A veces –reconozco que en ocasiones muy contadas–, a este “juntaletras” le llega una carta (correo postal) en la que el autor comenta una de mis reflexiones – por “desgracia”, es mi opinión, las redes sociales y, en especial, los programas de mensajería instantánea están acabando con el papel, la tinta y, lo que es peor, con la letra legible, amén de saturar nuestros teléfonos móviles con mensajes que, la mayoría de las veces, no tienen ningún interés.
En la misiva a la que hoy me refiero, el autor me hablaba del fallecimiento de un ser querido y de su imposibilidad de superar el suceso.
Curiosamente, en una serie televisiva –para algo más que entretener deberían de servir–, aunque sin citar las fuentes sacaron a la luz las cinco fases del duelo: “La psiquiatra suiza Elisabeth Kübler-Ross publicó en 1969 el libro “On death and dying” (“Sobre la muerte y el morir”), en el que describió por primera vez las citadas etapas “que tienen lugar de forma sucesiva” aunque “años después insistió en que el proceso de duelo no es tan lineal y rígido” (centrodepsicologiaintegral.com).
Por orden, serían la Negación (“con frecuencia aparejada a un estado de shock o embotamiento emocional e incluso cognitivo”); la Ira (“que puede manifestarse de un modo más difuso o abstracto”); la negociación (“la persona guarda la esperanza de que nada cambie y de que puede influir de algún modo en la situación”); la Depresión (“la persona empieza a asumir de forma definitiva la realidad de la pérdida, y ello genera sentimientos de tristeza y de desesperanza junto con otros síntomas típicos de los estados depresivos”); y la Aceptación (la admisión “de la pérdida y la llegada de un estado de calma asociado a la comprensión”).
En resumen, quizá este sea la mejor observación que puedo dar a mi lector, mientras que a los otros –a todos nosotros– se me ocurre plantear si este esquema nos puede servir como modelo de vida para todo aquello que nos está sucediendo hoy en día.
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de
Ramón Burgos
Periodista
