Hoy, los concejales de nuestro Ayuntamiento, tienen una ocasión única, una oportunidad de lujo, para hacer un “Pacto por Granada”
¡Buenos días, señoras y señores, granadinas y granadinos, lectoras y lectores! Antes de que finalice el espectáculo, tengo que comunicarles una mala noticia, que nos afectará a todos; una noticia muy triste, que recientemente ha ocurrido en nuestra amada y querida ciudad de Granada. Ella, Granada la bella, la artística, la poética, la ciudad soñada por propios y ajenos, cuya fuerza centrífuga atrae a españoles, europeos y habitantes de todo el Planeta, ha sido atropellada, completamente maltratada. Un conductor y un copiloto, enganchados en la droga de la política y ebrios de poder, la han convulsionado entera; desde el Albaicín hasta el Zaidín, desde el Realejo a Villarejo, desde el centro hasta la periferia, desde Gran Vía a Haza Grande. Pero, afortunadamente, no ha habido muertos, aunque sí infinidad de damnificados y de heridos, tantos que no se pueden cuantificar. La mayor gravedad del hecho, estriba en que las heridas no se han producido en el cuerpo, sino en el alma y en el corazón de Granada y de los granadinos, por lo que serán más difíciles de curar.
A los granadinos, se nos ha ignorado por completo, se nos ha perdido el respeto; se ha producido una enorme deslealtad con la ciudad, con sus habitantes, con la sociedad, con sus instituciones, con sus leyes y sus sentimientos. Pero, sobre todo, se ha atentado contra la dignidad de los granadinos, que es una de las acciones, que más daño ocasiona a toda persona. Uno de los principios éticos fundamentales, dice que cada uno es responsable de sus actos, de sus gestos y de sus palabras, en la medida que obra, colabora o ignora. Con ello, queda en evidencia el responsable principal del hecho, así como los responsables de que el señor Sebastián Pérez no haya sido elegido, como todo parece que se pactó. Sin embargo, resulta aún más triste para los granadinos, la indiferencia interesada de la mayoría de los políticos, también corresponsables del desafuero y del bochornoso espectáculo. Con ello, no quiero pensar que todos los políticos son iguales y que sólo van a lo suyo, porque no es así, porque ha habido actitudes ejemplares, como la del señor Olivares y otros, y si eso ocurriera ¿quién regiría nuestros destinos honestamente?
El origen de todo, como sabemos, está en el inconfesable pacto de Teodoro García con Ciudadanos, del que nada se quiere aclarar (acto primero). Ahora, el presidente de la Junta y del PP de Andalucía, Juanma Moreno, que hasta hoy nos ha sorprendido gratamente con su gestión, nos dejó desconcertados, al declarar que eso ocurría en Granada; para finalizar la frase tendría que haber dicho y “Granada no nos importa nada”. El vicepresidente de la Junta y presidente de ciudadanos de Andalucía, señor Marín, igualmente se lava las manos, pero menos esperamos de él. El PSOE, el partido más votado en las municipales, también anda callado, quizá a la espera de poder volver a la Alcaldía. Vox, Podemos, etc. no saben, no contestan, no les interesa. Esta equivocada y generalizada consigna de priorizar los intereses del partido, sobre los de la ciudadanía, impide que los políticos atiendan a las necesidades reales de la población. Un buen ejemplo de ello, es lo que nos está ocurriendo ahora en Granada.
Pero la cuestión de fondo, los interrogantes importantes, consistirían en responder a preguntas, tales como: ¿Por qué ocurren, con tanta frecuencia, este tipo de hechos y desdichas en nuestra ciudad de Granada? ¿Por qué se marchan personas valiosas -citemos el caso de Diego Martínez – así como empresas y proyectos importantes, teniendo medios y recursos para que se queden?¿Qué pasa en Granada? ¿Qué hemos hecho o hacemos los granadinos? ¿Somos conformistas o exigentes? ¿Queremos bien y siempre a nuestra ciudad, o sólo cuando nos conviene? ¿Qué hacen nuestros políticos? El gobierno y las instituciones públicas y privadas de Granada ¿interactúan coordinada y solidariamente o lo hacen de forma independiente y desconectada, en función de quién gobierne en cada una? Etc.
Cierto que existe un “granadinismo” muy importante en nuestra ciudad, basado fundamentalmente en aspectos históricos, artísticos, paisajísticos, antropológicos, culturales, etc. pero posiblemente milite en ámbitos o espacios muy parcelados, sin que haya un fondo común, un mismo deseo o un sentimiento, compartido por todos, que represente y defienda los intereses generales, los tesoros y los verdaderos valores de Granada. Hegel, veía en la contradicción, el origen de todo movimiento, de toda manifestación vital. Hoy, los concejales de nuestro Ayuntamiento, tienen una ocasión única, una oportunidad de lujo, para hacer un “Pacto por Granada”, un gobierno de integración, en beneficio de todos sus habitantes, que tan necesitados estamos de ello. Pero… última pregunta: ¿Tendrán el arrojo, la generosidad y la grandeza de hacerlo o se plegarán a sus egos, al poder y a sus intereses personales? Pronto lo sabremos.
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Catedrático y escritor