Miguel Moreno Pezzi tiene solo 16 años, -los cumplió el pasado 7 de junio-, y estudia primero de Bachillerato en el IES Fray Luis de Granada. Belén, su madre, dice de él que siempre ha sentido una gran curiosidad por todo. También que es un buen lector «de todo tipo de géneros literarios y con mucho espíritu crítico, buen conversador y apasionado a la hora de defender sus opiniones».
En el encuentro con este poeta precoz en la Librería Inusual, de la calle Natalio Rivas, donde presentará su opera prima el viernes (19:30h ), reconoce además su gran interés por la música pues realiza los estudios de Guitarra en el Conservatorio Ángel Barrios. Hace poco se autoeditó ‘Un náufrago entre versos. Sueños, amor, cicatrices y poesía’ donde recopila un ramillete de poemas escritos entre 2019 y 2020, en los que pueden rastrearse sus preferencias literarias y musicales. En la presentación contará con la locutora Elodia Campra, que leerá varios poemas del libro y el profesor Rafael Calero quien, además de augurarle «un gran futuro lleno de versos y de palabras hermosas» ha encontrado en el poemario «referencias a Lorca, Hemingway, Cavafis, al haiku japonés, a los poetas románticos británicos (estos sobrevuelan gran parte de los versos), al jazz, al fado, a Piazzola y a mil cosas más».
En efecto, las temáticas y composiciones ponen a las claras una sensibilidad poética poco habitual a su edad pero nada extraño en alguien que reconoce «un especial interés en la literatura en general y en el ensayo y la poesía en particular». Poemas que escribía en clase, en el conservatorio, en la biblioteca y en casa antes de dormir, sobre todo «en momentos de estrés y tensión, para desahogarme del día a día». Dividido en tres partes: El mar, precedido por un poema de Baudelaire, «el poeta que más sentía y me llegaba en el momento»; La muerte, introducido por un poema de Shakespeare y la más amplia titulada, El viaje, encabezado por el poema de Ítaca, de Cavafis. Libro maquetado por él con la ayuda de sus padres, a los que muestra su agradecimiento además de al resto de su familia, su maestra doña Encarni, del Colegio Genil y los profesores Jesús Rubio a quien considera «referencia e icono», Agustín Fernández y Carmen Velasco, profesores de Historia y María Jesús Oliver, profesora de Literatura, «asignatura que me ha cambiado mi forma de ver el arte de la lectura y la escritura».
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