Diez capítulos y 227 páginas sirven a Antonio Funes Delgado (Cáñar, 1952) para trazar una interesante novela ambientada en la Granada de la guerra civil y años del franquismo, con una mujer de protagonista que recorre unos espacios bien conocidos por el autor tanto de su Alpujarra natal, como de la plaza de Bibrrambla y su entorno y la Barcelona que conoció durante los años que Antonio desarrolló su actividad profesional como cartero.
El autor de ‘Atrapando lejanías’, ‘La mirada del tiempo’, ‘El cartero del desierto’, ‘Al compás del viento’ regresa ahora con ‘La mujer del capitán’, a la que presenta en las páginas iniciales como mujer que «quedó huérfana nada más nacer y que tuvo que mamar de pechos prestados» y a la que conocemos cuando está a punto de cumplir los cien años y que va hilvanando los recuerdos de su azarosa vida. Lo presenta en la tarde del viernes en el Centro Artístico, donde le acompañarán el periodista Andrés Cárdenas y el que fuera alcalde de Granada en la anterior legislatura, Francisco Cuenca (20 h). También la presentará en su pueblo de residencia. Santa Fé, el próximo 3 de octubre, en el Centro Damián Bayón.
Muchas mujeres que han vivido en la década de los 40 y 50 del pasado siglo se verán reflejadas en la historia de la hija de María la Panera, a la que por su condición femenina se le privará en su infancia del acceso a la educación entrando como criada al servicio de D. Roberto «un militar de alto rango» y de su hijo Bertito «que por un problema en el parto iba más lento que los demás».
Novela en la que aparece en varias ocasiones como personaje Fray Leopoldo, «un fraile de aspecto bonachón, cuyo trabajo era limosnear por Granada» y edificios y rincones ya desaparecidos como el Cine Olympia. La violación de esta joven por parte de dos falangistas cambiarán el rumbo de su vida pues se queda embarazada con la duda de si el bebé es fruto de la relación que ha mantenido con su novio o de este execrable acto que le convierte en «una mujer, violada y traicionada al amparo de sus señoricos».
En sucesivas retroalimentaciones se va completando el rompecabezas de la vida de esta mujer que termina superando todas estas circunstancias adversas en un marco en el que se inicia la guerra civil en la que «media España, lucha contra la otra media y todos quieren salvar a la misma patria». Distintos avatares hacen que decida poner tierra de por medio y emigre a Barcelona donde entraría a trabajar en un taller textil convirtiéndose en hilandera y donde llega a fraguar lazos de amistad con el hijo del dueño de la fábrica, de condición homosexual.
En los años 50 regresa a su entorno de la plaza Bibrrambla pues las circunstancias hacen que su vida dé un nuevo giro al convertirse en la mujer del capitán y poder estudiar en una academia nocturna para cumplir su sueño de estudiar para maestra, aunque nunca llega a ejercer. También los lectores acompañarán a esta protagonistas durante los años de la transición y la lucha feminista por la igualdad de género y al desenlace de algún caso de bebé robado.
Una novela costumbrista, plagada de metáforas rurales a las que tan acostumbrados nos tiene el autor que hará pasar un rato muy entretenido a quien quiera perderse entre sus páginas pues a veces fijar los recuerdos en el papel es el mejor remedio contra el olvido antes que el Alzheimer cause sus devastadores estragos.
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