La Federación de asociaciones de madres y padres del alumnado de Granada, FAMPA ALHAMBRA, apoya la huelga de las escuelas rurales de la Alpujarra, cuyo alumnado lleva desde el pasado 17 de septiembre sin ir a clase en protesta por el recorte de unidades y la falta de profesorado. El colectivo anima a las familias a sumarse a la concentración convocada por el sindicato USTEA este martes, 1 de octubre, en la puerta de la delegación de Educación para reclamar los recursos perdidos de los colegios públicos rurales (CPR) de Granada, donde la “calidad de la enseñanza” que recibe el estudiantado peligra ante su precaria situación actual.
Según explica Irene Avivar, vocal de la Alpujarra en FAMPA Alhambra, las madres y padres temen que el “paulatino y silencioso desmantelamiento” de los CPR se transforme en la crónica de una muerte anunciada. “No estamos dispuestos a que nuestros hijos e hijas tengan que desplazarse por estas carreteras, con estas condiciones climáticas, trayectos de 20 a 30 minutos para poder estudiar, cuando la Educación es un derecho de toda la ciudadanía amparado por la constitución”, defiende esta madre, que agradece a los sindicatos de profesores y colectivos su implicación y denuncia “la demagogia y politización” del despoblamiento rural, un problema usado en período electoral, sin que posteriormente se ofrezca una sanidad y educación públicas de calidad en estas zonas, “dos pilares sociales a las que tenemos derecho y por los que seguiremos luchando”, resalta.
FAMPA Alhambra lleva desde el verano denunciando los recortes que sufren los colegios públicos de Granada capital y la provincia, donde “se camina hacia la privatización con el continuo cierre de unidades. Un desmantelamiento que pretenden justificar amparándose en el descenso de la natalidad aunque, lamentablemente, esta bajada solo parece afectar a los centros públicos, mientras que los concertados se mantienen intocables”, denuncia su presidenta, Olga Leralta.
Esta tendencia ha convertido a Granada capital en “ciudad de la concertada”, critica Leralta. Cerca del 60% de las líneas de Infantil, Primaria y ESO son concertadas y, “en algunos casos estos centros cobran cuotas a las familias a pesar de estar sostenidos con fondos públicos”, lamenta.
Los “tijeretazos” en la escuela pública se producen mientras se mantienen “ratios ilegales” en numerosos centros y falta profesorado, a lo que se suma el envejecimiento de la plantilla actual derivado de recortes que ha sufrido la Educación los años de crisis. “En la última década la financiación de la educación concertada en España subió un 25%, mientras se ha estancado la de la pública”, denuncia FAMPA Alhambra.
Ante esta situación, las familias han decidido dar un paso al frente. La federación provincial estudia la posibilidad de convocar una movilización masiva “en la que contemos con el apoyo de todas las AMPA de los centros educativos federados”, anuncia.
Por lo pronto, FAMPA Alhambra llama a las madres y padres que no puedan desplazarse a la capital este 1 de octubre a sumarse a la movilización convocada por USTEA “con concentraciones en la puerta de los ayuntamientos o en su CPR, si es posible a la misma hora, las doce”. Con estas protestas pretende “lanzar un mensaje unánime de apoyo a las escuelas rurales granadinas, el corazón que da vida a los pueblos pequeños y su mejor baza para evitar que mueran despoblados. No en vano se dice que un colegio que cierra, es un pueblo que muere”, subraya.