Vicente E. Caballo e Isabel Salazar han dirigido el libro ‘Ingenuos. El engaño de las terapias alternativas’ en el que se analizan diez de ellas. Los doce autores desmontan la homeopatía, reiki, flores de Bach, constelaciones familiares, acupuntura, programación neurolingüística, terapia de las vidas pasadas, renacimiento, dianética y bioneuroemoción.
La estupenda acogida del libro ‘Ingenuos. El engaño de las terapias alternativas’, publicado por editorial Siglo XXI, hizo que en tan solo una semana se agotara y tuviera que reeditarse para la Feria del Libro de Madrid. Este libro dirigido por los profesores de Psicología de la UGR, Vicente E. Caballo e Isabel C. Salazar, asimismo autores de los tres primeros capítulos dedicados a la homeopatía, reiki y flores de Bach, incluye otro ocho capítulos dedicados a las ‘constelaciones familiares’, que firma Lali Ruiz; el de la acupuntura, por Sara Mata; el de la programación neurolingüística, por Esteban Galvis; el de las terapias de las vidas pasadas, por Cristina López-Gollonet; el del Renacimiento, por Mónica Ventura; el de Dianética, por Pablo J. Olivares y José Olivares; el de Bioneuroemoción, por Laura Garrido y como colofón uno sobre del efecto placebo y nocebo, por Juan I. Capafóns y C. Dolores Sosa. A lo largo de sus 302 páginas, «uno a uno, estos saberes y sus pretendidos tratamientos, propios de gurús y chamanes mágicos, resultan refutados, invalidados y reducidos a un absurdo ritual ante la luz que arroja la presente e inapelable crítica».
Vicente E. Caballo es doctor en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid y, en la actualidad, catedrático de Psicopatología en la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada. Por su parte, Isabel C. Salazar, tiene también una extensa experiencia investigadora y como psicóloga en el Centro de Psicología Clínica FUNVECA. Para ambos este libro supone la primera experiencia de una publicación dirigida al gran público y reconocen que no se esperaban la buena acogida que se le ha dispensado. «El libro de ‘Ingenuos…’, digamos que, aunque también está escrito para los profesionales, se dirige a todas aquellas personas interesadas en saber cómo funcionan las pseudoterapias y que alternativas más científicas hay para ellas», explica Vicente antes de añadir que creer en ellas «es pura fe, pues no hay ningún dato que avale su eficacia» y que parten del principio del «amimefuncionismo» consistente en que «si a mi me funciona quiere decir que la terapia tiene que ser válida y ha de funcionar». Según el doctor «a mi me puede funcionar cualquier cosa, mientras yo crea en ello pues la fe mueve montañas. Uno tiene que tener claro que no hay ningún principio activo en estas pseudoterapias pues no se ha demostrado». Por su parte, Isabel añade que «la gente no cae en la cuenta que, además, ha introducido cambios en su conducta que es lo que realmente produce cambios en las emociones y en sus formas de pensar».
Para el profesor todas estas pseudoterapias «no tienen pies, ni cabeza», por ejemplo, en el caso de la homeopatía los preparados se diluyen una y otra vez «hasta llegar a tal dilución que es como si uno echa una gota del producto en todos los oceános del mundo. ¿Cómo alguien se puede creer que eso puede funcionar?» Los propios homeópatas reconocen que no existe principio activo en los preparados recurren a «la memoria del agua». También entra en juego el hecho de que algunos farmacéuticos comercialicen estas pseudoterapias lo cual es «una especie de engaño pues hay mucha gente que acude a comprarlas a las farmacias porque piensan que si se venden aquí es porque funcionan. Es un engaño y realmente se debería prohibir que se vendan en farmacias». El libro que tiene como lema una frase que los autores encontraron en en el Monasterio de Silos de Burgos, ‘una fe que vence a la duda’ les pareció que era la frase perfecta transversal para todos los capítulos que componen el libro. Para los autores, ahora con Internet «hay tanta información que estamos más desinformados que nunca» y por eso recomiendan a quienes lo necesiten se pongan en manos de psicólogos clínicos pues «son los únicos que utilizan estrategias que se han demostrado científicamente que funcionan».
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