Tras un prolongado silencio de casi dos años después de recibir por su anterior publicación, ‘No quedan ruiseñores junto al río’ el premio de la AEP (Asociación de Editores de Poesía) al mejor libro de poesía en lengua hispana de 2017, Luis de la Rosa Fernández, (Galera, 1948), publica ahora ‘Cantos de amor y naturaleza’ (Ed. Vitrubio) que presenta hoy martes, 29 de octubre, en el Ayuntamiento de Granada (18:30 h).
Este poemario se divide en dos partes asimétricas que responden fielmente al título. La primera de ellas que ocupa los dos tercios del libro incluye una serie de poemas relacionados con el tema amoroso, clásico tema poético con el que el poeta se recrea en los distintos matices que este sentimiento provoca en el ser humano. Así, junto a las expresiones apasionadas ante un amor correspondido, están aquellas que expresan el dolor o resignación por el rechazo, o simplemente la declaración amorosa con forma poética o la propia definición del amor, que nos recuerda algunos poemas de los Siglos de Oro español en los que esta materia fue tan recurrente.
La segunda parte desarrolla una temática relativa a la naturaleza en la que se hacen descripciones de estampas donde el poeta proyecta su espíritu, haciéndonos descubrir un paisaje intensamente ligado a una experiencia vital que marca profundamente a este libro. Así podemos destacar esos poemas dedicados a su pueblo natal y sus tierras, en los que hace sentidas evocaciones de un paisaje que estuvo ligado a una infancia que es recordada con la nostalgia propia por los años ya pasados, o el soneto dedicado a la ciudad de Loja en donde inició su andadura profesional y vivió experiencias vitales de suma trascendencia tales como su matrimonio con Manoli Romero, natural de este pueblo, o el nacimiento de sus hijos.
Respecto a las formas expresivas hay que resaltar el magistral uso del soneto clásico que nos recuerda lo mejor de la poesía clásica de calidad. Pero junto a esta combinación estrófica de tan largo raigambre en la literatura desde los tiempos de Petrarca, el uso de la silva —combinación de heptasílabos y endecasílabos con rimas sometidas al arbitrio del poeta— y del verso libre tienen también en este magnífico poemario su oportunidad, junto con deliciosos romances de carácter eminentemente lírico que conectan perfectamente con los preciosos romances que nos dejó en legado el Romancero Nuevo, y también el Viejo, en su faceta más intimista. Se podría destacar como una pieza de exquisita belleza el romance ‘Linda niña’, que nos recuerda las excelentes poesías de este género literario. En definitiva, con esta obra Luis de la Rosa aspira al mejor reconocimiento de la crítica y del público lector de poesía, sin una preocupación enfermiza por ser original, lo que conlleva riesgos evidentes.