Ya no quedan días de primavera, estamos en las mismas puertas de un verano prematuro. Suben las temperaturas, el manto blanco de Sierra Nevada se desvanece y las incipientes caravanas de coches serpentean camino de las playas. Irremediablemente el mundo es siempre el mismo. La pandemia ha intentado curvarlo, pero poco a poco la desolación queda atrás. En este espacio intermedio nos encontramos. Los mayores nos acomodamos a las circunstancias, hemos aprendido que no queda más remedio, disponemos de un cerebro que fábrica la capacidad de adaptación. La cruda realidad es que todos hemos dado más de 50 vueltas al Sol, en mi caso 66.
Me asomo al mirador de San Cristóbal en el Albayzín y abro los ojos y nada me detiene para contemplar la belleza de Granada. medito y me doy cuenta que los días se consumen demasiado de prisa, mientras la Tierra orbita alrededor de nuestra estrella dentro de un universo demasiado extenso.
No hay riesgo que el sol se duerma. El calor deja su estela insistente en pleno mes de mayo y atrás dejamos la apatía del invierno, del cierre perimetral, de la soledad que ahoga y salimos a las bulliciosas calles, degustamos las frescas cervezas en las terrazas ajustado al protocolo, ¡no más de seis por mesa!, buscamos el mar y esperamos en la arena que suba la marea. Algún lector perspicaz, me preguntará por qué me he saltado la primavera, no ha sido por olvido, en Granada no hay tregua se pasa del invierno al verano sin estación intermedia.
Vamos saliendo de la larga quietud impuesta y que mejor oportunidad que contar con mi amigo y compañero Mario González Iáñez para adéntranos en un paseo por el Albayzín.
Un lugar con esencia donde el calor se aplana en sus aljibes, el aire juega en los laberintos de sus empinadas calles. Hay barrios como el Albayzín donde me encanta perderme, agudizar la mirada en sus balcones colmados de flores, caminar lento por sus empedradas vías. No me detengo, aunque he perdido la orientación. La luz corre por sus Carmenes, las casas maduran en su blancura, torreones de tejas donde anidan los pájaros. El Albayzín flota en el cielo azul pulido, puedes oír correr el silencio entre sus callejuelas a la vez que las acequias hablan con voz clara, a sus pies la ciudad late a otro ritmo más agitado. Donde vayas, en cada recodo luce esbelta y majestuosa la Alhambra.
Lo que vivo cuando visito el Albayzín lo estoy viviendo todavía. No hay antes ni después. Te lo cuenta un gaditano enamorado de Granada.
El Aula Permanente de Formación Abierta (APFA) de la UGR como Aula universitaria de mayores es una fuente de conocimiento, pero también genera una riqueza de amistades y en este caso, me permitió conocer a Mario González, un hombre comprometido con cultivar la mente y el cuerpo. Destaca su constancia en las asistencias a clase y un deportista esforzado en las carreras de fondo. De carácter afable, amigable y abierto a colaborar en todas las empresas que se le requieran. Con su generosidad no dudó ni un segundo en aceptar mi ofrecimiento, para que nos contara su afición en el estudio del callejero del barrio del Albaicín.
Mario González Iáñez. Estudiante del APFA. Militar Retirado. Edad: 69. Natural de Granada.
Rafael Reche. ¿Para los compañeros que no te conozcan, cuéntanos como han sido estos años en el Aula APFA?
Mario González. Soy alumno del Aula, desde 2010. He participado en actividades relacionadas con los tres ámbitos de la misma: Como alumno, he cursado 11 años, en asignaturas, seminarios y talleres del Primer y Segundo Ciclo. Como asociado: Inscrito en las asociaciones de estudiantes ALUMA y UNIGRAMA. En Investigación, participando en varios Congresos PIIISA como profesor/investigador y presentando proyectos personales.
En la actualidad Guía de edificios relevantes del Centro de la Ciudad de Granada.
Aficionado a la lectura de temas históricos especialmente de temas granadinos desde joven. Incrementé mi formación con del programa del Aula en las asignaturas de: La Frontera de Granada, Historia de Granada, Historia de España, Historia del Flamenco…
R.R. ¿Cómo nació tu afición por el estudio del callejero del barrio del Albayzín de Granada?
M.G. Mi afición actual, nació en 2017 y está relacionada con el callejero granadino y muy especialmente con el Albayzín, mi barrio de nacimiento. Todo comenzó con las clases de Patrimonio y con la adquisición del Plano Guía del Albaicín Andalusí, editado por la Editorial de la UGR.
Comencé a recorrerlas con el fin de conocerlas, fotografiarlas, contarlas y saber su historia y su curioso trazado. Con respecto a otras calles granadinas suelo pasear a menudo, pero principalmente por las menos conocidas y cotidianas.
R.R. ¿Al final, como se desarrolla tu trabajo de investigación sobre el barrio con más solera de Granada, el Albayzín?
M. G. Esta afición mía no consiste exclusivamente en recorrer las calles, si no en comprobar la denominación de la “vía” que puede ser, calle, callejón, callejuela, plaza, placeta, carril, cuesta, carretera, glorieta, etc. Para ello utilizo las herramientas informáticas como pueden ser: el Visor del Callejero Municipal, el listado alfabético y plano del Ayuntamiento, las fichas municipales de la Junta de Andalucía, el callejero granadino. Algunos aspectos de su nomenclatura de José González Martínez, etc. También me ayuda: la consulta de los planos antiguos y otras publicaciones tales como: El plano de la Granada árabe de L. Seco de Lucena, la plataforma de Vico, el mapa topográfico de F. Dalmau o el citado Plano Guía del Albaicín Andalusí, y consiste finalmente en leer: la Guía de Granada de Gómez Moreno, Granada de Gallego y Burín, Las calles de Granada de Julio Belza y el recientemente publicado Callejero Sentimental de Granada de F. González, M. Astrain, J. A. Lao.
R.R. ¿Cuéntanos algunas curiosidades sobre el callejero?
M.G. En las 2442 “vías” del callejero granadino existen dos dedicadas a personas que aún viven: Tico Medina y Antonina Rodrigo, cosa que no suele ser normal.
La calle con el nombre más corto es “Pan”.
El nombre de Santo que más vías tiene dedicadas es S. Matías: 10 calles y 1 plaza.
El Callejón de las Vacas, en el Albayzín se le cambió el nombre por el de Calle Pianista García Carrillo al instalarse allí un famoso restaurante.
Quiero con todo esto transmitir a los lectores la idea de la “curiosidad permanente” con la que debemos llenar nuestras vidas en esta etapa de mayores. Mi lema desde hace más de diez años es una frase de José Saramago «La vejez empieza cuando se pierde la curiosidad».
Gracias Mario por tu colaboración y enhorabuena por el trabajo de investigación sobre el callejero de Granada y en especial por darnos una vista distinta del barrio del Albayzín donde se fundó la ciudad de Granada.
Leer más artículos de
Rafael Reche Silva, alumno del APFA
y miembro de la JD de la Asociación
de estudiantes mayores, ALUMA.
Premiado en Relatos Cortos en los concursos
de asociaciones de mayores de las Universidades
de Granada, Alcalá de Henares, Asturias y Melilla.
Comentarios
4 respuestas a «Rafael Reche: «El Albayzín se abre a nuestros ojos, con el compañero Mario González»»
Muy bien escrito Rafa conozco el amigo Mario he hecho viajes con el y la verdad es que se explica muy bien sabe mucho de historia en todos los viajes el se documentaba buena persona en el teatro también estuvo conmigo un abrazo
Amigo Antonio, la verdad es que nuestro común amigo Mario González, es incansable en sus actividades en el Aula y de investigación. Es un buen fichaje , hablando en términos futboleros.
Esta vez Rafael ha escogido hablarnos del Albaicín, un barrio que con las debidas diferencias me atrevería a decir que es tan acogedor e impresionante como la Alhambra, aunque habitado y lleno de vida. Una subida al amanecer por el Darro y subir al mirador de San Nicolás es una experiencia inolvidable. Enhorabuena.
Amigo Diego, tu eres de mi equipo de aquellos que pateamos la ciudad a cualquier hora, sin prisa y disfrutando de las joyas que tenemos en España. Tú tienes la suerte de vivir en una ciudad con Segovia y de escaparte a Cádiz y Granada. Un triángulo de belleza, Segovia monumental y castellana, Cádiz el mar y sus barrios y Granada una fusión de las dos. El gran cantante Carlos Cano decía que Cádiz era horizontal mientras que Granada era vertical. Estaba enamorado de las dos ciudades.