“Como docentes, sería tarea positiva saber mostrar a nuestro alumnado la posibilidad de resolver problemas a través o por medio de la tecnología.” |
Dejemos de ser “individuos convencionales” y emprendamos nuevas aventuras, sabedoras de las diferencias entre nuestros tiempos y los actuales. Adentrarse en el inabarcable mundo de la tecnología permite fomentar la creatividad. Como docentes, sería tarea positiva saber mostrar a nuestro alumnado la posibilidad de resolver problemas a través o por medio de la tecnología. Si aprovechamos las numerosas posibilidades que nos ofrece este NUEVO MUNDO, podremos inculcar un espíritu emprendedor, formando personas independientes y marcando en todo momento las pautas o líneas rojas que no debemos traspasar.
De la misma forma, invitemos a los progenitores a tomar parte. Padres y madres deben saber que las redes sociales, los videojuegos, los ordenadores, las tabletas o las app forman parte del día a día. El diálogo debe imperar en nuestros hogares, enseñando a manejar Internet con seguridad o cuidar nuestra privacidad. No olvidemos poner en práctica iniciativas de ocio saludables, buscando la interacción o comunicación en la vida real. Nuestra premisa debe ser: “SÍ al uso controlado, NO a la adicción”. Como profesores o progenitores, tendamos a la cooperación, a otorgar responsabilidades, así como al ejercicio de la reflexión, al necesario debate dentro y fuera del aula.
En definitiva, la educación ha de estar siempre al servicio de la formación integral, pero no es tarea única y exclusiva del docente. Accedamos a los nuevos recursos que nos ofrece el amplio universo tecnológico y comprendamos a nuestros jóvenes, adaptándonos en pro de conocer mejor las claves del futuro.
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Rafael Bailón Ruiz |
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