13 personas, 7 días y 1 viaje. Recuerdo muy bien cuando estábamos en el aeropuerto, allá por las 11 de la mañana. Además de los 10 niños, las 2 acompañantes y el embajador también había algunos familiares. Allí estábamos, todos inquietos y emocionados esperando ansiosos que empezara el embarque para poner fin a la espera y a las inevitables suposiciones de como sería todo. La despedida. Y de repente, ya estábamos en la República dominicana. Ahora que lo pienso, a partir de aquí lo recuerdo todo como si fuera un anuncio de viajes, es decir, lleno de escenas fugaces que evocan emociones (salir, entrar, risas, humedad, satisfacción, empacho, nostalgia, etc.)
1º día: Qué bonito Madrid. Puesto que salir el día 4 de Granada no era viable, salimos 1 día antes, así que estuvimos en el hotel Colón. Al día siguiente fuimos al aeropuerto ….
2º día: Es increíble lo rápido que amanece. A las 8 y media hemos bajado a desayunar y sí, he comido muchísimo. Después hemos ido a ver al Ministro de Relaciones Exteriores, Miguel Vargas y estuvimos hablando un rato. Luego fuimos a ver al alcalde del distrito, David Collado, quien nos dedicó unas palabras muy inspiradoras. Hoy comimos en el malecón, la brisa húmeda, las carcajadas, los jugos … ¡qué recuerdos, en ese momento ya nos sentíamos todos en familia! A las 5 visitamos el Museo de Fray Antonio Montesinos, estuvo muy entretenido, la verdad y las vistas de lo mejor. Hasta las 8 y media tuvimos un rato libre para visitas de familiares. Cenamos fuera del hotel y me encanta eso de poder saborear los platos más típicos que desde luego no suelo comer en España.
3º día: !Madre mía las vistas a pie de playa son preciosas! Fuimos a la Fundación García Arévalo, donde nos hablaron de los Tainos cuyos restos expuestos me parecen muy interesantes a la par que extravagantes. A continuación, almorzamos con el Ministro de Educación, Antonio Peña, es admirable la trayectoria profesional de este hombre. Luego, conocimos el Museo Memorial de la Resistencia Dominicana, el cual fue uno de mis museos favoritos. Por último, fuimos a un cine en 4D y nos disfrazamos.
4º día: Después de cada visita nos regalaban un recuerdo, ya sea un pin o un libro. Empezamos viendo el Museo Casa Duarte. Luego visitamos el Museo de las Telecomunicaciones donde comimos, además de improvisar una emisión de radio. conocimos al presidente de la Suprema Corte de Justicia, Luis Henry Molina quien nos dejó utilizar su mazo y toga también recorrimos la corte y analizamos un poco los cuadros expuestos. El resto del día estuvimos paseando zona colonial. Hoy al igual que el lunes era la tarde era para las visitas. Esa noche me enteré de que tres de las personas que nos acompañaban eran policías y esa misma noche también decidí que debía comer menos, el empacho me acechaba.
5º día: ¡Ay, qué rápido pasa el tiempo! Parece un día prometedor. Hoy fuimos a La Romana, así que estuvimos un buen rato en la carretera, nos enseñaron el aeropuerto y después fuimos a los Altos de Chavón donde visitamos un museo y el anfiteatro, cabe destacar que todo aquello es precioso y después pasamos el día en playa Las Minitas de agua cristalina y arena en polvo, impecable. Recuerdo que parecía una escena idealizada. Allí comimos. Después de cenar vino una chica a arreglarnos el pelo para el día siguiente.
6º día: Señor presidente, ¿es usted? Sí, lo era. Pero antes visitamos la Biblioteca Juvenil. Conocimos al presidente, Danilo Medina, un hombre sencillo y cercano. Al rato nos dieron el ordenador. Comimos y fuimos al Despacho de la primera dama, muy cercana también, y nos regaló una tablet. Por la tarde, hicimos algunas compras. Y llegó el momento de la última, esta era diferente, podía asistir un acompañante mientras cenaba pensaba, hay que ver que bonitos recuerdos han quedado.
7º día: Its time to say godbye, de vuelta a casa. Al igual que el domingo 4, hoy hicimos las maletas y nos fuimos. Una vez en España tocó decir ‘adiós’, con la esperanza de que en realidad fuera un ‘hasta luego’.
En conclusión, las mañanas consistían en visitar a personas inspiradoras quienes habían hecho cosas transcendentales, demostrando que en el país es algo más que bailes y playas bonitas, creando así una idea de lo que podría ser.
Por las tardes, ya en un ambiente más informal, visitábamos museos e instituciones con el objetivo de redescubrir lo que algún día conocíamos, y es que la mayoría de nosotros vinimos a España a muy temprana edad, de manera que el paso del tiempo iba haciendo mella en las diferencias culturales, causando así el olvido de la menos conocida.
Desde luego ha sido una experiencia muy enriquecedora pues es importante conocer la historia para entender mejor nuestro entorno, siendo esta como los recuerdos que le dan identidad a una sociedad.
Una de las mejores cosas fue las personas con las que estuve. Ellos, tan diversos, simpáticos, alegres ….
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