Para los que ya peinamos canas y nacimos en los 50, el tema del cambio climático es algo que nos llega demasiado tarde. En nuestros días, todos los vecinos barrían y baldeaban su calle con el único fin de por la tarde noche sentarse a comentar con los vecinos las tareas del día y lo cara que estaba la vida, pues el periódico había subido a 2,50 pesetas y ya era un auténtico artículo de lujo para aquellos años.
Tras una semana con diversas actividades que, todas ellas han tenido como objetivo, concienciar sobre la emergencia climática que vive el planeta, las asociaciones ecologistas han concluido con una convocatoria en el centro de Granada a la que han acudido varios centenares de personas. Por supuesto, la mayoría gente joven, comprometida con el planeta y con ganas de ser alternativos.
Junto a nuestra querida Fuente de las Batallas, han sido los más pequeños quienes han tomado la iniciativa, incitando a los asistentes a cantar proclamas como “Si a reciclar, no a contaminar” o “Hasta los pulmones de tantas emisiones”.
Este protagonismo, han asegurado desde las asociaciones, se debe a que los más jóvenes serán quienes más lo sufran, es justo que sean ellos quienes lideren lucha.
El tema político, como no, quiere siempre arrimar la ascua a su sardina y con tal de estar en todos lados, meten a los jóvenes por medio.
Aunque habría que puntualizar algunas cosas a estos jóvenes tan ilusionados y metidos de lleno en el tema del cambio climático. Porque todos ellos son la primera generación que quiere aire acondicionado en todas las habitaciones, hacen y utilizan el ordenador para casi todas sus tareas, poseen un televisor en cada una de las habitaciones de sus casas, eso sin contar la cantidad de dispositivos electrónicos que utilizan, tablet, e-pad, etc.
Por supuesto, ya nadie va a la escuela andando, como íbamos nosotros, ahora se va en coche familiar, autobús contaminante o tranvía. Nuestros jóvenes son los mayores consumidores de bienes de consumo de toda la historia, compran la ropa más cara para “estar a la moda”.
Yo, como jubiloso jubilado, les diría que, antes de protestar, apaguen sus móviles, su aire acondicionado y vayan a la escuela a pie. Lean de vez en cuando un libro y prepárense un buen bocadillo de jamón de Trévelez en lugar de alimentos envasados.
Pero me temo que nada de todo esto ocurrirá, porque son egoístas, mal educados, manipulados por las personas que los usan, alegando tener una causa noble mientras disfrutan del lujo occidental más salvaje.
Ahora han aumentado los contagios con tanto viaje de estudios de jóvenes a Palma de Mallorca, pero ustedes se creen de verdad que los culpables son los jóvenes. Qué equivocados estamos, no tenemos cojones para poner el cascabel al gato del Gobierno y claro, la culpa es de los jóvenes.
A mí, me emociona sus eslóganes y sus ganas de cambiar el mundo, pero siempre con la valentía y honradez de ser ejemplo para todos. Alguien escribió que la única respuesta es que, si no cambiamos nuestro estilo de vida, si no dejamos de depender de la energía fósil, del petróleo, nuestra sociedad va a colapsar. No hay recursos infinitos.
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