Se dice que la sexualidad es un fenómeno social que cambia en función a las costumbres en un determinado momento histórico, de un espacio concreto y en una cultura definida. De hecho parece estar documentado que el incesto era una práctica común en las antiguas civilizaciones y, así, los faraones veían con normalidad las relaciones sexuales con las hijas o entre hermanos con el fin de preservar la pureza del linaje. Así, también, se dice que la forma más común de las relaciones sexuales en Grecia era la pederastia, es decir, la relación entre un hombre mayor y un joven adolescente, que generalmente debía actuar de sujeto pasivo y en la mayoría de los casos poseía la condición de esclavo. Igualmente, se dice que las relaciones homosexuales estaban al orden del día en el entrenamiento y adiestramiento militar.
Posteriormente los romanos verían, en esta forma de vida, una de las causas fundamentales de la decadencia griega. Lo que sucede es que los romanos siguieron por el mismo camino y actuaron de la misma manera, a tal extremo, que al único emperador romano que no tuvo ningún amante masculino fue Claudio, que gobernó desde el año 41 al año 54 d C. No podemos imaginar la que le cayó en su momento por su condición heterosexual, vamos que si en la época hubieran existido redes sociales hubiera sufrido un proceso de desgaste que no hubiera gobernado ni medio día. Eso sí, no se libró del proceso de linchamiento de algunos escritores de Roma.
Y es que la humanidad no cambia: Nerón fue el primer emperador en casarse con otro hombre y no fue precisamente su primer matrimonio, pues ya se había casado con anterioridad otras dos veces con varón; y qué decir de los numerosos ejemplos de literatura lírica (ensalzando el homoerotismo o la homosexualidad) de autores tan venerados como Horacio, Virgilio, Ovidio, o las relaciones pederastas de Marcial. Es más este último nos habla en algún pasaje de cómo los soldados eran acosados por algunos de los oficiales superiores. Sin embargo, tenemos pocas referencias históricas sobre las relaciones sexuales entre mujeres, pero las hubo en la misma medida. En cualquier caso, sí cabe decir que la poeta de la Isla de Lesbos, Safo, (S.VI a C) fue bisexual, para ser más precisos. Por tanto, desde la antigüedad, dependiendo del momento y de la cultura de los pueblos, la homosexualidad y el lesbianismo no siempre han estado mal vistas en sociedades y momentos concretas de la historia; aunque también cabe decir que siempre ha existido una especie de código del silencio para omitir, deliberadamente, al transcurso de los siglos referencias homosexuales o lésbicas, pero de eso no toca hablar hoy y lo dejamos para una mejor ocasión.
A mí eso del patriarcado, del capitalismo, del empoderamiento de la mujer y demás historias en donde parece que todo está estructurado para la explotación, opresión y colonización de los seres humanos no me suena muy bien; por el contrario, me parece que es el plan B, o lo que es lo mismo, la utilización ideológica cuando han fracasado otros discursos del plan A, justo por actuar contrario a lo que se expone. pues de no ser así ¿cómo podría explicarse que en la manifestación del 8 M., reivindicativa de la igualdad de derechos y obligaciones entre hombres y mujeres, fueran insultadas todas aquellas que no pertenecen al mismo espectro ideológico por las propias mujeres y que entre las lenguaraces se encontrara alguna ministra del gobierno? Muy raro, ¿Verdad? Pues nada, todavía se ha podido empeorar la situación con plan C: En este año, el 6 de julio, en el día del «Orgullo Gay», una vieja reivindicación transversal, una fiesta de normalización del colectivo L.G.T.B. se ha convertido en una reivindicación política como eje fundamental del asunto.
¿Pero esto qué es? Los que han sufrido la intolerancia, las persecuciones, las cárceles, las agresiones homofóbicas, las torturas, los que se han tenido que esconder toda la vida para sobrevivir en cualquier país (recordemos que en 72 países del mundo la homosexualidad está prohibida y en algunos sancionada con pena de muerte), ahora resulta que se vuelven ellos intolerantes y no aceptan nada más que a sus grupos ideológicos para reivindicar la diversidad, como si la homosexualidad fuera uniforme ideológicamente. Resulta muy triste ver como los representantes del grupo político de «Ciudadanos» fueron insultados, increpados, zarandeados; se les lanzaron objetos, agua y se les acorraló de la peor de las maneras, porque quisieron estar a favor del diferente y porque tenían ese derecho democrático. Si hablamos en serio, esto también es un ataque a las libertades en toda regla. La excusa para tal despropósito: el haber pactado con VOX, podría haber sido otra cualquiera, claro que si «Ciudadanos» hubiera sido simpatizante del régimen castrista no hubiera pasado nada. Por cierto, en la dictadura cubana a los homosexuales se les trata como a enfermos, se les mete en la cárcel y se les tortura. Tomen nota.
(NOTA: Este artículo de Pedro López Ávila se publicó en la edición impresa de IDEAL Almería, Costa de Granada, Jaén y Granada, correspondiente al domingo, 14/07/2019)
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