Blas Carlos Malo Poyatos (Alcázar de San Juan, Ciudad Real, 1977) presume de raíces jienenses y ser granadino de adopción. Aunque es ingeniero de caminos, su gran pasión es la historia, en especial el Imperio bizantino y la Edad Media. Junto a Carolina Molina ha sido director de las Jornadas de Novela Histórica de Granada, de 2013 a 2016. Ahora vuelve a ser noticia por la publicación de su última novela histórica, ‘El Veneciano’ (Edhasa) que presenta el viernes, 16 de noviembre, en Librería Babel (C/ Gran Capitán, s/nº) donde le presentarán el colaborador de IDEAL, Jesús Lens y la crítica literaria, Jana María Pérez (19 h). Esta es su quinta novela histórica, tras ‘El esclavo de la Al-hamrá’ (2010), ‘El Mármara en llamas’ (2012), ‘El señor de Castilla’ (2013) y ‘Lope. La furia del Fénix’ (2016)
– ¿Por qué considera un hecho relevante su nacimiento en 1977, junto con el envÍo de la NASA de las sondas Voyager al espacio y la publicación en castellano de ‘El Silmarillion’ de J.R.R. Tolkien, o al menos así es como lo dice en su blog personal?
– La ciencia y el conocimiento nos ha engrandecido como civilización de forma global. Los enciclopedistas lo resumieron bien, la educación perfecciona al hombre. El hito como civilización en el siglo XX se alcanzó con la era espacial, y con las sondas Voyager en particular. Con ellas hemos abandonado la Tierra y nos hemos abierto a las estrellas. La era espacial llenó a muchos niños como yo de sueños y entusiasmo por el futuro y la ciencia ficción, que fue el cimiento de mi pasión por la lectura. Tolkien es otro pilar fundamental, con su fantasía heroica y también historicista porque su obra bebe de las mitologías, del cénit y ocaso del imperio romano y del imperio bizantino, del conflicto entre desarrollo industrial y la defensa de la naturaliza, y de los horrores de las dos guerras mundiales. Con él pasé de la fantasía a la historia. Y nacer siempre es un hito personal. Leo, pienso y escribo porque existo.
– También se presenta como un enamorado de la Alhambra ¿Cómo surgió ese idilio?
Quien vive en Granada no puede escapar del embrujo de la Alhambra. Ken Follet había escrito sobre la construcción de una catedral, en España también lo hizo Ildefonso Falcones. Y pensé porqué no hacerlo sobre la construcción del Patio de los Leones de la Alhambra. Lo que comenzó como un relato corto, con el entusiasmo del principiante acabó convertido en «El esclavo de la al-Hamrá», mi primera novela. Desde entonces, sigo escribiendo.
– ¿Por qué han dejado de celebrarse las Jornadas de Novela Histórica?
– Sobre las jornadas de novela, tras 6 ediciones, desde 2013 a 2016, otros proyectos y crecientes responsabilidades de los fundadores no hicieron posible la continuidad de este proyecto, concluyéndolo en 2017. Espero que de alguna forma quede memoria de esta breve semilla sobre Historia y Libros en Granada.
– ¿Cuándo y porqué a un ingeniero de caminos le da por escribir novela histórica? ¿Cuántas horas diarias dedica a la escritura?
– Desde siempre y por soledad. Ciencias y humanidades deben ir de la mano para hacer hombres completos, y eso no se cultiva ni se defiende ni en el instituto ni en los planes de estudios universitarios. Pero en mi casa siempre ha habido libros, y quien desde pequeño ve libros en su casa acaba leyendo alguno. Por eso defiendo el libro en papel por encima de cualquier otro formato.
En cuanto al tiempo, dedico a la literatura entre dos y cuatro horas diarias. No solo es escribir. Hay que leer, hay que pensar, y por encima de todo, hay que imaginar. Escribir es el acto de pasar todo eso a un papel.
– ¿Por qué le atrae tanto el Imperio Bizantino y la Edad Media?
– La Edad Media en nuestro país fue una época llena de conflictos políticos, culturales y de religión, con grandes hechos y grandes personajes. El imperio bizantino fue luminoso, heredero y defensor de la cultura grecolatina, nexo entre Oriente y Occidente, y semilla del Renacimiento europeo. ¡Y se ha novelado tan poco sobre sus hechos, sus guerras, sus triunfos y héroes, sus emperadores! Granada fue, brevemente, también territorio bizantino. Las dos épocas me parecen irresistibles.
– ¿Dónde surge la chispa para pensar que en la Venecia de finales del XVIII había una novela histórica?
– De la obra de John Julius Norwich, ensayista inglés recientemente fallecido, autor de una monumental historia de Bizancio y también de Venecia. La caída de la Serenísima República tras mil trescientos años de vida me pareció tan dramática como la caída de Constantinopla en 1453. Me decidí a escribir la novela y emular con Venecia la gran novela que Mika Waltari escribió sobre Bizancio.
– ¿Cuándo empieza a documentarse? ¿Cuánto tiempo ha tardado en estar lista para enviarla a la editorial?
– Desde el momento de la chispa hasta la propuesta editorial han pasado cuatro años. Dos y medio de documentación, otro de escritura, y casi otro de revisión y corrección.
– ¿De los 17 personajes principales de la obra? ¿Con cuál se queda?
– Con Marco Lascaris, sin duda, por su evolución, su trasfondo y el guiño que con él hago a Bizancio. Tras el saqueo de Constantinopla por los cruzados en 1204 los Lascaris dieron emperadores a Bizancio. Constantinopla fue reconquistada a los latinos y aún sobrevivió doscientos cincuenta años más.
– ¿Qué nos puede contar de la trama, sin destripar la historia y que sirva para despertar el interés de posibles lectores?
– En una Europa desgarrada por la guerra entre Francia y Austria, con la intervención de Inglaterra, Venecia, declarada neutral, deberá escoger si someterse o no a Napoleón. Y todas las opciones son dramáticas, porque la Francia revolucionaria está decidida a acabar con la oligarquía que dirige Venecia y a entregar al poder al pueblo, quiera el Dogo o no.
– ¿Cómo es su Napoleón Bonaparte? ¿Qué otros personajes destacados de la Historia aparecen en sus páginas?
– Napoleón es un gigante de la Historia, un tirano inspirado lleno de genio militar y político , decidido, precavido y astuto. Los otros dos personajes históricos destacados son el dogo Ludovico Manin, de quien encontré una copia de sus memorias en Florencia; y el comisario político Edme Joseph Villetard, ambicioso, galante e irresistible. Y doy un papel importante al abate Tentori, de origen español.
– ¿Entre los cerca de 40 secundarios ¿Cuántos son ficticios y cuántos históricos?
– En la parte final del libro desvelo qué parte es historia y qué parte es ficción. Pero casi la totalidad de personajes existieron. Los minuciosos registros de los archivos venecianos me dieron los detalles para escribir la novela y relacionarlos a todos.
– ¿Qué comentarios le han hecho llegar los primeros lectores?
– Les ha encantado. Y sorprendido. Por el cambio de registro y de época. Como escritor, creo que cambiar de época es enriquecedor. Puede, además, dar pistas para hallar nuevas historias que contar.
– ¿Qué le supone compartir editorial con Teo Palacios, Francisco Narla y Javier Pellicer o Lindsey Davis?
– Los conozco bien a todos ellos, tanto en lo personal y como escritor y lector, y Edhasa es una editorial de referencia en novela histórica. Estoy contento, orgulloso y agradecido. Pero apunto que en general la última década ha sido una pequeña Edad de Oro en novela histórica en todas las editoriales, y con la que muchos autores nuevos nos hemos dado a conocer, esperemos que por muchos años sigamos escribiendo con entusiasmo.
– Informa que ya está trabajando en su próxima novela que saldrá en 2019, ¿nos puede adelantar algún detalle?
– Puedo comentar que de nuevo novelaré sobre nuestra Edad Media. Cuando uno cree que ya se ha contado casi todo aparece, de repente, la inspiración.
– ¿Desea destacar algo más?
– La novela está lleno de guiños, que espero los lectores encuentren. Pero se centra en una idea: no se necesita ser Hércules ni ser un prodigio de dones de la naturaleza para ser un héroe. Los hombres comunes e imperfectos, por la presión de las circunstancias, también pueden ser héroes. Y con eso también te acabo de sugerir un titular para la entrevista.
Para saber más:
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