Cuando mi barco navega
por la llanura del mar
pongo atención por si escucho
a una sirena cantar.
(“La sirena”, popular de la Tuna)
Estos versos, en forma de copla, me traen muchos y muy buenos recuerdos a la mente y al corazón. Y es que, sin lugar a dudas, no es nada sencillo para mí escribir este artículo, máxime cuando en el mismo quiero hablar de dos conceptos, amistad y tuna, que se aúnan en un mismo sentimiento: amor a la música.
Esta historia comienza cuando una inquieta joven de Granada, enamorada de su música y Alhambra, tuvo un sueño al comenzar la universidad mientras los aires del Atlántico acariciaban su lacio pelo. Onírico viaje que se vio reforzado cuando este simpático ángel asistió al Encuentro Nacional de Tunas de Medicina, que en el año 2012, por el viento de Sierra Nevada fue envuelto y cobijado a la sombra del granado. Entre notas de bandurrias, laúdes y guitarras, que iban surcando al viento como el trino del jilguero, una sonrisa de felicidad se iba dibujando en su bello rostro al imaginar que algún día, más temprano que lejano, sería la tuna femenina la que también habría de representar a Granada en el Arte del Buen Tunar.
Una noche otoñal, cuando la luna iba de recogida y dos tunos, Antonio y Diego, por las aceras de la emblemática calle, que recibe su nombre del célebre escritor accitano, Pedro Antonio de Alarcón, caminaban de vuelta tras una larga noche de ronda y luna, donde saciados de tuna, Antonio respondió a la pregunta planteada por un astro celestial −claro que sí, por supuesto, ¡qué buena idea!− A consecuencia de esta afirmativa respuesta y aprovechando las nuevas y digitales misivas, pusieron en contacto a toda estudiante que el mester de tunería en su interior la curiosidad despertara. Por consiguiente, la noticia de formar una Tuna Femenina de Medicina en la Universidad de Granada se publicitó a los cuatro vientos a través de los nuevos canales por donde navega la información, con una inmediata difusión, vertiginosa, rauda y veloz, a través de las redes sociales obteniendo una muy buena acogida, respuesta y aceptación por parte de la comunidad universitaria, de las demás tunas de Granada y del orbe tunantesco femenino nacional.
Tras varios ensayos en el archiconocido “Bar Cebollas”, “sonando y rodando” desde la Puerta de Elvira hasta la de Bib-Rambla, las jóvenes esbozaron su proyecto, que fue presentado en Decanato el 17 de abril de 2015. El Sr. Decano de la Facultad de Medicina presentó a las chicas a su equipo directivo y administrativo, mientras que éstas entonaban “La Sirena”, popular canción de la Tuna, siendo apadrinadas por la decana Tuna de Medicina de Granada. Y así, aquella idea inicial planteada por las pioneras: Sol, Elena, Rosalía, Samay y Adriana, fue tomando cuerpo hasta convertirse en una sólida realidad llamada: Tuna Novata Femenina de Medicina de Granada.
Bajo la dirección musical de sus maestros tunos iban aprendiendo las canciones más populares y conocidas de la tuna. También contaron con la ayuda incondicional de varias tunas femeninas amigas. La primera pisada de escenario realizada por estas muchachas fue durante el VII Certamen Internacional de Tunas “Diego de Siloé” organizado por la Tuna de Arquitectura Técnica de Granada en la Plaza de las Pasiegas y acompañadas por sus padrinos. Y, a partir de ese momento, una vertiginosa secuencia de eventos tunantescos fue desarrollándose.
En la festividad de Santa Lucía del año 2016, cuando las candelas iluminaban y calentaban la fría noche granadina, en el mirador de “Los Carvajales” un fuego ardía con más intensidad que el leño en la candela, prendía éste en el interior de sus corazones batientes en espera, mientras que por su negro jubón la beca amarilla iba apareciendo hasta así quedar becada esta tuna que de novata pasó a ser veterana.
A partir de este momento, un sinfín de actividades ha venido desarrollando la Tuna Femenina de Medicina de Granada. De entre todas ellas cabe destacar: las actuaciones benéficas que realizan a lo largo del curso académico, la organización del Encuentro Internacional de Tunas Femeninas 2018, que se celebró en la ciudad de Baza; la participación en el certamen “Noche de Tuna” en Eindhoven (Holanda), la colaboración en el I Simposio sobre Historia de la Tuna en Andalucía celebrado en el Centro Asociado a la UNED de Baza, la participación en los actos solemnes institucionales celebrados en su Facultad de Medicina… Como proyectos a corto y largo plazo debemos destacar la incorporación de nuevos instrumentos y el deseo de realizar un viaje a Lima (Perú) para visitar a una compañera y gran amiga. Actualmente, la Tuna Femenina de Medicina de Granada cuenta con veintisiete componentes.
Para ir concluyendo, esta tuna quiere mostrar públicamente su agradecimiento a toda persona que la apoyó y apoya, y le llena de alegría su corazón cuando, al ir caminando por la calle con su cantar y simpatía, la gente sonríe al descubrir sus bellas melodías. Pero si algo debemos destacar en estas líneas es la amistad que esta hermandad tunantesca produce. Ese compañerismo, esa unión creada entre las amigas y amigos que se conocen, esa amistad que nace en lo más profundo del corazón de sus integrantes…, es la mayor grandeza que la Tuna hace.
Y así, cuando el sol más brilla en la Alhambra, la Tuna Femenina de Medicina nace, al alba del nuevo día, mientras La Vela campanea y el trino de las jilgueras regala a la mañana su nueva banda sonora. Una bonita canción que se interpreta con sones de acordeón y guitarras, notas de bandurrias y laúdes, que al compás de la pandereta, metrónomo del pentagrama, saludan a Granada.
JUAN ANTONIO DÍAZ SÁNCHEZ
(Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino)