Ana María González Herrera, maestra vital y de corazón, trabaja en Infantil con la ilusión por bandera, en el CEIP ‘Maestro Eduardo Lobillo’ de Rota (Cádiz)
Esta semana, hablamos con Ana María González Herrera, una maestra de vocación, revolucionaria y transformadora del medio, quien trata de ofrecer todos los recursos en pro de aprender por y para la vida. A su juicio, las familias deben implicarse más, siendo absolutas protagonistas en las escuelas (el binomio o asociación con los docentes es tan necesario como indisociable.
Articulista habitual en revistas tales como “Aularia”, “Mi biblioteca” o “Tartessos”, cuenta con másteres en psicología infantil y juvenil, así como en coaching, meditación y Mindfulness.
Finalista en varias ocasiones de los prestigiosos premios “Educa Abanca” al Mejor docente de España, ha sido distinguida recientemente como la 2ª clasificada en el año 2020 (en la categoría de Infantil).
Por último, cabe reseñar su autoría en libros de pedagogía y narración infantil, tal es el caso de “Trilogía cavernícola”, “Un virus llamado amor” o “Manual de oposiciones vitales”, entre otros.
– ¿Cómo y cuándo surgió tu interés por la docencia?
– Ser docente no entraba en mis planes cuando era niña. Siempre soñé con ser periodista y escritora, pero en el instituto descubrí esa vocación dormida y empecé a sentir que era el camino que quería tomar. La vida me brindó la oportunidad de empezar muy joven y con 21 años tenía las oposiciones aprobadas.
Comienzo una aventura maravillosa en un colegio de pueblo y con un grupo de alumnos/as con los/las que sigo manteniendo el contacto. Ahí voy descubriendo y perfeccionando una pasión que me mantiene con fuerza y valentía para seguir cambiando el mundo a través de una escuela rebelde, abierta a la vida.
– En tiempos de pandemia, ¿has tenido que realizar modificaciones sustanciales con respecto a tu forma de trabajar habitual? ¿Cómo ha sido tu adaptación a la nueva normalidad?
– Esta Pandemia ha cambiado la mirada de la escuela y no sólo la forma en que miramos a nuestros niños y niñas, sino la forma de descubrir, de aprender y de crecer en el sentido más extenso de la palabra.
Ha quedado claro que la tecnología es una obligación social, pero más claro ha quedado, que nada, absolutamente nada, sustituye la presencialidad y el cuerpo a cuerpo. Por más que digitalicemos la escuela, las miradas, las experiencias y la emocionalidad de estar juntos es un recurso de desarrollo imprescindible e insustituible.
Hemos tenido que adaptarnos a la nueva normalidad de una manera creativa, divertida y sin perder la magia. Es más complicado trabajar ahora que antes, pero merece la pena seguir reinventando, transformando y usar la educación como medio de superación de miedos e inquietudes que son propias de esta realidad que nos invade.
– Además de maestra, has hecho tus pinitos en el ámbito de la escritura. Háblanos de alguna de tus obras y dedica un apartado especial a “Un virus llamado amor” ¿Es este virus distinto al que tratamos de combatir?
– Desde muy niña, mi sueño siempre fue ser escritora. He escrito en muchos medios, y, a nivel más íntimo, pero es ahora cuando me inicio en la aventura de publicar. Mi cuento favorito es “UN VIRUS LLAMADO AMOR”. Es un cuento que surge de los miedos y preocupaciones de los niños y niñas de mi clase. Ante estas manifestaciones tristes, de preocupación y angustia, me propuse escribir un cuento que diera un giro drástico al miedo que sentíamos y centrarnos en algo tan cotidiano y cercano como es el Amor. Lo convertí en un virus positivo, sanador, regulador de los miedos y capaz de concienciarnos de todo lo que estaba a nuestro alcance y no valorábamos. Todo empezó como una aventura casera, con un video montado por mi querida amiga Elisa Beltrán, destinado a mi entorno más cercano y se hizo viral en las redes sociales. Se extendió hasta el punto de trabajarse en colegios de distintas partes del mundo, como recurso para gestionar las emociones.
José Losa, editor de DODO- LECTOR, se interesa por el proyecto, y, a través de Aurora Soto (con las ilustraciones de Susana Rico), este sueño se hace realidad. Hoy es un cuento que ha llegado a muchos corazones y que cambia la forma triste en que nos enfrentamos a esta nueva realidad.
– Si tuvieras que dibujar o caracterizar al “docente perfecto”, ¿cómo sería? ¿Qué cualidades debería tener?
– Un docente perfecto para mí, debe reunir cualidades como ser cercano, empático, creativo, respetuoso y revolucionario. Es aquel que se adapta a los tiempos y a su alumnado, que implica a las familias, abriendo las puertas de su clase o rompiendo con los muros mentales de toda la Comunidad Educativa.
Creo que es fundamental desinstalar de nuestro sistema operativo conceptos vinculados a situaciones de aprendizaje tradicionales, copiosas y aburridas. Un docente está obligado a ofrecer, acompañar y transformar el medio para explotar al máximo las capacidades de sus niños/as. Un docente debe ser ejemplo de equidad, inclusión y respeto.
Ser un buen maestro/a implica amar lo que haces y ver en la escuela un medio de impulso, una oportunidad de que el futuro sea de todos y para todos.
– ¿Consideras que el sistema educativo actual necesita cambios importantes?
– El sistema educativo necesita un cambio sustancial y una reforma del profesorado. No son necesarias tantas leyes educativas, y, sí reformas de formación, impulso y motivación al profesorado. Creo en la firme necesidad de democratizar más las escuelas y abrirlas al mundo real en el que viven nuestros alumnos. No podemos estar en edificios del siglo XIX, trabajar con los recursos del siglo XX y formar a personas del siglo XXI.
Es imprescindible entender que la escuela como institución y eso implica a todos los niveles, la educación y la infancia, son los tres elementos más importantes de una sociedad progresista.
El problema es que todavía se entiende que los centros educativos son aparcaniños y que no generan capital; sin entender que son los que moverán el mundo con la fuerza y los instrumentos que nosotros les dejemos; instrumentos y recursos que tratamos de ahorrarnos constantemente en detrimento de falta de calidad y de inversión.
Las escuelas necesitan ser gestionadas por expertos de la educación y convertirse en el sector más cuidado de la sociedad. Hasta que no entendamos que la pieza crucial es la EDUCACIÓN, no habrá logros exitosos.
– ¿Qué le pedirías a las administraciones?
– A las Administraciones les propondría más inversión en la escuela, más inclusión, más implicación y la necesidad de la figura de maestros y profesores, como asesores y expertos en el ámbito educativo a la hora de la propuesta de normativa, órdenes y demás y la obligación de un Pacto de Estado.
– Recientemente, has sido distinguida como 2ª clasificada en los “Premios Educa Abanca” (Mejor docente de España) en la categoría de Infantil. No es la primera vez que estás entre las nominadas y finalistas en dicho certamen. ¿Qué supone para ti este nuevo reconocimiento?
– Ser reconocida como la segunda mejor maestra de España en la categoría de Educación Infantil, ha supuesto un gran honor, un regalo profesional y un reconocimiento a mi trabajo, pero también a la labor docente en general. Estoy convencida de que estos premios ponen en valor el trabajo de muchos docentes que día a día buscan alternativas, formas de innovar y revolucionar. La educación se viste de gala cuando es reconocida. Este hecho supone para mí un impulso en mi trabajo, un firme convencimiento de avanzar por el camino correcto, aunque este camino sea duro a veces, a contracorriente y en el sentido del cambio.
Este reconocimiento viene a garantizarme que ser diferente es importante y te ayuda a no aceptar sin cuestionar. En este sentido, me ha permitido seguir en la idea de una escuela de todos y para todos.
Inclusiva, rebelde, crítica, diferente y vital.
Sin duda alguna, ¡es posible!
Aquí me podéis encontrar:
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Ver más artículos de:
‘Mejor docente de España, 2020. Educa Abanca’
Categoría: ESO-Bachillerato.
Comentarios
7 respuestas a «Ana Mª González Herrera: «La pandemia ha cambiado la mirada de la escuela»»
Maravillosa entrevista
Interesante artículo escrito por una gran profesional (por lo que se ve entre estas líneas).
¡Menudo cambio necesita la escuela!
Cercana, empática, revolucionaria, creativa, respetuosa sí… Pero tú además eres profesional, perseverante, centrada en el alumnado y su diversidad, atenta, incansable, y vives la docencia con una ilusión sin límites.
Gracias Ana González Herrera por compartir las maravillas que haces a diario con tus alumnos/as
Sin duda, eres luz y magia, no solo para los pequeños que tienen la suerte de tenerte como maestra sino para muchos docentes que te seguimos a diario en las redes. Nos ayudas a cambiar nuestra visión de la educación, a mejorar y a no tener miedo de innovar. Maestros/as así son los que hacen de la escuela el lugar que debe ser
Magnífico artículo !, enhorabuena Ana!
Suerte la nuestra, docentes y familia, por dedicarte a la educación y cuidar, motivar y hacer crecer a “tus niños”. Un placer leerte.,.pura inspiración.
Mi más sincera enhorabuena a esta gran maestra y persona. Si hubiese podido elegir una época en la que vivir habría elegido esta, y un lugar pues Rota, solo para que Ana Gonzalez hubiese sido mi profe. Me alegra mucho que nuestras vidas se hayan cruzado