La explanada de la ermita de la Virgen de la Victoria y los restos del castillo de la Peña, en Martos, fueron el escenario elegido por Antonio Jesús Órpez para su furgoneta Volkswagen T1 de 1973. Así, pues, realizamos las fotos y entrevista en los terrenos donde los marteños celebran su romería, el último fin de semana de mayo y visitan en otras estaciones del año buscando el fresquito y aprovechando que hay algunas barbacoas junto a esta ermita construida a mediados de los 70 y frente a los restos del castillo de la Peña o fortaleza alta levantado en el siglo XIV por la Orden de Calatrava sobre las ruinas de otra antigua fortaleza árabe, y esta a su vez sobre la primitiva fortificación ibero-romana que desde 1985 está declarado monumento histórico junto con el castillo de la Villa o fortaleza baja. Lugar al que llegamos tras dejar atrás la población y recorrer una carretera asfaltada que conduce a la Ermita de la Peña. El propietario se había puesto en contacto con nosotros por Facebook y a través del correo electrónico arriba indicado. En él nos informaba que es socio del Club 6oo de Jaén y se confiesa fiel seguidor de esta serie. También indicaba que posee una una VW T1 de la que nos adjuntaba «tres fotillos». Igualmente que, además de la furgoneta es propietario de un R12TS, un Seat 6ooD, una Bultaco Mercurio y una Mobylette AV-188; «cada uno de los cuales encierra su propia historia».
Ofrecimiento que atendimos con celeridad, pues a mediados de diciembre ya estábamos en Martos, dispuestos a recoger la historia de la furgoneta que este ingeniero industrial que trabaja en el sector de la automoción en la fabricación de componentes, adquirió en Brasil. Antonio Jesús Órpez que esta semana ha cumplido los 36 años de edad y que está a punto de ser padre, explica que desde pequeño le viene la afición por los vehículos, lo que le llevó a estudiar esta carrera y a dedicar sus ratos libres a los vehículos clásicos. Respecto a la furgoneta nos comenta que «hace dos años que la traje de Brasil. Por mi profesión, viajo mucho pues tenemos 20 fábricas repartidas por distintos países, y en una de las visitas que hice a Brasil en 2012, vi que esta furgoneta es muy común en este país. Yo me quedé enamorado y empecé a pensar cómo hacer para traerme una, porque me gustó mucho. En 2016, con la ayuda de mis compañeros de allí, lo conseguí». Reconoce que «tenía muy buena base y más o menos le funcionaba todo. En este tiempo le he ido dando mi toque procurando eso sí que todas las piezas sean originales». Respecto a los colores originales explica que en el 1973 estaba pintada de blanco por completo, pero que, «en algún momento se cambió a rojo y blanco, pero a la inversa de como está ahora. Cuando la compré tenía una pintura no original en color mate. Los colores originales de la versión de luxe los busqué en el catálogo original de Volkswagen, rojo montana y blanco lotus, y me animé a ponérselos de nuevo».
A continuación nos abre la puerta para que veamos la original tapicería que al parecer hizo el anterior dueño brasileño, que llama poderosamente la atención al combinar el rojo y el blanco con un toque de papel de periódico. Igualmente nos ofrece algunos datos técnicos. En referencia al motor señala que «es el típico de VW, plano, cuatro cilindros opuestos, refrigera por aire, nada de agua, con una cilindrada de 1500 cc y 50 CV. Es una maravilla y va muy bien. Por cuestiones aerodinámicas no es un vehículo para pasar de 100 Km/h pero te permite hacer viajes, a esa velocidad». Tiene capacidad homologada para 9 plazas en el sentido de la marcha y es posible desmontar los asientos traseros para ponerlos opuestos. También que «el asiento trasero se le llama Rock and Roll Bed porque se puede convertir en cama. Así que echas las cortinas y puedes dormir». Cosa que le gusta pues tiene «en la cabeza utilizarla para conocer la naturaleza no como una camper pues al ser histórica no se puede ‘camperizar’»
Símbolo del ‘flower-power’
Antonio nos cuenta que en su furgoneta se puede meter de todo. De hecho, él forma parte del grupo de música ‘Gulah’ con el que toca la batería «y quitando estos asientos la utilizo en nuestros desplazamientos pues es una gozada ir todo el grupo con los instrumentos sin problemas, gracias a una longitud de 4,26 metros». También nos da algunos datos históricos pues sabe que la T1 comenzó a gestarse en los años 40, y en la siguiente década se inicia su fabricación en Alemania y Brasil. «Este modelo de T1 se fabricó en Brasil desde mediados de los 50 hasta el 75 y en Europa hasta el 1967, que es cuando se lanzó la T2», señala antes de añadir que el consumo, según ha podido comprobar, ronda los 10 litros a los 100 Km. Tiene constancia de que entre Jaén y Granada hay otro chico con una T1 azul que utiliza para bodas y que en Martos tiene dos amigos con sendas Volkswagen T2 que han camperizado al ponerle un techo elevable. En la web www.autoscout24.es se dice que este modelo es «uno de los modelos más afamados de la marca Volkswagen». Está considerada como furgoneta de culto y fue popularizada por tribus urbanas de surferos y hippies lo que acabó por convertirlo en uno de los símbolos del famoso ‘flower power’. Nacida gracias a una idea del holandés Ben Pon fue un modelo que pasó por diferentes adaptaciones, ya que fueron utilizadas para coches de bomberos, vehículos de carga o como ambulancias.
Próxima entrega: Juan Sánchez Vargas y su MG Cabrio Migdet de 1978
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