El Gobierno sigue en funciones y ahora con las elecciones de noviembre, seguimos con el presupuesto de Montoro prorrogado una año más. Mientras tanto, la cultura sigue sufriendo recortes más fuertes que el deporte; qué se puede esperar de un ejecutivo que valora más una medalla en deporte que un buen libro o una obra de teatro.
Los archivos, las bibliotecas, los museos, la promoción del libro y promociones culturales, el fomento de la música y la danza, el teatro, la cinematografía, la conservación y restauración de bienes culturales, todo absolutamente todo lo que huela a cultura se reduce casi un 19,6%, de risa vamos.
La Constitución recoge en su artículo 44.1 que “los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura a la que todos tienen derecho”. Con la decisión de este Gobierno se potencia abiertamente la desigualdad entre los ciudadanos y se destruye la esencia de la cultura fundamentada en el desarrollo humano, para exponerla como un bien de lujo.
Desde el escenario que representa la subida del IVA, los gobernantes del PSOE penalizan a la población que participa de la cultura y a los profesionales que la crean y la producen. Porque detrás de esta medida económica, se detecta un claro recorte al pensamiento y a la libertad. Una estrategia para adormecer a la ciudadanía y boicotear el espíritu crítico.
Difícil se hace explicar a un burro que la cultura, unos de los sectores que más duros recortes afronta para hacer frente a la crisis, no sea considerada como fuente de riqueza y sobre todo no sea valorada; no puedes decirle a alguien lo importante que es la cultura si no participa de alguna manera en ella y eso es lo que le pasa a la mayoría de dirigentes de este país.
Alguien me dirá que la situación española es tan grave que no es posible que la cultura no sufra recortes, como el resto de las actividades sociales y productivas, y pueda quedar exonerada. Que hay otras prioridades e intereses más prioritarios, creo que no se trata de eso, ya hace muchos años que España necesita imperiosamente CULTURA con mayúsculas para todo el mundo. Salvo que la consigna sea que un pueblo ignorante es más fácil de gobernar.
Cansados y hartos estamos de estar los últimos en el Informe Pisa, que valora el estudio y aprovechamiento de los alumnos, seguir siendo un país deficitario en la inversiones para todo tipo de cultura y es que cada cosa que huela aprendizaje, estudio, pensamiento y por qué no diversión es tema banal para este gobierno.
Decía Friedrich Nietzche… La cultura y el Estado -no nos engañemos sobre esto- son rivales: el «Estado de cultura» no pasa de ser una idea moderna. Lo uno vive de lo otro, lo uno prospera a costa de lo otro. Todas las épocas grandes de la cultura son épocas de decadencia política: lo que es grande en el sentido de la cultura ha sido apolítico incluso decadente.
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