Con el apego natural y sensitivo de quien considera el Arte en todas sus formas, Alma Labiur presenta en ‘De minorías’, una poesía arraigada en el amor como única verdad
Un total de cincuenta y tres poemas componen el cuerpo del poemario de Alma Labiur, De minorías, publicado por la Editorial SG, de Granada. Nueve ilustraciones de Alicia Gu acompañan a algunas de las composiciones.
Probablemente en su conjunto, la principal característica del libro sea la variedad: diversidad temática y pluralidad estrófica. Esta última queda desvelada por la propia autora cuando en cada título aclara la distribución que da a los versos de cada una de las composiciones. Y así, esta poeta gallega afincada en Jerez de la Frontera encaja su sentimiento íntimo como su implicación social en composiciones libres, sonetos, romances, romancillos, liras y silvas. Aunque predomina el verso octosílabo, no renuncia a formas de arte mayor como el alejandrino cuidando en este último el ritmo en cada uno de los dos hemistiquios.
En cuanto a los temas, destaca el metapoético que sirve de título al libro, además de otros de talante muy dispar: lo folclórico y lo social frente a la sinceridad de lo biográfico o la gravedad de lo íntimo.
En realidad, desde el comienzo queda claro el concepto que de la Poesía tiene la autora: un despertar, un desahogo que aporta sosiego como así lo corroboran poemas en los que cristaliza una sensación de plenitud e infinito que sirve, a la vez, para denunciar y clamar contra la maldad y las injusticias (sirva de ejemplo “Sé…”) en una expresión elocuente y sencilla. Precisamente por este motivo, la poesía de Alma Labiur podemos considerarla como una poesía para mayorías.
Como corresponde por naturaleza al género poético, las elusiones a referentes como la muerte se sustituyen por alusiones a la mitología clásica en la figura de Caronte y el canto cautivador de la sirena, que contrastan con reflexiones acuciantes que implican a la responsabilidad individual en pleno siglo XXI, como sucede en “Preguntas y respuestas”: el cambio climático, el hambre, las desigualdades sociales, etc. En otras composiciones es el poder del dinero el que tiñe el verso de frustrante desasosiego.
De su capacidad de síntesis da buena cuenta poemas como “La mente”, haciendo alarde de esta habilidad en una amplia concentración de metáforas con las que la autora define el intelecto humano: bajel, nube, forja, isla, abismo, valle, etc. Y no falta el homenaje a la abnegación de la mujer-madre en el soneto “A ti, mujer”.
Con el apego natural y sensitivo de quien considera el Arte en todas sus formas, Alma Labiur presenta en De minorías una poesía arraigada en el amor como única verdad.
Un nutrido grupo de poemas vuelven la vista hacia los oprimidos como a sentimientos y actitudes humanas que dirigen sus focos hacia el narcisismo, la ira o la sinrazón. Pero también los hay narrativos, como el romance “El templo del amor eterno”.
La sensibilidad de Alma Labiur hacia lo mundanal como hacia lo artístico queda fuera de toda duda cuando reconocemos una sugerente plasticidad propia de la pintura en “La señora con guadaña”, verdadera alegoría inquietante de la muerte que, en nuestra opinión, se asienta sobre el tópico del memento mori. En otras, se inclina hacia el fecundo aurea mediocritas, una ansiada vida apaciguada por la serenidad que aporta el conocimiento y la paz interior (“¡No aspiro a más!”); anhelo que se convierte, en última instancia, en aspiración vital: “Quiero ser agua que fluya, / por el cauce sereno del río” (“Aliento de muerte”) encarando la vida y sus circunstancias: “La vida hay que vivirla, / abiertamente y de cara, / para que su luz culmine / en una fuente diáfana” (“Fuente diáfana”). Y esa autenticidad será su leit motiv vital como se aprecia en “Amor encadenado”: “No comulgues con estéticas pasajeras / que te cautivan con el impacto, / porque después la vacía forma que destila / te sumirá en un vacío desmesurado”.
El color y lo paisajístico vertebran gran número de composiciones, como “Tus besos”, claro ejemplo del locus amoenus, así como la integración de la música percibida bien a través de su contacto sensitivo con la naturaleza o merced a su destreza auditiva en el propio verso, con aliteraciones tan rotundas como “hacia el dominante aliento de muerte”.
Instalada a menudo en el epíteto, Alma Labiur acopla su verso a tópicos como la rueca para esmaltar el paso del tiempo, y a los contrastes cromáticos que sirven para apuntalar sentimientos antitéticos.
La inclusión de americanismos como “brilloso” y neologismos como “desarrollante”, epítetos recurrentes (ardiente llama, errabundo fantasma sin silueta, fuego candente), el aroma de lo folclórico y lo andaluz, convierten a De minorías en una singular propuesta lectora en la que no faltan la sugerencia como el sentimiento sincero.
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Profesor de Educación Secundaria y Bachillerato
Comentarios
3 respuestas a «José Luis Abraham López: «Poesía para mayorías»»
Buenos días a todos los lectores de esta sección. José Luis, a tí, darte la gracias por tan completo articulo sobre mi sencillo poemario. Has sabido desglosar las palabras a la perfección, captando, con fina maestría, el significado de su profundidad. Gracias por hacer que en este día el sol brillara con fuerza, aportando con tus palabras, una enérgica satisfacción personal sobre lo leído. Gracias infinitas.
Muchas gracias por tus palabras. Enhorabuena por la obra.
Estupendo artículo, JoseLuis! ¡Enhorabuena a los dos protagonistas!