ALBA
Campanas de Córdoba
en la madrugada.
Campanas de amanecer
en Granada.Os sienten todas las muchachas
que lloran a la tierna
soleá enlutada.
Las muchachas,
de Andalucía la alta
y la baja.
Las niñas de España,
de pie menudo
y temblorosas faldas,
que han llenado de luces
las encrucijadas.
¡Oh, campanas de Córdoba
en la madrugada,
y oh, campanas de amanecer
en Granada!
Federico García Lorca
En los últimos días de febrero saltó en varios medios de comunicación la noticia de que la Junta autorizó hace algún tiempo un libro de Bachillerato en el que se mostraba un mapa de 1530 donde Andalucía aparecía ya configurada de manera idéntica a la actualidad, por lo que se ocultaba la existencia en esa fecha del Reino de Granada. Ante esto, la Asociación de Jóvenes Granadinistas había denunciado el error, siendo el libro finalmente desautorizado.
Como todos sabemos, en 1492 el Reino Nazarí (o Reino de Granada), que era el último reducto musulmán en la Península, empezó a formar parte de Castilla; fue el resultado de un acuerdo de rendición entre Boabdil y los Reyes Católicos, tras diez años de guerra, conocido como las Capitulaciones de Santa Fe. Terminaba así la llamada Reconquista. ¿Pero quedaba ya de esta manera conformada Andalucía como un territorio único y diferenciado del resto?
He recordado un precioso regalo que hace años me hizo mi padre, quien toda su vida fue funcionario del Instituto Nacional de Estadística: una edición facsímil del Censo de Floridablanca, del año 1787, cuando reinaba Carlos III.
Este censo fue un intento ilustrado de conocer el estado de la población de los diferentes territorios que integraban España. Y en lo que ahora nos atañe, es cierto que el primero que aparece en él es el “Reyno de Andalucía”, formado por 303 parroquias, 219 pueblos y con un “Total general de almas” (habitantes) de 754.293. Pero en el plan (pliego) Nº VIII nos informa también del “Reyno de Córdoba”, con 75 parroquias, 63 pueblos y 236.016 almas; de igual manera, en el Nº XII, del “Reyno de Granada”, con 490 parroquias, 397 pueblos y un número de almas de 661.661 y, finalmente, en el Nº XIV, del “Reyno de Jaén”, formada por 118 parroquias, 74 pueblos y un total de almas de 177.136.
ESTADO GENERAL DE LA POBLACIÓN EN EL AÑO 1787:
Parroquias |
Pueblos |
Total de almas* |
|
REYNO DE ANDALUCÍA |
303 |
219 |
754.293 |
REYNO DE CÓRDOBA |
75 |
63 |
236.016 |
REYNO DE GRANADA |
490 |
397 |
661.661 |
REYNO DE JAEN |
118 |
74 |
177.136 |
Tabla de elaboración propia a partir de los datos del Censo de Floridablanca.
* Habitantes.
A finales del siglo XVIII todavía no existía Andalucía como hoy, sino que había cuatro territorios diferenciados (al menos demográficamente).
¿Qué quiere esto decir? Pues que si tenemos en cuenta las cifras, el Reino de Granada era casi tan poblado como el de Andalucía pero con un número superior de parroquias y pueblos; y era así porque se extendía por lo que hoy son las montañosas provincias penibéticas de Granada, Almería y Málaga, mientras que el de Andalucía lo hacía por las tierras llanas de Sevilla, Cádiz y Huelva, dado que Córdoba y Jaén, aunque más pequeños, eran reinos distintos. Es decir, a finales del siglo XVIII todavía no existía Andalucía como hoy, sino que había cuatro territorios diferenciados (al menos demográficamente).
Solo unas décadas más tarde, en plena guerra contra los franceses, se aprueba en Cádiz la primera constitución española. Fue en 1812 exactamente. Y en el artículo 10, que fija el territorio “de las Españas”, establece que “comprende… Córdoba,…, Granada, Jaén,…, Sevilla,…” (además de Aragón, Asturias, Castilla la Vieja, etc). Es decir, el nombre de Andalucía no lo encontramos, pero en el sur de la Monarquía Española existían los cuatro mismos territorios del censo de Floridablanca, solo que ahora, lo que en 1787 se llamaba “Reyno de Andalucía”, es simplemente “Sevilla”.
La Andalucía de 1833 ya coincidiría con la actual también en cuanto a extensión geográfica.
Vemos la misma denominación en el Real Decreto que en noviembre de 1833 firma la Reina Gobernadora María Cristina en nombre de su hija Isabel II, menor de edad, para establecer la división civil de España, que queda configurada en 49 provincias. Pero aquí sí leemos el nombre de Andalucía, en el artículo 2º, y con un nuevo sentido: “La Andalucía, que comprende los reinos de Córdoba, Granada, Jaen y Sevilla, se divide en las ocho provincias…” (que llegan a nuestros días). Es decir, esta Andalucía de 1833 ya coincidiría con la actual también en cuanto a extensión geográfica.
Sin embargo, cuarenta años después, en el periodo conocido como Sexenio Revolucionario (o Democrático), se proclama en nuestro país la I República. Y aunque fue de muy corta vida (solo el año 1873), se elaboró una constitución que proclamaba que la República sería de tipo federal, es decir, dividida en estados. Nunca llegó a aprobarse, pero es curioso destacar cómo en el artículo 1º de la misma se establecía que “Componen la Nación española los Estados de Andalucía Alta, Andalucía Baja, Aragón, Asturias,…”; es decir, las tierras del sur peninsular habrían sido dos estados distintos si aquella experiencia no se hubiera truncado. Falta saber por dónde se extendería cada uno, pero hay un par de observaciones en el dictamen elaborado por la comisión redactora de la constitución que son interesantes: la primera es la exigencia de lograr una división territorial que, “sin perjuicio del derecho de las provincias”, derive de “nuestros recuerdos históricos y de nuestras diferencias,…”. Y la segunda, en consonancia con esta y más importante, es que “señalamos como nuevos Estados de la República los antiguos reinos de la Monarquía,…”. Por tanto, ¿cabe pensar que el estado de Andalucía Alta se habría configurado a partir del Reino de Granada? ¿Y el de Andalucía Baja?
Como siempre me gusta hacer, dejo que cada uno saque sus propias conclusiones de esta documentación histórica sobre la duración del Reino de Granada y la antigüedad de Andalucía.
Ver artículos anteriores de
Profesor de Historia en el IES Padre Manjón
y autor del libro ‘Un maestro en la República’ (Ed. Almizate)