Observo como educador cosas muy positivas de las nuevas generaciones, si bien otras que llegan a desmontar en ocasiones las mismas. Movimientos estudiantiles convocados en las últimas semanas, nos permiten asistir como espectadores a un compromiso (fuera de toda duda) por parte de nuestros adolescentes, pero manchado por un nulo conocimiento de qué se reivindica.
Tras las manifestaciones multitudinarias del 8 de marzo, el 15 de marzo tocaba salir a la calle para denunciar el cambio climático en el mundo. Con un grito claro “¡Todos somos Greta Thunberg!” (joven que se escondía al final de la clase, diagnosticada con síndrome de Ásperger y líder de un movimiento en favor de un planeta), los estudiantes debían contar con datos preocupantes antes de salir a la calle: las olas de calor en el mar tienen el mismo efecto que los incendios en los bosques (por ejemplo).
“Las acciones de esta activista -Greta Thunberg- han ganado en popularidad gracias a las redes sociales, contando su protesta con el apoyo de agrupaciones estudiantiles de todo el mundo” |
Este movimiento sin precedentes ha sido denominado “Fridays for future”. Las acciones de esta activista han ganado en popularidad gracias a las redes sociales, contando su protesta con el apoyo de agrupaciones estudiantiles de todo el mundo. Cierto es que la enseñanza que nos transmiten a los adultos con estas movilizaciones debiera despertar el más sincero de los aplausos, pero también emplazo a aquellos estudiantes que van a las manifestaciones como simples “corderitos” o “seres borreguiles” a leer.
Comienzan las actuaciones de gobiernos y colectivos, gracias en buena parte a líderes o iconos como Greta. Los movimientos juveniles son capaces de cambiar hechos o situaciones que parecían condenadas al olvido o el inmovilismo. Movimientos como “Juventud por el Clima” empiezan a sumar adeptos a la causa de la huelga por una situación de evidente EMERGENCIA. A quienes son capaces de unirse contra hechos reprobables, vuelvo a reiterar mi apoyo incondicional, manifestando una vez más mi crítica a los que únicamente ven en las huelgas o manifestaciones una herramienta o vía de escape para perder clases o gritar al unísono frases cuyo contenido es loable, si bien en muchos casos desconocen qué y cómo se defiende.
Si los jóvenes están dispuesto a empaparse a través de la información, de contrastar las diferentes posturas existentes en relación a un tema y de manifestarse con conocimiento de causa, sirva mi RECONOCIMIENTO desde estas líneas. Que este escrito invite a la reflexión y al RECONOCIMIENTO de jóvenes como Greta Thunberg.
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Rafael Bailón Ruiz |
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