Cada vez nos resulta más difícil que algo nos sorprenda y nos emocione. Y sin embargo seguimos descubriendo tesoros escondidos a la vuelta de la esquina de Gran Vía.
Somos una asociación de ‘Amigos del Patrimonio de Granada’, un colectivo sin ánimo de lucro cuyo objetivo es conocer, difundir y tratar de preservar nuestro patrimonio monumental, cultural y natural. Habitualmente organizamos visitas a monumentos, museos…, tanto dentro de Granada y provincia como en otras provincias limítrofes. También organizamos conferencias, encuentros musicales y otras actividades. Para todo ello contamos con la colaboración de los socios y también de muchas personas e instituciones que de manera altruista colaboran, como conferenciantes o cediéndonos instalaciones como el Carmen de la Victoria, el Colegio Mayor Santafé, el Colegio Mayor Cardenal Cisneros, para desarrollar estas actividades. A todos ellos y a tantas otras instituciones que han colaborado con nosotros, quiero aprovechar para manifestarles nuestro más sincero agradecimiento.
Hemos visitado todos lo que creíamos de interés en Granada, pero cuando ya creíamos haberlo visto casi todo, el martes 27 de noviembre realizamos una visita que, a todos los socios que asistimos, nos causó una gratísima sorpresa. Todos los días pasando por la puerta del Instituto Padre Suárez y que poco sospechábamos que encerraba ese tesoro. Si, el museo de Ciencias Naturales del Instituto Padre Suárez nos ha dejado muy gratamente impresionados por la profusión de piezas que hemos encontrado, más de diez mil; piezas de paleontología, una magnifica sala de zoología con una extensa variedad de animales, una colección de aves insólita, todo magníficamente expuesto y cuidado, y que decir de la colección de semillas y la colección de figuras de estereoscopia de anatomía y botánica.
Y especialmente reseñable la colección de artefactos decimonónicos (verdaderos artilugios artísticos) de física y química, una belleza y una colección digna de figurar en los mejores museos específicos de este tema.
Pero si el museo es meritorio, tanto o más lo son los profesores don Emilio Padilla y José Luis Rodríguez-Campra, que con un gran mimo y celo lo mantienen, lo enriquecen, lo cuidan personalmente, lo viven con pasión y así mismo nos lo han sabido transmitir. Pocas veces alguien consigue contagiar esa pasión y ellos lo han conseguido, el museo lo merece y la calidad profesional y humana de estos profesores de instituto también. Yo como secretaria de la asociación y en nombre de todos mis compañeros quiero hacer un pequeño homenaje a estos héroes anónimos que desgraciadamente no salen en los medios ni son fenómenos de masas y animo a todos los granadinos a emocionarse con este tesoro escondido.
Emilia Carrillo.
Secretaria de la Asociación Amigos del Patrimonio (GRANADA)
(Nota: Este texto se ha publicado como Carta al Director en la edición impresa de IDEAL, correspondiente al jueves, 6 de diciembre de 2018)