Allá por un 24 de enero de 2015, se publicaba mi primera colaboración en IDEAL EN CLASE su título era “Decir amigo” y estaba dedicada al alcalde de Salobreña en aquel año; han pasado los años, casi seis y seguimos al pie del cañón.
Entre medias he tenido una gran operación quirúrgica y varios ingresos hospitalarios a lo largo de estos años, gracias a mi mala salud de hierro, como escribía el poeta José Hierro. Pues bien, ni un solo domingo hemos faltado a la cita, enviando hasta tres artículos por adelantado para no dejar huérfanos al personal.
El milagro de todo esto es el bueno de Antonio Arenas, él ha sido el verdadero artífice y héroe de esta efeméride. En ningún momento pensé que este jubiloso jubilado pudiese escribir tantos relatos, artículos, cartas o cómo quieran ustedes nombrar.
Yo, que siempre fui de ciencias y estudié el bachillerato de entonces en la rama científica, me veo metido de lleno escribiendo cada semana algo que les haga sentir. Yo que nunca supe juntar cuatro letras me siento ahora con las ganas de que llegue cada domingo para leer lo escrito, qué torpe soy.
Antonio Arenas, me anima, me motiva y hace que me sienta realmente importante delante de un teclado. Él, recientemente jubilado en su faceta de maestro ejemplar, sigue con su incansable trabajo de llevar a toda Granada hasta el último acto cultural que se precie. No hay presentación de libro, exposición pictórica o acto que no cuente con la presencia del señor de la barba blanca y la máquina de fotos.
Este domingo, de encierro y pandemia ha hecho que me acuerde del bueno de Antonio y agradecerle todo lo que ha hecho por este indocumentado y decirle que cada domingo estoy a la espera de ver cómo ha confeccionado el artículo de cada semana. Pues esa es otra, gracias a él, tengo foto de primera comunión, he sido solo ante el peligro, he estado con Serrat, he sido Rey Mago y en definitiva me siento vivo.
Gracias Antonio Arenas, el milagro eres tú!
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Comentarios
3 respuestas a «Antonio Luis Gallardo Medina: «El milagro de Arenas»»
Sin tanta solera como la suya en estas lides, D. Antonio Luis, pero con la constancia de mi reconocimiento también hacia D. Antonio Arenas, me sumo plenamente a sus palabras y agradecimientos.
Si nuestras voces se oyen es porque él está detrás de bambalinas, haciendo las labores de técnico de sonido. Si nuestras imágenes se ven es porque, efectivamente, él se encarga de luces y focos. Si nuestro aliento literario sigue echando vapor semana tras semana, es porque su impulso editor nos anima y estimula de continuo. Repito: me uno plenamente a usted en sus halagos hacia D. Antonio Arenas, tan merecidos.
Estimado Isidro, tienes razón en lo que dices. El secreto de todo es de mi Maestro Antonio Arenas. Sin él nada hubiese sido posible, te lo aseguro. Bienvenido al Grupo y por favor tutéame, que solo tengo 66 años. Un abrazo.
Muchas gracias a los dos. A Antonio Luis Gallardo por tu constancia y esfuerzo para no fallar ni un domingo durante un lustro y a Isidro, por la originalidad y savia nueva que está inyectando a IDEAL EN CLASE desde tu incorporación el pasado 26 de septiembre.