Siempre me ocurre lo mismo. Cada vez que pasan dos meses y medio de esta ausencia rara mía en este invento infernal del Facebook.
Pues yo que me pensaba dejarlo todo durante un tiempo, como hago siempre, al final ha sido prácticamente imposible. Por un lado los periódicos y las dichosas cartas; de otro lado, el libro dichoso que nunca arranca y lo más importante mi salud y recuperación.
Hoy, día 14, dicen es el día de San Valentín o día de los enamorados e incluso el día que quiere el Corte Inglés. Pero para mí, no es un día más, hace 13 años volví a nacer y me siento muy feliz por ello.
Y yo, que sigo de celebración, mientras el cuerpo y el bolsillo aguanten, quiero brindar por mi mujer Julia, mi hija Laura, por mi hija Marga; sin olvidarme de mis cinco mosqueteros, Ramón, Marcos, Hugo, Leo y Julio. Mis mujeres han sido y son fuertes, luchadoras, tenaces y muy dulces. Aguantaron las 11 horas de pasillo, mientras yo en el quirófano.
No quisiera olvidarme de mi familia y aquellos amigos que siempre han estado ahí, en la adversidad y en la lucha, gracias a todos.
Bueno pues, parece que fue ayer y ya casi han pasado dos meses del nuevo año. Y como siempre, la costumbre que tenemos de hacer balance en estos días. El año ya pasado tuvo de todo como en botica, días buenos y malos, sal y pimienta, una de cal y otra de arena.
He seguido con mi Residencia “Huerta del Rasillo”, con mi Asociación contra el Cáncer, con mis cartas al periódico, con el dichoso libro que nunca acabo, con mi IDEAL EN CLASE de los domingos, mi blog, con mi lucha por la no fusión hospitalaria, “ozú” qué cantidad de cosas.
Y ahora, en estos primeros meses de 2020 sigo con más deseos, sueños y esperanzas que nunca, pero algo sí que tengo claro, para que haya milagro necesito a las personas que me quieren. Gracias a todos y nos seguimos viendo este año que seguro será mejor o al menos eso espero.
Seguiré publicando lo que me venga en gana, siempre claro está sin ofender a nadie. A todos aquellos que he borrado, bloqueado o negado su solicitud de amistad, decirles una y mil veces que soy un caso perdido. Y no me gustan las groserías, chulerías y mucho menos el pensamiento único. Al final todo se reduce a una simple ecuación, debes y tienes que hablar de aquello que la gente le interesa o mejor dicho, le mueve el alma.
Así que aquí estamos de nuevo, me lo tomaré con más tranquilidad. Gracias pues a todos.
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