Hoy, regresé del colegio, coincidiendo con mis amigos del año anterior. Un nuevo curso con propósitos renovados, hablando de “nueva normalidad”.
Yo quiero lo que teníamos antes, pues no aspiro a nada nuevo. Ansío poder abrazar a mis seres queridos, sin miedo a poder contagiar o ser contagiado.
Quiero poder quedar en el parque y jugar al fútbol, como hacía hasta el pasado año (antes del triste mes de marzo).
La preocupación se ha instalado en nuestros hogares, así como en los trabajos, residencias, parques, cines, teatros y demás entornos. Eso sí, frente a la formalidad y cumplimiento de las normas dadas por quienes saben de esto, se abren paso los NEGACIONISTAS (“tontos” y “egoístas” para mí que quieren seguir viviendo a tope, sin percatarse del daño que pueden ocasionar).
Hoy, me veré con mis amigas Rosi y Paula. Lo haré de una forma un tanto extraña, pero responsable.
Separados por una pantalla a modo de muro que nos recuerde el compromiso que debemos adoptar, hablaremos por Skype u otra aplicación, intentando aprovechar el preciado tiempo, y, con nuestras conciencias bien tranquilas.
De repente, haré un parón para escribir unas notas para quienes se mueven por el azar, la insensatez o el mero capricho.
¡Ojalá mis deseos no caigan en saco roto!
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Profesor de ESO-Bachillerato