Rafael Reche: «Viajan a otros mundos, viven otras vidas. (Parte I)»

Mi querido y respetado lector: El calendario nos recuerda en este mes al libro y a los lectores. El libro, que ha paralizado y suspendido las horas de nuestro tiempo, como un latido que no se detiene, convertido en un Dios sediento que refresca en cada obra la eterna sed de lector. Por cada uno, asciende y desciende ese vértigo y prende la llama de la curiosidad, la intriga, el misterio, en busca del desenlace igual que sintieron las mujeres y los hombres de todas las épocas, que a través de la lectura han vivido en muchos interlocutores, incontables pasiones, capacidades, debilidades y fantasías. No hay nada, como permanecer clavado en el silencio y en el espacio, absorto viajas a otros mundos y vives en otras vidas.

El 23 de abril, es justo este día cuando los lectores de todo el mundo celebran su día grande. El Día Internacional del Libro. Es el momento, es la ocasión de que compañeros mayores universitarios españoles y de la Universidad de Rio Cuarto de Argentina nos dejen sus testimonios, nos cuenten las experiencias que han desarrollado por el mundo de las letras, nos desnuden con sus palabras las bondades de esta afición tan intelectual y cultural.

Al pie de mi jubilación, busco un hueco inexistente en mi biblioteca, donde reposan los libros de toda una existencia. Mi vida está pausada en dos etapas; la adolescencia donde los libros de aventuras descubrieron mi espíritu inquieto y curioso, y la madurez, del sosiego del retiro, de libros que adquieren el sabor inmenso de los sentidos, me asoman al balcón de la vida, de historias hecha de las miradas de otros hombres y de otras mujeres.

La vida fluye en línea recta, franqueada por esos dos periodos extremos, ajenos a la existencia acelerada, con la maleta a cuestas sin echar raíces en ninguna ciudad. A esta hora dorada de los años, se ha desvanecido el errante caminar y como un mar rodea a una isla, me encuentro en el paraíso de Granada. Disfrutamos de un tiempo extra, una prórroga de espacio para romper los barrotes, con un libro en las manos y obrar el milagro de leer página a página para que desaparezca el instante tragado por sí mismo.

He vuelto el rostro a releer libros que han permanecido inmóviles y callados, por años en los estantes de la librería. En ese limbo han envejecido conmigo mismo, han regresado para hablarme, con otro lenguaje de cuando lo leí, en ellos observo la vibración amarilla de las hojas por la longevidad, las letras se han encogido de tamaño o más bien, los pliegues de la realidad nos devoran a ambos, la propia vivencia me ha dejado la huella de la vista cansada.

Siento deciros que no hay recetas para leer. La afición no es transmisible, porque no está hecha de recetas sino de descubrimientos personales. Cada obra es irrepetible y conquista a sus lectores.

Dejo a mis compañeros en la Universidad quien nos descubre su condición de lector:

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Beatriz Ballesta Martínez. Estudiante del Aula Permanente de Formación Abierta (APFA) de la Universidad de Granada. Nació en Baza (Granada), jubilada como docente e inspectora de Educación. Participa en el club de lectura “Lo que vale una vida” del APFA.

Beatriz Ballesta, ante el busto del escritor Miguel de Cervantes en Baza

Beatriz Ballesta, no relata su experiencia con la lectura y ella misma se define a través de sus palabras.

Los libros son vida, la lectura es un valor que debe comenzar en edades tempranas favoreciendo situaciones creativas en las que surjan el gusto por la lectura, la sensibilidad literaria se aprende leyendo, y leer, es una actividad mental que nos aporta conocimientos y experiencias enriqueciendo nuestro mundo interior.

¿Cuándo te nació la afición a la lectura?

Siempre he tenido algo para leer, un cuento, tebeos…al salir del colegio me quedaba con mi madre en nuestra tienda y cuando no despachaba, se sentaba al calor del brasero con una novela de Corín Tellado, cada semana me enviaba a cambiarlas por otras, ella en silencio con su novela y yo con un cuento o tebeo que releía, tardes de invierno cuya imagen mantengo en la memoria.

Un verano, con 10 o doce años, cayó en mis manos, Ana Karenina y comencé a leerlo, siempre buscaba momentos en el que continuar su lectura, ¡raro! libro “gordo”, largo, su temática y me fascinó. Ya no faltaban libros en mi reducida estantería…

¿Qué tipo de lectura te gusta más y por qué?

Me gusta la novela histórica, ese viaje en el tiempo, recreando momentos históricos con datos relevantes sobre la época.

Narrativa, la forma, el estilo de contar historias e imaginar situaciones y acciones de los personajes.

Ensayo sobre educación por ser uno de los factores más influyentes para el progreso y avance de la sociedad.

Poesía, expresión de sentimientos, emociones, amor…

Beatriz, si te fueras a una isla desierta ¿Qué libros te acompañarían?

Me gusta el bullicio, observar la calle, sus gentes, el trasiego diario, pero a una isla, me llevaría:

Memorias de Adriano” de Marguerite Yourcenar y

Obras completas de Federico García Lorca”

¿Qué nos puedes contar sobre tu experiencia en la lectura y que nos recomendaría?

La lectura, nos brinda conocimiento, creatividad, mantiene la mente viva, mayor capacidad verbal. Con la imaginación se llega a cualquier parte, se sienten emociones que favorecen entender mejor a los demás. Es un hábito que proporciona beneficios para la salud y libera la mente. Deja a un lado la soledad convirtiéndose en el mejor compañero de camino, nos enseña a ser críticos y en definitiva mejores personas.

Acabo de finalizar la novela “Lluvia fina de Luis Landero” y de los libros que os recomendaría:

El infinito en un junco” de Irene Vallejo

Es un viaje a distintos lugares, épocas, contrasta distintos géneros, desde lo clásico a lo contemporáneo.

Es un aprendizaje cada capítulo, cada texto por la información que aporta.

El Principito”, refleja sentimientos de amor, esperanza, reflexiones que alimentan nuestra vida.

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Antonio Jesús Montilla García. 70 años. Estudiante del Programa Universitario de Mayores de la Universidad de Jaén. Maestro jubilado.

 Desde Jaén, Antonio J. Montilla nos descubre su afición a la lectura

El destino o más bien las conexiones on line que tan usuales se han puesto de moda en la pandemia, me permitieron conocer a Antonio Jesús, quien ante mi propuesta se ofreció encantado de participar hablándonos de la lectura.

En la lectura no existen las limitaciones físicas ni la edad, millones de personas mayores son expertas en la lectura, ellos alcanzan edades cada vez más avanzadas, en unas condiciones de salud física y mental impensables anteriormente, en definitiva, la lectura nos ayuda a aumentar nuestra capacidad cognitiva.

Antonio, ¿Porqué de tu afición a la lectura?

Creo sinceramente que nacimos juntos, mis primeros recuerdos, me sitúan junto a mi madre o mi padre leyéndome cuentos en la cama, o realizando las tareas escolares que siempre contenía una lectura o resumir algo. No puedo olvidar las distintas celebraciones de Reyes Magos, cumpleaños o santo, cualquier regalo iba acompañado por un libro, normalmente corto, ejemplo que seguimos haciendo con nuestros hijos.

Los tebeos, comic y libros de aventuras estaban en nuestra casa, como cosa habitual.

Desde la infancia, hoy es toda una necesidad, después de una jornada laboral, que a pesar de estar jubilado es intensa, busco en la lectura un rato de tranquilidad y placer que no me da la TV o internet.

¿Cuánto tiempo le dedicas?

Podría decirte que no lo controlo, pero no menos de una hora y media diaria, hay muchos momentos (las tardes especialmente), a la vuelta de clase de la Universidad y antes de acostarme, siempre.

¿Qué lees?

La novela histórica, quizá por la deformación profesional, para mi es la más atractiva para poder contarla.

¿Eliges un libro, para que te acompañe donde fueras?

Sin lugar a dudas “El Principito”.

¿En la actualidad que lees?

Aquitania”, de Eva García Sáenz de Urturi, premio Planeta 2020

¿Algún libro o novela que recomendarías?

El infinito en un junto”, de Irene Vallejo, no comento nada, pues merece la pena leerlo, te asombrará.

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Electino Bermejo Mateos. 71 años, Estudiante de la Universidad de Mayores de la Autónoma de Madrid. Jubilado de la Administración de Empresas.

Electino Bermejo, residente en Madrid, la lectura le hace héroe o villano

Electino, durante la conversión telefónica, se mostró un hombre cordial, abierto y con un sentido del humor fresco. Al final he encontrado un paralelismo de los gustos literarios que compartíamos.

Reconozco que me llamó la atención dos cosas de él, su acento de voz que distaba del clásico madrileño y su nombre “Electino”, tan poco corriente, la razón bien sencilla y coincidente, él conserva sus raíces de Zamora en su entonación y en el original nombre.

Electino, ¿Háblanos de que significa la lectura par ti?

Podría decir que soy un desertor arrepentido de la lectura. En mi niñez y juventud fui un gran lector, me encantaba la novela y la poesía, después por motivos que no vienen al caso, dejé un poco de lado la lectura como distracción. Mi lectura se limitó a la prensa diaria y a temas profesionales.

En mi persiste el recuerdo de uno de mis primeros libros leídos, “Sinuhé el egipcio” (Mika Waltari). De ahí mis recuerdos pasan a “Los renglones torcidos de Dios” (Torcuato Luca de Tena).

Un inmenso y largo periodo de sequía lectora regada por las lecturas en vacaciones, Best Sellers del momento. Me vienen a la memoria, “Los pilares de la Tierra” de Ken Follett, “El tiempo entre costuras” de María Dueñas, “La catedral del mar” de Idelfonso Falcones, “Los seis tomos del Clan del oso cavernario” de Jean M. Auel, que me acompañaron durante algunos veranos, y alguna lectura esporádica que no ha permanecido en mi recuerdo.

Dando un salto en el tiempo, en noviembre de 2016, tuve el acierto de adherirme a la Tertulia Literaria de la Universidad Autónoma de Madrid, y no olvidaré el primer libro leído, “Intemperie” (Jesús Carrasco), al que siguieron entre otros, “Nada” (Carmen Laforet), “Los restos del día” (Kazuo Isiguro), “El hombre que amaba a los perros” (Leonardo Padura), Doña Perfecta (Benito Pérez Galdós y un largo etc.

La lectura me relaja, me permite viajar, me hace héroe o villano según mi simpatía por el personaje, puedo, por unas horas, vivir en el siglo pasado, en el antepasado, en el presente y trasladarme al futuro.

Y por medio de la Tertulia Literaria, darme cuenta de lo pequeño que soy sacando conclusiones de una lectura, y en lo grande que me convierto cuando comparto con los demás mis experiencias y escucho las del resto de los tertulianos.

Quiero finalizar este articulo como empecé con las palabras: de mi querido y respetado lector, cuando termines de leer, cierra los ojos y deja que la imaginación obre por si sola. Continuaremos la próxima semana con más testimonios de lectores.

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Rafael Reche Silva, alumno del APFA
y miembro de la JD de la Asociación
de estudiantes mayores, ALUMA.
Premiado en Relatos Cortos en los concursos
de asociaciones de mayores de las Universidades
de Granada, Alcalá de Henares, Asturias y Melilla.

Rafael Reche Silva

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Comentarios

6 respuestas a «Rafael Reche: «Viajan a otros mundos, viven otras vidas. (Parte I)»»

  1. Antonio Alcalde Castilla

    Esta muy bien escrito Rafa yo reconozco que no soy bueno en la lectura es difícil que termine un libro lo dejo a medias casi siempre pero cuando terminó alguno me gusta un abrazo

    1. Rafael Reche

      Amigo Antonio, gracias, ahora que dispones más tiempo libro descubre la fascinación que te abte una buena novela y disfruta, es como la pintura, cada cuadro es diferente y distinto. Un abrazo

  2. Diego Quiros Montero

    El homenaje que hace Rafael al libro es un elogio a la cultura, hace realidad historias o eventos imaginados que nos abren el campo de visión y nos permite comprender mejor el mundo que nos rodean. El libro, como el animal de compañía, son siempre bienvenidos a nuestras vidas cuando se carece de la cercanía de otros seres queridos. Enhorabuena por el artículo.

    1. Rafael Reche

      Gracias amigo Diego por tus ambles palabras. Comparto plenamente tu comentario sobre el libro , que forma parte de nuestras vidas desde pequeño . Un abrazo

  3. María de los Ángeles Reche

    Mi afición por la lectura la comencé en mi infancia,cuando me operaron de amígdalas y mi padre me traía un cuento para mi recuperación casi todos los días y junto a mi hermano Rafael y sus libros de aventuras de Julio Verne.

    1. Rafael Reche

      MI querida hermana Mª Ángeles, en nuestra infancia siempre teníamos un libro que compartir, nuestras miradas interiores se despliegan y un mundo nuevo nació con las lecturas, bajo la frente de quien sueña.

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