Hoy hablaremos de un autor hispano musulmán Abu-l-Walid Isma’il ibn Muhammad Al-Saqundi, más conocido simplemente como Al Saqundi. Muy poco se conoce de su vida, sólo sabemos que nació en Saqunda y que falleció en 1231.
Saqunda era un floreciente y próspero arrabal o barrio de Córdoba poblado sobre todo de artesanos con una mayoría de muladíes (cristianos conversos al Islam). Tras las revueltas por motivos socio económicos del 805 y 815 el arrabal fue arrasado y sus habitantes huyeron. Quince mil de ellos se exiliaron en el reino de Fez y allí fundaron, en Fes, el barrio de ‘el -Andalus’ que hasta hoy existe. El resto se marchó hacia la isla de Creta, la conquistaron y fundaron un reino independiente.
Volviendo a nuestro tema , Al Saqundi estudió leyes y fue juez en Ubeda, Baeza y Lorca. Formó parte de la corte almohade de al-Mansūr, a quien le dedicó un madīh (panegírico) ensalzándole por su victoria en Alarcos (591 h. / 1195 d. C.).
En cierta ocasión, encontrándose en Ceuta discutió con el autor marroquí Abu Yahya Ibn Al Mu`alim al Tanyi sobre la excelencia de sus respectivos reinos. Como respuesta a las afirmaciones de que Marruecos era muy superior al Andalus (España), nuestro autor escribió su obra famosa: «Rissala fi fadl Al-Andalus‘ que siglos después Emilio García Gómez mal tradujo (no sé con qué intención, aunque la sospecho), como ‘Elogio del Islam español’, cuando la traducción más literal y sencilla era ‘Elogio de al Andalus’ o simplemente ‘Elogio de España’ (los musulmanes denominaban a la península ibérica con el nombre de el Ándalus (Portugal comprendida). Al Saqundi defendía la superioridad en todos los campos de la cultura, la ciencia, la lírica etc. de España sobre el Maghreb, y analizaba punto por punto y ciudad por ciudad de dónde brotaba esa superioridad. Al final de su obra, daba gracias a Dios por haber nacido en España). “Yo alabo a Dios porque me hizo nacer en al-Andalus y me concedió la gracia de ser uno de sus hijos»
El fragmento que copio a continuación sobre los sevillanos pudo haber sido escrito hoy mismo pero resulta que los sevillanos ya eran así hace más de ¡ochocientos años!
“Los sevillanos son la gente más ligera de cascos, más espontáneas para el chiste y más dadas a la burla, aún empleando las más feas injurias; y de tal suerte están habituados a esto y lo tienen por hábito, que entre ellos es considerado odioso y cargante el que no se dedica a tales cosas y no da y acepta esta clase de bromas”.
Sobre GRANADA, escribió:
«Granada es el Damasco de al-Andalus, pasto de los ojos, elevación de las almas. Tiene una alcazaba inexpugnable, de altos muros y edificios espléndidos. Se distingue por la peculiaridad de su río, que se reparte por sus casas, baños, zocos, molinos exteriores e interiores y jardines. Dios la ha adornado colocándola en lo alto de su extensa vega, donde los lingotes de plata de los arroyos se ramifican entre la esmeralda de los árboles… encantan ojos y corazones, sutilizando las almas. Todo en ella es nuevo y peregrino. No le faltan ilustres personajes, grandes sabios y eminentes poetas; pero aunque no tuviese más que el privilegio que Dios le concedió de ser la ciudad en que sobresalieron poetisas tales como Nazhun al-Qala`iyya, Zaynab bint Ziyad y Hafsa bint al Hayy, tendrías bastante en cuanto a ingenio y cultura».
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