Tras todos estos días, en casa, confinados, no sé a qué conclusión habéis llegado sobre lo que estamos viviendo, pero creo que es hora de que reflexionemos, es hora también de utilizar mascarillas mentales: de protegernos y responsabilizarnos.
Toda esta separación nos hace ver cuán importante son las personas, cómo nos necesitamos y cómo no podemos avanzar unos sin otros, y la situación que estamos viviendo también nos puede dar muchas pistas de las cosas que hemos hecho mal y al mismo tiempo la oportunidad de cambiarlas.
Desde luego somos raros los humanos; la investigación militar recibe cinco veces más dinero que el destinado a investigación sanitaria, y dentro de lo destinado a esta investigación, una buena tajada se va a la investigación militar.
Así que estamos preparados para matarnos unos a otros, pero no para defendernos de una invasión vírica como la que estamos viviendo
Así que estamos preparados para matarnos unos a otros, pero no para defendernos de una invasión vírica como la que estamos viviendo: no existen protocolos establecidos ni unificados a nivel mundial, cada país se la está apañando como puede, imitando lo que han hechos otros, con soluciones rápidas, curioso, ¿verdad? Sobre todo cuando en pleno siglo XXI se ha pasado por algo parecido (como la gripe aviar).
Así de raros, extraños, maquiavélicos, absurdos, pintorescos, somos, por no engrosar el artículo con más adjetivos, los humanos. ¿Servirá de algo todo esto? ¿Qué pasará después; qué consecuencias tendrá? ¿Sacaremos algún aprendizaje, desaprenderemos? ¿Podremos ir de rebajas? ¿Cuándo podremos ir a los bares? ¿Qué hago yo con estos pelos? (tristemente hay una parte de la población, la mayoría, preocupada por estos temas baladís).
Creo que podemos ser mejores, básicamente estamos aquí para crecer en sabiduría y en amor. Si este fuese nuestro objetivo, el de todos, jamás hubiese pasado ninguna aberración por la que ha pasado la Humanidad.
¿Seremos capaces de convertirnos en una especie mejor? Quizá sí, todo es posible. Hay mucho amor dentro de nosotros, mucha luz. Quizá no la vemos; pero está.
Sé que podemos crecer en sabiduría para poder así, hacernos las preguntas correctas y ser capaces de responderlas con amor.
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Psicóloga especializada en Mindfulness y
Terapia de Aceptación y Compromiso