Al abrir el diccionario por la palabra optimismo, encontramos “tendencia a ver y juzgar las cosas en su aspecto más positivo o favorable”. En este sentido, y poniendo al mal tiempo la mejor cara posible, mi manera de pensar en relación a la pandemia que sufrimos desde hace más de un año, debe ser optimista.
Jamás me dejaré llevar por pensamientos negativos o pesimistas, viendo siempre el vaso medio lleno. Así, en menos de un año, contamos con varias vacunas que poco a poco estamos recibiendo todos/as.
Crisis es una palabra que se ha repetido y repetirá a lo largo de la historia, siendo el hombre un auténtico especialista en superar obstáculos. Cierto es que hemos tenido que dejar atrás esa normalidad que nos permitía pasear, comer con nuestros amigos o familiares, ir al cine o tomar una cerveza bien fresquita con el necesario abrazo o beso, siempre reconfortantes.
Pero, considero que hemos de mirar más allá, superando esa “hipocondría social” que con bastante frecuencia nos bloquea. Rediseñemos nuestras vidas, sabedores que lo que existe en la calle no es ninguna tontería, si bien la prudencia debe ser nuestra primera y fundamental máxima.
Abramos nuevas vías, tratando de restañar las heridas ocasionadas, reflexionando y valorando lo que tenemos.
Seamos felices o intentemos llevar a cabo ese sentimiento positivo que debiera contagiarse.
Si hemos pasado un bache, recompongámonos, tratando de salir más fuertes, curando nuestros miedos y afrontando las lecciones de la vida desde la humildad.
Por último, ayudemos a quienes lo están pasando mal, agradeciendo siempre las muestras de cariño del prójimo, ese consejo que llegó en el momento que lo necesitábamos.
Vivamos el día a día, sin pensar en el mañana, empatizando con el dolor ajeno y cultivando la generosidad.
¡Ojalá mis deseos no caigan en saco roto!
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‘Mejor docente de España, 2020. Educa Abanca’
Categoría: ESO-Bachillerato.
Comentarios
Una respuesta a «Rafael Bailón Ruiz: «Con optimismo»»
El optimismo que nos transmites Rafael, cae en buena tierra. Resulta complicado asumirlo en su totalidad, porque duele la angustia que está generando. A mí, por ejemplo, me duele mucho no poder estar con mis nietecitas, pero como bien dices, las tecnologías suplen de alguna manera los abrazos y besos que tanto ansío darles. Gracias por tu mensaje.