El Taller de Grabado La Granja que, además de taller dedica un espacio a exposiciones, acoge en estos días, varias obras de cuatro artistas de diversa procedencia: el brasileño, Roberto, (Beto) de Nascimento, que fue quien les puso en contacto; el ovetense, Emilio Freire; el extremeño, Francisco Domínguez y el jiennense afincado en Granada, Ramón Moya que de alguna manera ha sido el contacto para esta exposición en Granada, ya que es amigo y discípulo del director de La Granja, Emilio Luis Fernández Garrido. La muestra han tenido a bien denominarla ‘4 Miradas’ y recoge grabados o xilografías realizadas por estos artistas en fechas recientes.
«Nos conocimos hace tiempo a través de Facebook. Emilio y Francisco han venido para la inauguración y nos falta Beto, que por el tema de la distancia no ha podido estar aquí, por lo que he traído una foto suya para que de alguna forma esté presente», nos cuenta Ramón al tiempo que añade que sus compañeros son «grandes artistas con un currículo extenso. Lo más destacado de esta exposición es la diversidad. Emilio Freire trabaja muy bien la xilografía, con colores vivos, Beto también es un gran amante de la xilografía, como se puede ver en los trabajos expuestos, con temas muy relacionados con su tierra como es el café, las flores o animales y Francisco es inventor de técnicas, por lo que marca la diferencia». Las obras, por sugerencia del director de La Granja, están entremezcladas para que haya mezcolanza y de esta manera conseguir que el visionado de las mismas sean más ameno.
Emilio Freire ha venido desde su Oviedo natal para estar presente en la inauguración pero también «para disfrutar de la ciudad de Granada y conocer personalmente a estos amigos. He traído cuatro obras, dos xilografías, un acetato y un aguafuerte, realizadas en los últimos seis meses». Jubilado de la banca, siempre tuvo presente el arte, lo que le ha llevado a pasar por diferentes escuelas y talleres. Ha realizado desde escultura hasta grabado que descubrió hace unos seis años y que reconoce le engancha. También cuenta que en Oviedo cuentan un taller muy parecido al granadino llamado Decero Creativo donde se aprende grabado y se realizan exposiciones.
Por su parte, Francisco, señala que su temática, como buen extremeño tiene mucho que ver con las encinas, robles y que ha intentado destacar «esa energía que se percibe en la naturaleza con sus caprichosos detalles y texturas. La naturaleza nos tiene muy enganchados especialmente por la fuerza y vitalidad que tiene el árbol». Asimismo, explica que en Extremadura hay muy pocos grabadores que trabajen el grabado de forma tradicional, no así el moderno pues hay una Escuela de Bellas Artes donde se enseña la técnica. Indica que tras hacer un curso de grabado, el profesor presentó unos grabados suyos y empezó a trabajar en una empresa casi siempre por encargo, por lo que ahora está disfrutando al poder hacer lo que le apasiona.
Tanto Emilio como Francisco, coinciden en afirmar que los artistas del grabado llevan la tinta en la sangre. Este es el caso también de Ramón que en esta muestra presenta cuatro obras: una de un tronco de un pino bimilenario, muy emblemático de la Sierra de la Entrega, otro de olivo con el tronco muy rugoso; la sierra de Quesada, en la cordillera de los Agríos y una cabeza de galgo.
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