Oído a una señora cuando he ido esta mañana a comprar una sandía en la frutería, “estoy de coronavirus y corona hasta el higo”. No sabía si ponerme a reír o llorar, pues ya está bien que todo un país con más de 40.000 muertos, un millón de ciudadanos afectados por un ERTE, la economía hundida como nunca y con los rebrotes más grandes de toda Europa, siga día tras día con el tema de la salida del país del Rey Juan Carlos I.
Solo basta leer un periódico cualquiera, poner una TV o buscar un dial en la radio para tener que estar machaconamente con dicho tema del Rey emérito. A veces me pregunto a quién preguntan en las encuestas sociológicas o si tal vez se lo inventan todo lo que después publican o emiten.
Yo que, como jubilado me doy mi paseo diario y acudo al quiosco a comprar el periódico, voy a la tienda a por las necesidades diarias y me relaciono con todo el mundo; nadie, absolutamente nadie me comenta nada sobre el tema del Rey emérito. Será que la gente, mi gente está más pendiente de otros temas que le afectan mucho más.
La gente habla de la carestía de la vida, de las pensiones, del paro, de la sanidad, de la dependencia, de la preocupación que tienen ya que viene septiembre y hay que mandar los críos al colegio sí o sí. Estos temas sí que te los comentan y les preocupa, pero del Rey y la preocupación por la forma de estado si República o Monarquía, prometo que nadie me ha dicho ni pío.
Sin embargo, ninguna cadena comenta que, uno de los condenados por el mayor fraude de la historia, 680 millones, en la playa en lugar de la cárcel, sin mascarilla ni distancia, esté de charla con el Ministro de Justicia y su pareja, la Presidenta del Congreso. Hay que reconocer que le echan narices.
En mi caso, jubiloso jubilado ya estoy de vuelta para muchas cosas y entiendo que cuando llegan estas calores, se necesitan ciertos temas para tener al personal entretenido o distraído, pero ya está bien de tanto engaño y patraña, cuando este pobre abuelo está más preocupado por mi nieto Julio que desde Nueva York me pide por videoconferencia un beso al abuelo.
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