Había muchas emociones en el grupo de personas que llenaban el aula magna de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad. Allí se daban cita los componentes de la tercera promoción de Magisterio del plan 1967 de la Escuela Normal. Un día especial porque han cumplido sus bodas de oro, es decir cincuenta años desde que finalizaran los estudios.
Nos avisaba de este entrañable acto Daniel Madrid, uno de los encargados de organizar el encuentro que reunía a casi doscientos estudiantes de aquella época que disfrutaron de un programa muy especial. A su éxito colaboraron también Juan Miguel Arráez, José Ríos, Evaristo González y Paqui Villén, además de Antonio Oliver. Se califican como una promoción extraordinaria, llena «escritores, poetas, pintores y músicos» y tuvieron el detalle de enviar un saludo entrañable a un miembro destacado, mi compañero, siempre en nuestro recuerdo, Paco Martinmorales. Me uno a ese cariñoso recuerdo. También se citó de forma expresa a Paco Juárez, tan vinculado a la Fundación Vale.
Además de compartir experiencias, ya con la vista desde la jubilación, con actividades lúdicas, hubo un acto académico que quiso ser un homenaje a los profesores de aquella promoción. Dos de ellos, Luis Rico y Concepción Ramírez, pudieron estar presentes; y otros dos, María Luisa Almenzar y María Luisa Calvo, finalmente no pudieron acudir, pero estuvieron presentes desde el cariño del recuerdo.
Llegaron desde lugares muy distintos, de aquellos a los que su vida les llevó tras dejar la escuela, incluso desde Canarias, y tuvieron la ocasión de conocer de primera mano todo lo que ha ocurrido en estas cinco décadas desde que finalizaron los estudios de los que, sin duda, tienen un gran recuerdo. Cerró la parte institucional el decano de la facultad, Javier Villoria, y luego disfrutaron de un acto poético-musical con José Antonio Haro, Antonio Serrano y Pepe Ríos, además del grupo Poetas Andaluces.
Un ambiente magnífico que tuvo su continuación en la segunda jornada del encuentro con un almuerzo y el obsequio conmemorativo para los asistentes. Cincuenta años merecían, sin duda, una celebración especial. Y lo consiguieron.
(NOTA: Este texto de Encarna Ximénez de Cisneros se publicó en la edición impresa de IDEAL, correspondiente al domingo, 1 de diciembre de 2019)