Paco Olvera: «Cartas a un maestro (II)»

Llegué a Coín en el curso 1977 como maestro definitivo. A lo largo de los siguientes cinco cursos, se conformaría la experiencia pedagógica que me hizo crecer como persona y maestro. Aquella clase fue bautizada por los niños y niñas como la “ Casa de la Pradera “.

Un día revisando algunos de sus trabajos que aún conservo, sentí la necesidad de escribirles una carta. Al hacerlo me planteé dos objetivos, por un lado compartir mis recuerdos con ellos y ellas y por otro, el que esta carta pudiera servir como un documento pedagógico del devenir cotidiano de una clase seguidora de la pedagogía de Celestin y Elisse Freinet.

Al final de mi carta les animaba a que escribieran sobre aquella experiencia. He recibido un buen número de respuestas, en las que los recuerdos y reflexiones son muy parecidas. Para no cansar mucho a los lectores y lectoras, he decidido agrupar las cuestiones más interesantes en varios apartados.

Enlaces:

De como lo vivieron las familias.

“ Le tengo mucho cariño a los años en la “ Casa de la Pradera “. Nuestras familias sin embargo lo veían de otra manera al principio, ya que no entendían nada. Creo que mis padres no se llegaron a quejar al director, porque veían lo contenta que estaba en la clase. Muchos días mi madre me tenía que ir a buscar ya que era terminar de merendar y nos volvíamos a ir con Paco que se quedaba haciendo cosas en la clase. “

Ana María Cordero ( Tiene una peluquería )

“A nuestros padres todo aquello les parecía una auténtica locura, tanto el método de estudios, como el maestro. Algunos de ellos no se fiaban al principio, pero con el tiempo llegaron a confiar tanto que incluso por las tardes y fuera ya del horario escolar, nos dejaban que pasáramos más tiempo en la clase e incluso ir a la propia casa de los maestros. También los invitábamos a la clase para que nos contaran cómo eran sus profesiones. En otras ocasiones iban personajes conocidos, como mi tía abuela “La Jimena”, una reconocida cantante de flamenco y folclore en Málaga“.

Santi Solano ( Auxiliar de ayuda a domicilio )

“ Creo que Paco supo abordar en la mayoría de los casos, el escollo de las familias con su actitud dialogante, cercana y muy trabajadora. Siempre estaba disponible, por la mañana, por la tarde, los fines de semana, para que cualquier familia hablara con él. Pero además, al menos por lo que recuerdo con mi familia, no se quedaba ahí, sino que era él quien en muchas ocasiones, buscaba ese contacto y esa comunicación, explicando esas “cosas raras” que les contábamos sus hijos e hijas de lo que hacíamos en clase. “

Francisco José Enríquez ( Es psicólogo )

Una fiesta de disfraces a la que asistían las familias

“ Paco reunió a nuestros padres para explicarles el tipo de enseñanza que quería para nosotros. Se trataba de unas nuevas técnicas llamadas “Freinet”. Les dijo que compraríamos los libros entre todas las familias y que se compartirían entre todos. También les dijo que decidiríamos todos las cosas en asamblea, que los contenidos los trabajaríamos de una manera más práctica y que haríamos grupos de trabajo juntando los más avanzados con los que menos.

Cuando llegó mi padre a mi casa después de aquella primera reunión con el maestro, le dijo a mi madre : ¡ Este joven nos lo va a preparar para los tiempos que vienen y para la vida !. Y así fue.

Muchos de nuestros padres habían emigrado a Suiza, Alemania y Francia y por tanto tenían una visión de las cosas más amplia. Algunos de ellos se implicaron en este método, asistiendo a la clase y hablándonos de sus trabajos. Nosotros les preguntábamos, les hacíamos entrevistas y luego hacíamos una monográfia. ”

Jose Luis Rodríguez ( Es propietario de un pequeño restaurante )

Dar la palabra a los niños y niñas : Las asambleas de clase

“ Una actividad muy importante para nosotros era la asamblea de cada viernes. ¡Lástima que esta actividad no se haga ahora en todos los colegios! Nos hacía sentir importantes, ya que podíamos debatir, opinar, proponer, criticar. En la asamblea hablábamos de los trabajos que teníamos que hacer, de las excursiones, de las fiestas, y sobre todo comentábamos como era nuestro comportamiento y si cumplíamos o no las normas de la clase. En nuestras asambleas siempre había tres puntos principales, felicitaciones, propuestas y críticas. Cada semana había un moderador y un secretario distintos, todos pasábamos por ahí.

En el apartado de críticas éramos bastante duros. Se criticaban aquellos niños y niñas que no habían cumplido las normas de la clase o que normalmente no trabajan. Me acuerdo un día que quisimos echar a una compañera de la clase porque no trabajaba y no cumplía las normas. Ya lo habíamos intentado en otras ocasiones, pero Paco siempre intervenía y conseguía con sus palabras que le pusiéramos un castigo menor. Pero ese día ya estábamos hartos de que no cumpliera lo que prometía. Esa vez también intervino Paco, pero no sirvió de nada. Decidimos que se fuera. Algunos niños y niñas la intentaron sacar de la clase a empujones y ella se agarraba a las sillas diciendo que no se iba. Viendo como estaba la situación Paco intervino y dijo que ese tipo de castigos no podía aprobarlos la asamblea, que eran cosas que él tenía que ver con los padres de ella y con el director. Así quedaron las cosas y ella desde entonces mejoró mucho.

En algunos momentos Paco se enfadaba con nosotros porque hablábamos mucho o no respetábamos las normas de la clase. Una vez se enfadó muchísimo, aunque no recuerdo por qué fue. Paco se salió de la clase y nosotros solos tuvimos una asamblea urgente para recapacitar. Estuvimos discutiendo que éramos unos irresponsables y que habíamos abusado de la confianza que Paco había puesto en nosotros. No me acuerdo bien quien fue, pero alguien dijo: ¡Es que Paco nos ha dado demasiada libertad! A lo que contestó Ana Cordero, de eso si que me acuerdo perfectamente: ¡ La libertad nunca es demasiada !.

Lo que había sucedido, es que nosotros no habíamos sabido usarla. En esa asamblea nosotros mismos propusimos que se nos quitara el derecho a poder opinar en clase y que se hicieran las cosas como dijera Paco. En definitiva, que fuéramos una clase como las demás. Por suerte no fue así ya que cuando le dijimos a Paco lo que habíamos decidido, él nos dijo que el acuerdo al que habíamos llegado era la solución más cómoda y nos retó a que intentáramos hacer las cosas mejor. Así lo hicimos.

A pesar de nuestra poca edad, fuimos capaces de esforzarnos en cambiar para conservar el derecho a opinar. No quisimos perder el regalo que él nos había dado, porque yo pienso que aquello era un regalo. “

José Solís ( Trabaja en la construcción )

Grupo de niños en una salida al campo (1977)

¿ Por qué se ha metido el maestro en la política ?

“ Tengo que hacer una mención a algo que entonces no comprendí y que en aquellos años yo no estaba de acuerdo. Fue que nuestro maestro que nos enseñaba de una forma tan diferente, con valores como el respeto, el amor a la naturaleza y a la igualdad entre las personas, se metiera en política y se presentara para concejal en el Ayuntamiento. Mis padres tampoco lo entendieron al principio.

Mi corta edad en aquellos momentos, me impedía ver como compatibles las dos cosas. La idea que yo tenía de la política era como de una cosa mala y no comprendía como mi querido maestro se metía en ella. No se si mis compañeros compartirán esta opinión. Años después, siendo ya una persona más madura, lo entendí e incluso lo compartí. “

Juan Pedro Guzmán ( Es distribuidor de bebidas )

Corporación municipal siendo Paco concejal. (1979)

( Continuará )

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Paco Olvera,

licenciado en Historia, ha sido maestro  e Inspector de Educación.
Escribe artículos, realiza vídeos y es autor de libros sobre temas de Educación,
entre los que destacaría “La Investigación del Medio en la Escuela”.

Paco Olvera

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