Las sobrinas del organista de la Catedral, Juan Alfonso García proyectan una asociación para difundir su legado musical.
Mientras sonaba de fondo el ‘Momento musical’ y el segundo movimiento para cuarteto de cuerda de Juan Alfonso García (Los Santos de Maimona, 1935-Granada, 2015), las sobrinas de quien durante 50 años fue el organista de la Catedral, iban desgranando la finalidad del encuentro celebrado en la mañana del sábado en el Centro Artístico.
Previamente, Pilar Martín García y Cecilia García-Nieto fueron presentadas por Juan Chirveches, en representación de la institución anfitriona, «porque revisando los papeles de su tío se encontraron documentos, partituras inéditas, etc. y querían darlas a conocer». Posteriormente la veintena de asistentes pudieron contemplar un montaje audiovisual con la voz y fotografías del sacerdote, compositor y organista, fallecido hace cuatro años y medio.
«Este proyecto es un proyecto común, vuestro y nuestro, que Granada debe brindar a Juan Alfonso», indicaron a los asistentes entre los que se encontraban discípulos, amigos y representantes de instituciones como el director del Centro de Documentación Musical, Reynaldo Fernández Manzano o Antonio Muñoz Osorio, canónigo responsable del patrimonio de la Catedral Metropolitana de Granada.
También la organista Inmaculada Ferro, la poeta y miembro de la Real Academia de las Buenas Letras, Rosaura Álvarez; la directora de coro, Elena Peinado; Ignacio Rodrigo de la Federación de Coros, además de Miguel Ángel Palacios, Enrique Gámez, Elena Cazorla, Antonio Martín Moreno, Juan María Pedrero, Francisco Gil, Juan Antonio Higuero, Fernando Aguilá, Pablo García Miranda, Pablo Martos, Miguel Sánchez Peinado o Paco Moya, entre otros.
Las sobrinas que reconocieron encontrarse «desbordadas y muy ilusionadas», por el apoyo y los cariñosos mensajes que han recibido en los últimos días dieron a conocer los nombres de aquellas otras personas también vinculadas a su tío que por distintos motivos no pudieron asistir. A continuación comentaron cómo fue hace aproximadamente medio año cuando se pusieron manos a la obra para recoger el despacho de su tío en cuyo armario, estanterías y cajones, «han encontrado cientos de borradores, copias manuscritas de partituras, cartas, poemas, pensamientos,… y hasta un cuento».
Pilar con voz quebrada indicó que este trabajo no es más que el principio pues han ido ordenando y catalogando cada cosa que han ido encontrando y que a partir de ahora necesitarán la implicación de gente experta y musicólogos. Su pretensión es poner en marcha una Asociación que mantenga vivo el recuerdo de su tío y sirva para dar proyección a «la persona más relevante de la música coral española del siglo XX que cuenta con distinguidos discípulos como Francisco Guerrero, Manuel Hidalgo, Ricardo Rodríguez Palacios, José García Román o José Mª Sánchez Verdú, entre otros».
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