Uno de los precedentes en el estudio del espacio personal fue Hall (1966), quien denominó proxemia al estudio científico del espacio personal como un medio de comunicación interpersonal. Sommer (1969) definió el espacio personal como un área con “límites invisibles” que rodea a la persona. Hablan de la imagen de una burbuja o concha para aludir a la zona que rodea a una persona, en la no se puede entrar sin autorización.
Hay personas que no poseen dicha coraza, y que se exponen desnudos ante el mundo. Responden a lo que se denomina hiper-empatía, ésta se considera como un trastorno mental debido al gran malestar que genera a las personas que lo sufren y que puede llevar a situaciones de codependencia, de sobreprotección y permisivismo o de agotamiento emocional.
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La fina cobertura de tu anacarada concha es sabia y lúcida, te agarra fuerte, mantente a salvo.
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¿Qué caracteriza a una persona hiper-empática? Principalmente no pone límites, se da por entero a los demás, asumen roles de sumisión o se infravaloran para colocar a los demás en una situación privilegiada. Tienen tanta sensibilidad social que captan los deseos y necesidades de los demás y actúan en consecuencia para cubrirlos iso facto.
Una de mis pacientes era un claro ejemplo, ella siempre estaba dispuesta a todo, hasta se podía apreciar cómo su espalda se encorvaba a modo de gesto servicial hacia los demás. Mantenía relaciones con personas tóxicas cuyo objetivo era aprovecharse de ella, Se vio tan afectada y desbordada que abandonó todas las relaciones sociales que mantenía, aislándose completamente. Llegó a un estado extremo de agotamiento emocional, psíquico y físico. Gracias a un gran trabajo terapéutico y a su inmenso esfuerzo, consiguió poner límites y revertir todo esa atención y dedicación hacia ella misma.
Nos debemos a nosotros mismos limitar lo que damos, lo que ofrecemos a los demás. Cuando somos demasiado accesibles, permisivos, indulgentes, y no respetamos nuestro espacio, dándoselo otros, esto no nos asegura mejores interacciones, todo lo contrario: los demás toman gratis las acciones que hacemos, es decir, por lo general no valoramos los esfuerzos que los demás hacen por nosotros, tomamos lo que nos dan sin dar las gracias y aceptamos, mejor dicho, reclamamos, más y más cosas. Es importante decirle a los demás que lo que hacemos, lo que ofrecemos, nos supone un esfuerzo y hacer o dar sólo aquello que podemos dar, ni un ápice más, y hablo de tiempo, de entrega, de dedicación, de favores, etc.
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“Cuando se sabe decir que NO, el SÍ tiene un sabor muy distinto.” Alejandro Jodorowsky.
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Si te sientes identificado/a, es hora de ponerte a trabajar para ti mismo y pedir ayuda psicológica, te debes todo el amor y respeto, te debes priorizar, protegerte de los demás y también de ti mismo, de esas ganas tan impetuosas de ayudar a los demás y que tanto dolor te causan.
Te dejo este vídeo donde resumo un poco lo que hemos visto.
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Terapia de Aceptación y Compromiso
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