«Merecen elogio los hombres que en sí mismos hallaron el ímpetu y subieron en hombros de sí mismos«», Séneca.
¿Cómo podemos motivar a un adolescente que quizá ni trabaja ni estudia ni parece tener interés por nada en la vida? El objetivo fundamental aquí es ayudarle a encontrar sus propios motivos ya que la motivación no se puede ordenar, ni sugerir, ni obligar, nace de uno mismo. En muchas ocasiones esperamos que las personas hagan cosas que ni saben para qué les puede servir o bien sean retos inalcanzables. Parece que se conformaran con tener comida, casa e Internet pero necesitan descubrir qué es lo que quieren. Les falta conocer su motivación: el disfrute de la vida porque lo que hacen se parece más a ver pasar la vida que vivirla.
A veces les planteamos preguntas adecuadas en momentos inadecuados: ¿Dónde te gustaría verte dentro de unos años? Esta pregunta debe hacerse en el momento oportuno y con el suficiente grado de confianza para que no suponga un rechazo.
Lo importante es que exprese lo que hay dentro de su corazón, (aunque a nosotros nos parezca irrealizable), para desde ahí hacer el acompañamiento.
Según Carlos Melero es imprescindible generar un entorno de confianza donde pueda fluir la comunicación, para que el joven sienta la libertad de decir lo que realmente desea aunque le pueda parecer en ese momento absurdo o irreal.
Un joven en esta situación se muestra sin entusiasmo, piensa que lo que quiere no lo puede conseguir, que no se dan las circunstancias o que la sociedad es un desastre. Ahí viene nuestro trabajo de animarlos a plantearse qué quieren realmente aunque no sepa cómo conseguirlo. Es muy importante centrarse en el objetivo antes de en cómo conseguirlo, centrarse en el cómo es un bloqueador de sensaciones motivadoras.
No hay que caer en la trampa de tratar de convencerles de que lo conseguirán, se trata de ayudarles a imaginar qué quieren. Saber dónde se quieren ver le servirá para saber qué quiere e imaginarlo y sea lo que sea está repleto de sensaciones positivas y motivadoras. Una vez que se encuentra este objetivo se trata de hacer un trabajo de introspección para que descubra qué le ofrece ese futuro, qué sensaciones lo acompañan, qué emociones hay detrás y cómo se pueden conseguir de forma alternativa. Se trata de buscar el estado deseado e ir a por él de mil formas distintas.
Es muy importante que quienes le acompañamos en ese proceso no interpretemos qué nos aporta a nosotros. Le tenemos que ayudar a descubrir qué hay en su corazón, no cómo nos va a afectar a nosotros, nosotros tenemos que quedarnos de lado y centrarnos en lo que significa para él.
Los deseos que se refieren a hacer algo son el medio que elegimos para alcanzar un estado personal. Saber esto nos da pie para indagar sobre lo qué es lo que cada uno realmente quiere de la vida.
Si el adolescente se quiere ver en una situación que para nosotros es imposible, inútil o inadecuada: no importa. Lo importante es saber qué le aporta a él y, por lo tanto, qué le está pidiendo a la vida. Desde ahí le podemos acompañar a buscar la forma de conseguir eso mismo ya sea con su plan o de cualquier otra manera y no necesariamente en el futuro, es posible que se pueda comenzar a conseguir ahora. Este descubrimiento puede llevarnos un tiempo, algunas claves importantes son:
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Generar un entorno de confianza donde se puedan expresar sin miedo al rechazo
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Escucha activamente para que él descubra sus metas
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No necesita nuestra opinión, está compartiendo sueños
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Escuchar sin involucrarnos emocionalmente
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Cualquier opinión, se la tenemos que trasladar como tal, como algo personal nuestro
En definitiva, nuestro papel es de crear el entorno de confianza para ayudarle a encontrar lo que oculta en su corazón, sin coartarlos con nuestros miedos, complejos, temores. Nuestra experiencia en la vida no va a ser la suya y lo que para nosotros puede ser irrealizable para ellos puede ser su ilusión vital.
Lo que real y objetivamente motiva al hombre es su felicidad, Aristóteles
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Psicóloga especializada en Mindfulness y
Terapia de Aceptación y Compromiso