Virtudes Montoro: «Cuando el recuerdo duele»

Todo fluye, a veces, menos uno mismo. De repente se oscurece la razón y comienza un desapego forzoso de la realidad. ¿Por qué de un día para otro, se pierde las fuerzas, el hálito, el empuje, por qué, de repente todo duele?

Parece que las heridas del alma son profundas, tercas y maliciosas, y cuando menos lo esperas, un recuerdo capta tu atención y te vuelca a esa situación dolorosa por la que pasaste. Y vuelves a caminar por esa senda de ascuas, vuelves a rememorar todo el sufrimiento que viviste. La palidez de las sombras pasadas, aparece en ese sutil cosquilleo amarillento que notas en la garganta, porque a veces, la vida se nos hace bola.

Cuando todo se calla, se ennegrece la coraza del olvido, la mente divaga, surca embravecida la ignorancia de los locos, ruge la ira, el rencor, la tristeza, y como antes, sufrimos lo mismo, con la misma intensidad, con el mismo desatino. Lo que era es, no hay trayectoria temporal cuerda. Se hunden las cuencas, se desvanece el presente, y ese amargo recuerdo tilda tu nombre.

Es inútil volver sobre lo que ha sido y ya no es. Frédéric Chopin

¿Qué haces con esas emociones que no sabes nombrar, con ese miedo que te acompaña?

Al final, quizá, se trata de llover y escampar, aceptar el pasado con una buena dosis de dulzura, las emociones no entienden de relojes, pero s tú sí puedes, mirar la hora y ver que son las doce y no las cinco. Puedes aceptar que ahora nada es justificado y menos sufrir por algo que no existe.

Esto se hace a base de palos y entuertos, todos en algún momento de nuestra vida, aceptamos que somos los artífices de nuestro sufrimiento y que somos libres para cambiar la visión de las cosas, para verlas realmente como son.

Sí, quizá te hirieron, te golpearon duro, sí. Es normal que sientas ira una vez, ¿dos? No, eso no entra en los cálculos.

Quiero decirte, con todo esto, que entiendo que puedas alojar emociones dañinas y que te rebeles ante cualquier ataque, que te defiendas o que perdones, aceptes o que transciendas la situación. Mantener esas emociones, después de quizás años, no, no es sano, no es bueno, no es constructivo.

Una consciencia tranquila es a menudo el signo de una mala memoria (Steven Wright)

Cura tus emociones y serás afortunado, cura tu miedo y serás liberado. ¿Cómo? Proponiéndote no sufrir, tomar partido en tu vida y en la gestión de lo que sientes, hacerte responsable de ti, deseando pasar los días con una merecida serenidad.

La inteligencia emocional, va de esto, de reconocer las emociones propias, trabajarlas, gestionarlas, y reconocer las de los demás. ¿Lo intentamos?

Te dejo esta meditación, trabájala con una situación/emoción dolorosa, al menos inténtalo, o dite que lo intentaras.

https://youtu.be/6hTEyWyFLEQ

El pasado es la única cosa muerta cuyo aroma es dulce”. Eduard Thomas

 

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Virtudes Montoro López

Psicóloga especializada en Mindfulness y
Terapia de Aceptación y Compromiso

Correo E:
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