El pasado 13 de diciembre falleció el profesor Francisco José Fernández Segura, víctima de esta terrible pandemia que estamos sufriendo. El profesor Fernández Segura era muy querido y apreciado por todos los que hemos tenido la suerte de tratarlo. Paco era una persona entrañable, trabajadora, sincera, que te miraba a los ojos cuando te hablaba, soñadora, inteligente, con grandes inquietudes culturales y de profundas convicciones religiosas.
Paco Fernández Segura ha impartido su docencia durante décadas en el IES Padre Poveda de Guadix. De su amplísimo bagaje, de sus conocimientos, de sus consejos, nos hemos enriquecido centenares de alumnos a los que trató de hacernos buenos profesionales y mejores personas, como lo era él. Paco ha sido un pionero. Su tesis doctoral sobre el Obispado de Guadix abrió un camino al que nos fuimos sumando entre otros los profesores Jaramillo Cervilla, Lara Ramos, Gómez Moreno-Calera, Garrido García y un servidor. Gracias a su iniciativa, hoy podemos decir que el Obispado de Guadix ha reunido un amplio y rico elenco de tesis doctorales sin parangón en España, cuyo inspirador e impulsor fue el profesor Fernández Segura.
Sus trabajos de investigación nos han permitido conocer mejor a Alarcón y su relación con Cuba, al adelantado Pedro de Mendoza y Luján, fundador de Buenos Aires, al obispo Medina Olmos, el Seminario Conciliar de San Torcuato, el convento de las Clarisas, la Villa Real de Purullena… Y con su ‘Guía de Guadix‘ aprendimos a conocer y a amar un poco más nuestra querida ciudad de Guadix, cuyo éxito e interés hizo que tuviera que acometer varias reediciones.
La tarea docente e investigadora de Paco Fernández Segura ha sido extensa e intensa. Su inquietud cultural y las ganas de proyectar nuestra ciudad fue determinante para impulsar, organizar y dirigir dos de las grandes citas culturales e investigadoras que ha albergado nuestra ciudad: por una parte, los ‘Coloquios de Historia‘. Y por otra, su gran e inestimable aportación al patrimonio cultural de Guadix, su determinación para fundar junto con otras personas el prestigioso Centro de Estudios Pedro Suárez, toda una referencia a nivel nacional. Además, Paco dio forma e impulsó el boletín que sustenta la actividad cultural del centro, embarcando a muchísimas personas autóctonas y foráneas en el proyecto, logrando su consolidación y reconocimiento.
Paco era un hombre desprendido, era un asceta en el sentido puro de la palabra. Quizá esa forma de pensar y de vivir le facilitó su relación con la poesía. Su producción era intimista, sencilla, sensible. Su poesía evoca su infancia, su querido cortijo de Luchena, los paisajes del Fardes, nuestra Sierra Nevada, Guadix y sus rincones…
Él decía que era muy difícil ser profeta en su tierra, y yo le dije con motivo del magnífico pregón de Feria que nos regaló en 2011 que él lo había conseguido. Paco ha sido profeta en su tierra: era una persona reconocida, respetada y apreciada.
El profesor Fernández Segura nos ha dado mucho. Gracias a su generosidad y a su trabajo intenso hoy pueblan nuestras estanterías y bibliotecas centenares de artículos y más de una decena de libros salidos de su pluma ágil, directa y reflexiva.
Yo le recriminaba con frecuencia que en estos últimos años se hubiera recluido en su ‘santuario de Luchena’, entregado a la meditación y disfrutando de la naturaleza, pero dejándonos huérfanos de sus publicaciones, de sus reflexiones y de sus brillantes iniciativas culturales.
Guadix y los accitanos tenemos una deuda pendiente con el profesor Fernández Segura. Espero que sepamos saldarla y estar a la altura de las circunstancias. Amigo, profesor, compañero… descansa en paz.
[NOTA: Este obituario firmado por Santiago Pérez López se publicó en la edición impresa de IDEAL correspondiente al 29 de diciembre de 2020]