Hay una edad de oro que duerme en cada uno de nosotros y solo espera un signo para despertar. Los universitarios mayores en su segunda etapa de la vida, disponen de la oportunidad de moldear el tiempo a sus gustos, de regenerar la experiencia de toda una vida para encausarla en expresiones artísticas, conscientes de convertir un sueño en una realidad, sin pretensiones algunas.
Nos llega el momento de descubrirnos, hemos dejado de ser multitud en esa multitud en el trabajo, hemos dejado la inestabilidad del estrés y las prisas en un mundo competitivo, hemos conseguido quedarnos quieto en el centro del circulo que dibujamos nosotros mismo. La quietud no significa pasividad si no poner en pie al joven que tenemos en el interior, atravesar el puente al otro lado para descubrir nuestra sensibilidad, reactivar la creatividad y disfrutar de nuestra propia obra.
La Universidad con su programa universitario para mayores, nos siembra inquietudes, capacidad para investigar, técnicas para desarrollarla, como la pintura, fotografía, historia… La asociación de alumnos ALUMA, lo materializa en muestras públicas, en salas de exposiciones, difusión a través de redes sociales y el universo de internet, publicaciones en revistas y libros, tertulias y recitales.
Cada mañana cuando me levanto, pienso que hoy es el día uno, me toca inaugurar el tiempo. Lo primero que cae son las fechas, las hojas del calendario en un otoño permanente y me pregunto en mi propia soledad ¿QuÉ huella vamos dejando? ¿Cuánto la huella hablará de uno?
Desde este muro donde escribo cada semana, he aprendido de los demás, del caudal de riqueza de mis compañeros y amigos universitarios mayores. Ellos, han expresado con nostalgia y orgullo, sus historias de vida, de su pueblo, sus aficiones, saltando con esfuerzo la barrera de la timidez, deleitándonos con la sencillez de su lenguaje, el esplendor y la desdicha del mundo impasible que les tocó vivir, dejando una parte de ellos mismo en su relato escrito, su pequeña huella grabada ha quedado en nuestro recuerdo. Ella, me habla de su paraíso perdido en las montañas de Asturias (Tiñana). Él dejaba su sabor canario en sus letras (Arucas). Ella, vuelve su mirada de su infancia en el remoto pueblo de La Carlota (Argentina). Él, deja su estela de sufrimiento y soledad en parte del guion escrito de emigrante en Alemania. Relatos tras relato de hombres y mujeres, de nuestro tiempo que nos trasmiten sus estelas de vida.
La asociación de estudiantes ALUMA, en esta década, crea unos espacios artísticos para sacar de la isla del anonimato a los compañeros con inquietudes, sacudiéndoles el miedo y proyectando su creatividad artística, promoviendo cada año diversos concursos.
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La vista se proyecta en imágenes, crea tensión, crea pasión, crea belleza. “Concurso de Fotografía”.
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La sujeción del arte a un realismo fundido por la paleta de un pintor. “Concurso de Pintura”.
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Las palabras tienen sabor, una redondez a veces agría, a veces dulce en pequeñas historias “Concurso de Relatos Cortos”.
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El poeta de ayer y de hoy, escribe con la misma fuerza vital en un canto a los sentimientos “Concurso Nacional de Poesía ALUMA” .
A los mayores universitarios aún nos queda un largo camino por escribir, pintar, fotografiar. Las asociaciones ponen el escaparate y nosotros el contenido interior, unos como artista y otros como espectadores amantes del arte.
Los concursos literarios y de artes plásticas, asciende y descendiente por la geografía de nuestro país, en un intercambio de hermandad donde los alumnos de Granada pueden participar en certámenes organizados por otras asociaciones, como ha sido el caso de la Asociación AUDEMA de Alcalá de Henares con el concurso de Microrrelatos “José Vicente Marqués Martín” o el concurso de poesía y relatos cortos de la Asociación de Alumnos PUMUO de Asturias, y otros más que sería extenso mencionar.
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Rafael Reche Silva, alumno del APFA
y miembro de la JD de la Asociación
de estudiantes mayores, ALUMA.
Premiado en Relatos Cortos en los concursos
de asociaciones de mayores de las Universidades
de Granada, Alcalá de Henares, Asturias y Melilla.
Comentarios
7 respuestas a «Rafael Reche: « XXV aniversario ALUMA. Los concursos alimentan la creatividad»»
Buenos días.
Desde luego y sin lugar a dudas, ALUMA es el ejemplo y guía para el resto de Asociaciones de Mayores en las Universidades.
Una trayectoria encomiable y variada en todos los aspectos culturales.
Desde la Asociación Peritia et Doctrina de la ULPGC, nos congratulamos de la amistad y aprecio que les tenemos y les admiramos.
Un fuerte abrazo y a seguir todas las iniciativas que ponen al servicio de los asociados y el público en general.
Saludos.
Que oportunidades nos brinda la vida una vez jubilados. Eso sí, hay que buscarlas y trabajarlas. Rafael nos muestra las facilidades que ofrece la asociación ALUMA, para aquellos que quieran seguir siendo útiles a su manera y tengan tiempo para ello. Muchas felicidades por el artículo.
Gracias Diego, por supuesto que cualquier actividad asociativa lleva un trabajo y un compromiso. Es importante sentirse útil y compartir con los demás. Un abrazo
Gracias amigo y compañero Domingo. Hemos recibido mucho de la sociedad y ahora debemos ser generosos desde el retiro podemos devolver algo para que la vida del mayor sea más agradable. Tu también eres una persona comprometido en las Asociación Peritia et Doctrina.
Mucha verdad dices en todo lo que escribes tenemos la suerte de vivir estos años y tener la universidad y Aluma esta asociación que nos ayuda para poder hacer todo lo que no hemos podido hacer antes y con tranquilidad y no el estrés que antes teníamos es como tener menos años y sabiendo más. los años son sabiduría conociendo a buenos compañeros que ahí en esta universidad de mayores un abrazo amigo Rafa.
Amigo Antonio, llevas razón. Las asociaciones son un grupo de hombres y mujeres, con inquietudes y ganas de sentirse útiles. Un abrazo
Rafael…qué hermosos temas eliges y qué bien los llevas de la mano de las palabras y las imágenes!! Gracias por poner una antorcha en el camino de la vida de quienes venimos detrás… Me gustó y recupero esta idea: «La quietud no significa pasividad sino poner en pie al joven que tenemos en el interior, atravesar el puente al otro lado para descubrir nuestra sensibilidad, reactivar la creatividad y disfrutar de nuestra propia obra» Magnífico!! felicitaciones!!!